jueves, 30 de abril de 2009

Tú y los demás

Pero para nosotros la gente, así como los objetos que tenemos alrededor, se está convirtiendo, o al menos así lo creemos, en algo cada vez más ajeno a nosotros. Cada vez somos más dependientes de extraños con habilidades extrañas: «los expertos»… No vemos como se forman, no sabemos de dónde han venido. Se han formado en alguna fábrica lejana a nosotros: en la «facultad de derecho», en la «universidad»… Ya no esperamos entenderles, como tampoco esperamos entender cómo funciona una televisión, o el origen de los polvos de jabón. Nos suministran al médico o al abogado o al profesor como el papel o la leche. Estamos contentos de tenerlos, y no hacemos ninguna pregunta.

«Los médicos entienden la enfermedad; yo, no… Los profesores entienden de educación, los diputados entienden de política, los generales entienden de guerra, etc… Dejémoslo para ellos». Pero lo que es más deprimente es ese sentimiento de incompetencia que se refleja en nuestra relación con el mundo en general. «Oh, no sabría decirte nada de él, es un artista… No entiendo a la generación joven… Son totalmente impredecibles estos árabes… Los homosexuales viven en un mundo totalmente diferente… Es una estrella de cine, no es una de nosotras… Desde luego, las mujeres son un libro cerrado para mí… No me puedo imaginar lo que debe de ser votar a los conservadores, etc…» Y detrás de esto está la excusa de «pobre de mí, sólo soy yo mismo; no puedo ejercer, ni siquiera en mi imaginación, el papel de otra persona». Charlotte Brontë escribió en un arrebato de autodegradación: «Conozco mis sentimientos, puedo leer mi propia mente, pero las mentes del resto de los hombres y de las mujeres son volúmenes sellados, jeroglíficos embrollados, que no puedo desprecintar o descifrar fácilmente». El presidente Carter, antes de encontrarse con el presidente Brezniev, creyó necesario instruirse con expertos en los misterios de algo denominado «la mente rusa».

Reconocemos que los médicos, abogados, sacerdotes, criminales, negros, homosexuales, feministas, rusos, árabes… son personas. Pero, dada nuestra creciente falta de confianza en nuestros propios poderes de comprensión, no reconocemos que son simplemente personas como nosotros. Olvidamos, a veces que estos extraños están hechos realmente a nuestra imagen y semejanza y, por lo tanto, tenemos el poder de representarlos en nuestra propia imaginación.

Podríamos llamarlo «respeto»: respeto a la singularidad de los demás. Podríamos incluso creer, como personas liberales, que les estamos haciendo un honor al acreditar con misteriosas cualidades internas a una raza, un credo o un sexo. Sin embargo, asumir que ignoramos la vida y las formas de pensar de otras personas es, generalmente, tan insultante para ellos como para nosotros. Para ellos, porque no les reconocemos como seres tan humanos y sencillos como lo somos nosotros mismos; para nosotros, porque no reconocemos nuestra increíble capacidad de entrar con la imaginación dentro de la vida de cualquier ser humano.

sábado, 25 de abril de 2009

La Giralda antitaurina

Por el mediodía de ayer, un activista de Igualdad Animal se descolgó por la fachada de la sevillana torre de La Giralda, para desplegar una pancarta en la que ponía:

DERECHOS PARA TODOS LOS ANIMALES
TAUROMAQUIA
ABOLICIÓN

domingo, 19 de abril de 2009

Hipatia

Según veo la última película de Alejandro Amenabar, Ágora, una superproducción, está ambientada en la Alejandría del siglo IV d. C. y cuya figura más conocida era Hipatia. La última responsable (según cuenta la desacertada leyenda) de su gran Biblioteca asesinada por la turbas cristianas del obispo Cirilo.


Aquí nos habla Carl Sagan sobre ella, en su conocidísima serie documental Cosmos:
El último científico que trabajó en la Biblioteca fue una matemática, astrónoma, física y jefe de la escuela neoplatónica de filosofía: un extraordinario conjuntó de logros para cualquier individuo de cualquier época. Su nombre era Hipatia. Nació en el año 370 en Alejandría. Hipatia, en una época en la que las mujeres disponían de pocas opciones y eran tratadas como objetos en propiedad, se movió libremente y sin afectación por los dominios tradicionalmente masculinos. Todas las historias dicen que era una gran belleza. Tuvo muchos pretendientes pero rechazó todas las proposiciones matrimoniales. La Alejandría de la época de Hipatia —bajo dominio romano desde hacía ya tiempo— era ya una ciudad que sufría grandes tensiones. La esclavitud había agotado la vitalidad de la civilización clásica. La creciente iglesia cristiana estaba consolidando su poder e intentando extirpar la influencia y la cultura paganas. Hipatia estaba sobre el epicentro de estas poderosas fuerzas sociales. Cirilo, el arzobispo de Alejandría, la despreciaba por la estrecha amistad que mantenía con el gobernador romano y porque era un símbolo de cultura y de ciencia, que la primitiva iglesia identificaba en gran parte con el paganismo. A pesar del grave riesgo personal que ello suponía, continuó enseñando y publicando, hasta que en el año 415, cuando iba a trabajar, cayó en manos de una turba fanática de feligreses de Cirilo. La arrancaron del carruaje, rompieron sus vestidos y, armados con conchas marinas, la desollaron arrancándole la carne de los huesos. Sus restos fueron quemados, sus obras destruidas, su nombre olvidado. Cirilo fue proclamado santo.
La gloria de la Biblioteca de Alejandría es un recuerdo lejano. Sus últimos restos fueron destruidos poco después de la muerte de Hipatia. Era como si toda la civilización hubiese sufrido una operación cerebral infligida por propia mano, de modo que quedaron extinguidos irrevocablemente la mayoría de sus memorias, descubrimientos, ideas y pasiones. La pérdida fue incalculable. En algunos casos sólo conocemos los atormentadores títulos de las obras que quedaron destruidas. En la mayoría de los casos no conocemos ni los títulos ni los autores. Sabemos que de las 123 obras teatrales de Sófocles existentes en la Biblioteca sólo sobrevivieron siete. Una de las siete es Edipo rey. Cifras similares son válidas para las obras de Esquilo y de Eurípides. Es un poco como si las únicas obras supervivientes de un hombre llamado William Shakespeare fueran Coriolano y Un cuento de invierno, pero supiéramos que había escrito algunas obras más, desconocidas por nosotros pero al parecer apreciadas en su época, obras tituladas Hamlet, Macbeth, Julio César, El rey Lear, Romeo y Julieta.

domingo, 12 de abril de 2009

Se acabó

«Somos afortunados por estar vivos y, por lo tanto, debemos valorar la vida. La vida es preciosa. Nunca tendremos otras. Es ésta. No la desperdicien. Abran sus ojos. Atesoren las experiencias que tengan y no pierdan su tiempo preocupándose acerca de una futura, inexistente, vida después de la muerte. Procuren hacer ahora el mayor bien posible a los demás. Procuren vivir la vida tan plenamente como puedan, en el tiempo disponible que les quede.»

RICHARD DAWKINS


Y con estas palabras finalizamos las Terceras Jornadas Ateas y Blasfemas del 2009. Esperemos en el próximo año continuar con ellas, ese es mi deseo, y el de todos.

No hay más, se acabó.

Las voces del Infierno

En el programa Cuarto Milenio del pasado 22 de marzo nos hablaron de una supuesta grabación en la que se oían sonidos, como gritos humanos, que unos científicos rusos hicieron a finales de los ochenta a unos catorce mil metros de profundidad... Muy a la zaga a como hace unos años, el locutor radiofónico estadounidense, Art Bell, la mostró (dándole su aureola de misterio) en su programa Coast to Coast AM.

Ambos presentadores, nos vienen a contar una extraña historia, que se dio a conocer en la publicación finlandesa Ammenusastia, un grupo de geólogos soviéticos en un pozo excavado en la Península de Kola ¿en plena Siberia?, al alcanzar los 14 kilómetros de profundiad, el taladro que utilizaban comenzó a girar más rápidamente, señal de haber encontrado una gruta (y aseguraban que había unos 1.100 ºC de calor). Bajaron un micrófono y oyeron esto:


El jefe del proyecto, un tal Dimitri o Viktor Azzakov, aseguró que se asustó, como el resto del equipo, porque no se lo creían: habían llegado a las mismas puertas del Infierno. Lo que estaban escuchando eran las voces de los condenados.

La noticia se difundió a este lado del «Telón de Acero», especialmente por medios fundamentalistas religiosos y la cadena de televisión evangélica TBN (Trinity Broadcasting Network)... y ¡cómo no! por las publicaciones esotéricas y pseudocientíficas. ¡Todo esto es sospechoso!

La susodicha perforación existe, es el Pozo Superprofundo SG-3, que se comenzó a excavar en 1970 (coincidiendo con el centenario del nacimiento de Lenin, la Unión Soviética quiso dejar en rídiculo a su potencia rival: los Estados Unidos) para estudiar las rocas de 2.700 millones de antigüedad, al norte de Carelia, en la Península de Kola, cerca de la frontera noruega y a unos diez kilómetros de la ciudad de Zapoliarni. Se perforaron varios pozos, pero éste es el más profundo, y el mayor del mundo*, alcanza los 12.262 metros (para nada los 14 kilómetros del relato). En 1974 llegaron a los 7.263 metros, en 1979 sobrepasó el record anterior que estaba en los 9.583. En 1983 a los 12.066 metros se paró temporalmente debido a unos derrumbes, para volver a perforar desde los siete mil, al año siguiente. En 1990 alcanzaron los 12.262 pero, por problemas técnicos y financieros —la caída del Muro de Berlín y la desaparición de la URSS— en 1992 se acaba el experimento.

Las temperaturas que detectaron fueron como mucho de 200ºC, para nada los mil que se contó. El tal doctor Azzakov no existe, pues quien estaba al mando era D. Guberman y su ingeniero jefe, I. Vasilchenko. De la supuesta publicación finlandesa, ni rastro (en Finlandia se cuenta que la noticia salió en unos periódicos rusos extraoficiales, y de los que no hay tampoco pista alguna). De micrófonos y grabaciones, nada. En abril de 1990 salió un artículo sobre el tema, firmado por Stan Miller, en el semanario humorístico Weekly World News, y nada más (esta ya desaparecida publicación poco seria, está desacreditada como base de información alguna). Lo único que es cierto, que detrás de todo este auténtico fraude están las fanatizadas iglesias fundamentalistas protestantes norteamericanas, y a la cabeza la TBN, que desde 1997 difundió la mentira, por Internet, como ejemplo del triunfo del mundo cristiano sobre el ateísmo.

Y si a éstos los juntamos con los amantes de lo paranormal y el misterio, de los extraterrestres (los ángeles y demonios de la Nueva Era), los fantasmas, mánticos y demás «fauna», y ya tenemos un buen potaje magufo-meapilas.

*Aunque se le pueda considerar el más profundo verticálmente, en mayo del pasado año, frente a las costas de Qatar, el pozo BD-04A de la Maersk Oil llegó a los 12.289 metros; eso sí. inclinados y no verticales.

El espectro electromagnético según Cuarto Milenio

En el mismo programa comentado de «Friker» Jiménez y con el mismo invitado, el periodista «científico» del ABC, José Manuel Nieves, además de comentar sobre rocas con una antiguedad de más de 6.500 millones de años (más que los que tiene nuestro planeta: estimados en los 4.500 millones) y escuchar «ruidos» del Sol, Jupiter, Saturno o los cuásares —que son en realidad frecuencias electromagnéticas transformadas en sonido—, nos explican con un gráfico que el espectro electromagnético tiene en un extremo los ultrasonidos y en el otro los ultravioletas. Confundiendo ondas electromagnéticas con ondas mecánicas (acústicas).

Humor malo

sábado, 11 de abril de 2009

La caridad, analgésico para los pobres

«El dolor es grato a Dios.»
MADRE TERESA

La Madre Teresa de Calcuta (1910-1997) era presentada a través de los medios de formación de masas como un símbolo de la abnegación y el trabajo a favor de los más pobres, pero la realidad fue muy distinta.

Para financiar sus supuestas ayudas no dudó en explotar a sus misioneras para que mendigaran por Calcuta pidiendo donaciones, trabajos y comidas a los comerciantes locales. Tampoco de lamer el culo a tiranos como la familia Duvalier de Haití o rendir homenaje a Enver Hoxha (tirano albanés supuestamente «comunista», con el que tenía en común el proyecto nacionalista e imperialista de la Gran Albania, y muy en consonancia de las posteriores pretensiones anexionistas del UÇK). Ni ningún prejuicio de recibir 250.000 dólares robados por estafadores como Charles Keating; dinero que rehusó devolver en el proceso que se realizó contra él en 1992.

Recibió bastante dinero de otras instituciones religiosas y seculares, además del comité del Nobel de la Paz, con el propósito de financiar todo tipo de ayudas para los más pobres de Calcuta. Pero los resultados son bastante decepcionantes...

En sus hospicios no hay calmantes ni jeringuillas esterilizadas. La asistencia médica a los enfermos es nula y con un régimen alimenticio pésimo. El chequeo médico es considerado un lujo innecesario. El trabajo lo realizan empleados que trabajan sin cobrar o con bajos salarios, y voluntarios que hacen largas jornadas agotadoras.

No construyó hospitales, sino morideros. No estaba interesada en aliviar el dolor humano sino solamente salvar almas, ya que defiende la doctrina católica sobre la redención del alma a través del sufrimiento. Aunque ella que tiene problemas de salud no dudaba en ir a tratarse a las mejores y más caras clínicas de Occidente.

También decía que dirigía una escuela en Calcuta para más de cinco mil niños, que según el médico, y autor de Madre Teresa: Veredicto final, Aroup Chatterjee, nunca la ha visto, ni conoce a nadie que la haya visto.

Entonces, ¿dónde ha ido a parar ese dinero donado por tanta gente?

Según la ley de la India todas las organizaciones misioneras extranjeras deben transparentar sus fondos y su Orden religiosa se niega a publicar auditoria alguna todavía; más aún para no hacerlo guardan su dinero en bancos extranjeros. Según una antigua hermana de la caridad llamada Susan Shields entrevistada en la revista Free Inquiry en invierno de 1997-1998: «Las donaciones llegaban y eran depositadas en el banco, pero no tenían efecto alguno en nuestras ascéticas vidas y muy poco en las de los pobres a quienes tratábamos de ayudar.» Para saber lo que ha hecho con el dinero donado sólo podemos recurrir a una entrevista que hicieron a la Madre Teresa en la que dijo que había abierto unos cientos conventos en mas de cien países. ¿Y qué es lo qué defienden esos conventos para recibir tanto dinero? Nada más y nada menos que hacer más proselitismo a favor del integrismo religioso.

Los católicos indios la han considerado como una persona dogmática. Contraria a las reformas del Concilio Vaticano II. Es contraria al uso de anticonceptivos y al aborto, llegando a calificarlos como el mayor mal de la humanidad en el discurso de la entrega del Premio Nobel de la Paz en 1979. Hizo campaña por el NO durante el referéndum a la eliminación de la prohibición constitucional del divorcio en Irlanda en 1995, posicionándose a favor de la postura conservadora de la Iglesia católica irlandesa de negar el sacramento del matrimonio a las mujeres divorciadas que se casaban por segunda vez, independientemente de que hubiesen recibido malos tratos de sus anteriores maridos. Mientras que meses después en Ladies Home Journal decía que le complacía el divorcio de su amiga la Princesa Diana de Gales, porque en su matrimonio había sido infeliz. Sermones morales a las pobres y condescendencia con las ricas.

Criticaba todo proyecto político que combatiese la injusticia y las desigualdades sociales. A las víctimas del desastre de Bhopal, en 1984, les pedía que olvidasen y perdonasen en vez de exigir indemnizaciones. Y según, la que fue su sucesora hasta hace poco, la Hermana Nirmala Joshi: «La pobreza existirá siempre. Queremos que los pobres vean la pobreza de la manera adecuada, que la acepten y crean que el Señor proveerá.»

Pide la resignación a los pobres de su miseria y explotación, ya que en la vida después de la muerte Dios les ayudará; mientras que a los ricos les pide que limpien su conciencia dando una mísera limosna a los pobres como solución de la pobreza en vez de la mayor parte de su riqueza y la socialización de los medios de producción. Es decir, que para la santa puerca, como para todos los asotanados, la caridad es la única solución para los pobres, y no la Revolución social.

viernes, 10 de abril de 2009

La religión laica

Por Ignacio de Llorens
Revista Archipiélago, 64 (Diciembre 2004.)

Desde que se comprendió que había formas más eficaces de controlar el pensamiento, se abandonó la guillotina como antigualla. Si la gente tiene separada la cabeza del tronco no puede ver la televisión. Robespierre no es compatible con el zapping. Muy mala debe ser la televisión en las Galias cuando es necesario prohibir a las niñas musulmanas que se cubran la testa con sus telas y velos. Cuando Roma era la metrópoli del Imperio, se decía aquello de que había que repartir las ofrendas entre el César y Dios, y acto seguido se elevó al César a la categoría de divinidad y posteriormente se hizo del Papa un César. Y es que en cuestiones de Poder lo propio es el monopolio, y se lleva muy mal el politeísmo. La polémica ya hace años que quedó zanjada: César es Dios, y viceversa. Pero hete aquí que se nos ha llenado el imperio de bárbaros con religiones bárbaras, y, claro, hay que volver a proclamar edictos. Queda prohibido, pues, acudir a las misas escolares con la cabeza tapada según el rito bárbaro. Estas niñas y sus velos nos han evidenciado que nuestros laicos escolares llevan uniforme. Tal vez podría solucionarse la cuestión sin acudir a edictos. Bastaría con proponer a las casas Nike, Adidas, Lacoste, etc. que confeccionaran velos y los vendieran a los precios astronómicos usuales, y hasta los equipos de fútbol podrían estampar sus colores en las prendas de la discordia. Así las niñas bárbaras ofrecerían sus telas a su Dios y al laico a la vez, por donde se asimilarían ambos de nuevo.

Dios no puede ser verdadero si no hubiera por lo menos uno más que fuera el falso. Lo que viene sucediendo es que el falso debe estar en Falsolandia, justo en los confines del imperio del verdadero, para así justificar la permanente evangelización de los infieles. Los misioneros de la religión verdadera, los ejecutivos de las multinacionales, se afanan en llevar la buena nueva a los paganos, y éstos no siempre lo agradecen. Pero ya se sabe que las guerras sólo son malas cuando el escenario es el comedor de la casa, mientras sucedan en tierras bárbaras hasta son convenientes. Parece ser, no obstante, que no basta con la evangelización blanda y de baja intensidad, que diría Arzallus, dado que llevamos ya dos nuevas cruzadas en los tres últimos años. El Santo Grial no fue hallado por los cruzados, como tampoco ahora se han encontrado las armas de destrucción masiva, por lo tanto no queda más remedio que seguir en el empeño. De lo que no se encuentra sólo cabe deducir que no se ha encontrado. Todos como el apóstol Tomás, el primer empirista de nuestra era, queriendo poner el misil en la llaga.

Los infieles, que no están en disposición de responder con cruzadas, han decidido aterrorizarnos poniendo bombas en trenes y escuelas, y disparando a niños que corren despavoridos. ¡Hay que tener mucha fe para esto! Y, mientras, el viejo pueblo elegido va destruyendo prójimos, aprovechando que los cruzados causan destrozos en otro lado. ¡Hay que ser muy elegido para esto!

En casa la Iglesia Católica, nunca suficientemente domada, se resiste a abandonar las cabezas de puente que tiene asentadas en la enseñanza pública. Que la religión sea una asignatura ya pone de manifiesto que los negocios divinos no marchan boyantes. Si Dios está en todas partes ¿cómo va a tener sólo una asignatura? Resignación, hermanos. Por lo menos la coartada de la Religión como área de estudios permite enviar a comisarios teológicos dependientes del episcopado para impartirla. Como España es un país de marcada tradición católica… Pues por lo mismo podría impartirse una asignatura sobre quema de conventos y reconversión de templos en cafés y teatros, de lo cual disponemos también una importante tradición. El comunismo tiene una gran tradición en los antiguos países del imperio soviético, luego el PCUS podría solicitar impartir la asignatura de Política y contratar a los profesores adecuados para ejercer ese magisterio. Por supuesto, en la asignatura se abordarían todas las ideologías políticas… Si se discutiera la existencia de tal asignatura, el Partido amenazaría con sacar los niños a la calle enfundados en camisetas con la imagen del Che.

El laicismo se ha hecho también religión, amparado las más de las veces en la nueva teología psicopedagógica. Una asignatura de corte laico-totalitario puede bastar como ejemplo, la denominada «Transición a la vida adulta y activa» que se ofrece a educandos de cuarto de ESO. El solo nombre pone las tizas de punta.

Como es sabido, esto de las asignaturas, lo que la nueva fe denomina «parrilla de materias», fue un invento de unas monjitas irlandesas del siglo VIII que tuvieron la ocurrencia de desasnar a los asilvestrados campesinos de extramuros. Acostumbradas a sus rígidos horarios de oración y trabajo, les dio por organizar, a imagen y semejanza de la vida monástica, unos cursos a golpe de campana, e inventaron la parrilla. Y ahí seguimos, asando campanudamente. No se alcanza a comprender, pues, que se pueda tener una enseñanza laica con parrilla e impartir una asignatura y no ser monja… y ahora que en muchos institutos hay huerto, pues ya me dirán, ora et labora.

Los que nos vamos ganando la vida y el cielo haciendo de monjas estamos condenados a disputar a codazos nuestra parte y tiempo de oración, porque, para colmo, cada vez inventan algo más que asar en la parrilla. No hay discusión radiofónica, televisiva o de taberna que no acabe con la sugerencia, compartida con entusiasmo, de que el tema discutido debería ser una asignatura en la escuela. ¡Cómo si faltaran asignaturas! Que hay accidentes de coches, pues asignatura de Educación vial; que la gente es cada vez más grosera, pues asignatura de Urbanidad. Venga, todos a transitar para ser adultos y activos, que es el modelo de santidad que persigue la fe laica, no vaya a ser que caigamos en el pecado de ser niños quietos.

Carta a un joven musulmán

Extracto de Carta a un joven musulmán del escritor e historiador pakistaní Tariq Alí:

«... Espero que no me malentiendas. Mi aversión hacia la religión no se confina al Islam únicamente. Y no ignoro el papel que en el pasado han jugado las ideologías religiosas para mover el mundo. Fue el choque ideológico entre dos interpretaciones rivales del cristianismo —la reforma protestante versus la contrareforma católica— lo que condujo a explosiones volcánicas en Europa. Ahí hay un ejemplo de cómo debates intelectuales filosos, alimentados por las pasiones teológicas, condujeron a una guerra civil y después a una revolución.

»La revuelta holandesa del siglo XVI contra la ocupación española fue disparada por el ataque contra las imágenes sacras en nombre de la rectitud confesional. La introducción de un nuevo libro de oraciones en Escocia fue una de las causas de la revolución puritana en la Inglaterra del siglo XVII, y la renuencia a tolerar el catolicismo disparó otra más en 1688. No cesó el fermento intelectual y un siglo después las ideas de la Ilustración alimentaron los hornos en la Francia revolucionaria. La Iglesia de Inglaterra y el Vaticano se aliaron para combatir la nueva amenaza, pero las ideas de una soberanía y una república populares eran muy fuertes y no pudieron cercenarse. Casi puedo oír tu pregunta: ¿y eso qué tiene que ver con nosotros? Mucho en verdad, amigo mío. Europa occidental ha sido incendiada por las pasiones teológicas, pero en ese momento comenzaban a trascenderse. La modernidad estaba en el horizonte. Esta fue una dinámica que la cultura y la economía del imperio otomano nunca pudieron imitar. La división entre chiítas y sunitas llegó demasiado pronto y se congeló en dogmas rivales. La posibilidad de disentir, para este momento, fue borrada virtualmente del Islam. El sultán flanqueado por sus eruditos religiosos dominó en un Estado-imperio que iba a desvanecerse y morir.

»Si así estaban las cosas en el siglo XVIII, esto es mucho más cierto hoy. Tal vez la única manera en que los musulmanes descubran esto es mediante sus propias experiencias, como en Irán. El surgimiento de la religión se explica parcialmente por la falta de alternativas al régimen universal del neoliberalismo. Tu descubrirás que conforme los gobiernos islamitas abran sus países a la penetración global, se les permitirá hacer lo que les parezca en el ámbito sociopolítico. El imperio estadunidense ha usado antes al Islam y volverá a hacerlo. He aquí el reto. Tenemos la desesperada necesidad de una reforma islámica que barra con el conservadurismo enloquecido, con el atraso de los fundamentalistas, pero que, más que eso, abra el mundo del Islam a nuevas ideas, unas más avanzadas de las que pueda ofrecer Occidente. Esto requeriría la estricta separación entre el Estado y la mezquita. La disolución de los clérigos, la afirmación de los intelectuales musulmanes en su derecho a interpretar los textos que son propiedad colectiva de la cultura islámica como un todo. La libertad de pensar libre y racionalmente y la libertad de imaginar. A menos que nos movamos en esta dirección, estaremos condenados a revivir viejas batallas y a pensar no en un futuro más rico y humano, sino en cómo movernos del presente al pasado. Esta es una visión inaceptable.»

La raíz de todo mal

En enero de 2006 en la televisión británica Channel 4, se emitió una miniserie documental presentado por el biólogo y confesado ateo Richard Dawkins, titulado La raíz de todo mal, que consta de dos partes y arremete contra todas las religiones.

La primera parte bajo el nombre El espejismo de Dios:


Y la segunda con el título El virus de la fe:

jueves, 9 de abril de 2009

¿La vida de quién?

Y la Iglesia católica española dando la «tabarra» con el tema del aborto...

¿Viaja Dios en autobús?

Reportaje emitido por TVE1 en Informe Semanal, el pasado sábado 31 de enero del presente año 2009.


¿Por qué nos volvimos religiosos?

Por Marvin Harris

No se puede concebir la vida social humana sin las creencias y valores íntimos que, por lo menos a corto plazo, impulsan nuestras relaciones con otros hombres y con la naturaleza. Permítanme, por lo tanto, interrumpir la historia de la evolución política y económica para abordar determinadas cuestiones relativas a nuestras creencias y a nuestros comportamientos religiosos.

Cabe preguntarse, en primer lugar, si existe algún precedente de religión en especies no humanas. Sólo puede responderse afirmativamente a esta pregunta si se admite una definición de religión lo suficientemente amplia como para dar cabida a las reacciones «supersticiosas». Los psicólogos conductistas llevan tiempo familiarizados con el hecho de que los animales pueden tener reacciones erróneamente asociadas a recompensas. Imaginemos, por ejemplo, una paloma encerrada en una jaula que recibe su alimento a intervalos irregulares por medio de un dispositivo mecánico. Si casualmente la recompensa llega mientras el ave está escarbando, escarbará más deprisa. Si la recompensa llega cuando el ave está batiendo las alas, seguirá batiéndolas como si con ello pudiera controlar el dispositivo de alimentación: Pueden observarse supersticiones análogas en el hombre, como los pequeños rituales de tocarse la gorra, escupir o frotarse las manos, a los que se entregan los jugadores de béisbol cuando llega el momento de batear. Ninguno de estos rituales ayuda realmente a acertar, aunque su repetición constante hace que cada vez que el bateador logre dar a la pelota haya ejecutado previamente el ritual. Algunos ejemplos de pequeñas fobias entre los humanos pueden atribuirse también a asociaciones basadas en circunstancias casuales más que condicionales. Conozco el caso de un cirujano cardiovascular que en su quirófano sólo tolera música ligera desde que una vez se le murió un paciente mientras tenía puesta música clásica.

La superstición plantea el problema de la casualidad. ¿En qué manera exactamente se influyen entre sí las actividades y los objetos conectados en las creencias supersticiosas? Una respuesta razonable, aunque evasiva, sería afirmar que la actividad u objeto causal posee una fuerza o un poder inherente para producir los efectos observados. Si se abstrae y generaliza, dicho poder o fuerza puede explicar muchos acaecimientos extraordinarios y los éxitos y fracasos en la vida. En Melanesia lo llaman mana. Los anzuelos que capturan grandes peces, las herramientas que realizan tallas complicadas, las canoas que navegan seguras en medio de temporales o los guerreros que matan muchos enemigos tienen, todos ellos, gran concentración de mana. En las culturas de Occidente se asemejan mucho a la idea de mana los conceptos de suerte y carisma. Una herradura posee una concentración de fuerza que trae buena suerte. Un dirigente carismático es poseedor de grandes poderes de persuasión.

¿Son realmente conceptos religiosos las supersticiones, el mana, la suerte y el carisma? A mi juicio, no, porque si definimos la religión como una creencia en fuerzas y poderes internos, nos será muy difícil distinguir entre religión y física. Después de todo, también la gravedad y la electricidad son fuerzas asociadas a efectos susceptibles de observación. Si bien es verdad que los físicos saben mucho más de gravedad que de mana, no pueden pretender que conocen perfectamente cómo la gravedad opera sus efectos. Y, además, ¿no se podría argumentar que las supersticiones, el mana, la suerte y el carisma no son sino teorías de causalidad en las que intervienen fuerzas y poderes físicos de los cuales seguimos teniendo un conocimiento incompleto?

Cierto, los científicos han analizado más a fondo la gravedad que el mana, pero la diferencia entre una creencia religiosa y una creencia científica no viene marcada por el grado de verificación científica a que se somete una teoría. Si así fuera, cualquier, teoría científica verificada insuficientemente o no verificada en absoluto constituiría una creencia religiosa (al igual que toda teoría científica que hubiera resultado ser falsa cuando los científicos la creían cierta). Algunos astrónomos sostienen que en el centro de cada galaxia existe un agujero negro. ¿Podemos decir que se trata de una creencia religiosa porque otros astrónomos rechazan esta teoría o consideran que no ha sido verificada suficientemente?

Lo que diferencia la religión de la ciencia no es la calidad de la creencia; ocurre más bien, como sir Edward Tylor fue el primero en plantear, que todo lo que hay de netamente religioso en la mente humana tiene su base en el animismo, la creencia de que los hombres comparten el mundo con una población de seres extraordinarios, extracorpóreos, en su mayoría invisibles, que comprende desde las almas y los espíritus hasta los santos y las hadas, los ángeles y querubines, los demonios, genios, diablos y dioses.

Donde quiera que la gente crea en la existencia de uno o más de estos seres, habrá religión. Según Tylor, las creencias animistas están generalizadas en todas las sociedades; después de un siglo de investigación etnológica, está todavía por descubrir una sola excepción a esta teoría. El caso más problemático es el del budismo, que los críticos de Tylor describían como una religión que no creía en dioses ni en almas. Pero fuera de los monasterios budistas el creyente ordinario nunca aceptó las implicaciones ateas de las enseñanzas de Gautama. La corriente principal del budismo, incluso en los monasterios, no tardó en considerar a Buda como deidad suprema que había atravesado reencarnaciones sucesivas y era señor de un panteón de dioses menores y demonios. Y fueron creencias plenamente animistas las diferentes variantes del budismo que se extendieron desde la India hasta el Tibet, el sudeste asiático, la China y el Japón.

¿Por qué es universal el animismo? Tylor estudió la cuestión con detenimiento y pensaba que una creencia que volvía a aparecer una y otra vez en momentos y lugares diferentes no podía ser el producto de una mera fantasía. Por el contrario, debía fundamentarse en hechos y experiencias de carácter igualmente recurrente y universal. ¿Cuáles eran dichas experiencias? Tylor señalaba los sueños y trances, las visiones y sombras, los reflejos y la muerte. Durante los sueños el cuerpo permanece en la cama y, sin embargo, otra parte de nosotros se levanta, habla con la gente y viaja a tierras lejanas. Los trances y las visiones provocados por las drogas constituyen, asimismo, una prueba clara de la existencia de otro yo, distinto y separado del cuerpo. Las sombras y las imágenes reflejadas en el agua tranquila apuntan a la misma conclusión, incluso en plena vigilia. La idea de un ser interior, un alma, da sentido a todo lo anterior. Es el alma la que se aleja mientras dormimos, permanece en las sombras y nos devuelve la mirada desde el fondo del estanque. Y, sobre todo, el alma explica el misterio de la muerte: un cuerpo sin vida es un cuerpo privado de su alma para siempre.

Señalaré, de paso, que no hay nada en el concepto del alma que nos obligue a creer que cada persona tiene sólo una. Los antiguos egipcios poseían dos, como muchas sociedades del África occidental, donde la identidad del individuo viene determinada tanto por los antepasados paternos como por los maternos. Los jíbaros del Ecuador tienen tres almas. La primera, mekas, da vida al cuerpo. La segunda, arutam, sólo puede percibirse en una visión provocada por las drogas en una catarata sagrada y confiere a su poseedor bravura e inmunidad en la batalla. La tercera, musiak, toma forma en el interior de un guerrero agonizante e intenta vengar su muerte. Los habitantes de Dahomey dicen que las mujeres tienen tres almas y los hombres cuatro. Ambos sexos tiene un alma de los antepasados, un alma personal y un alma «mawn». El alma de los antepasados protege su vida, el alma «mawn» es una porción del dios creador, Mawn, y proporciona guía divina. La cuarta, exclusivamente masculina, conduce a los varones a posiciones de mando en sus hogares y linajes. Pero los que parecen llevarse la palma de la pluralidad de almas son los fang de Gabón. Tienen siete: la del cerebro, la del corazón, la del nombre, la de la fuerza vital, la del cuerpo, la de las sombras y la del espíritu.

¿Por qué los occidentales tienen una sola alma? No conozco la respuesta; quizá no existe respuesta a esta pregunta. Acaso muchos aspectos de las creencias y prácticas religiosas sean consecuencia de hechos históricos específicos y de decisiones individuales tomadas una sola vez y en una sola cultura, sin que ofrezcan ventajas o inconvenientes apreciables en cuanto a su rentabilidad. Mientras que la creencia en el alma se inscribe en los principios generales de la selección cultural, la creencia en una sola alma y no en dos o más no obedece necesariamente a esos principios. Pero no nos precipitemos en encasillar cualquier rasgo insólito de la vida humana como algo ajeno a la razón práctica. ¿No nos ha enseñado la experiencia que seguir investigando puede proporcionarnos a menudo respuestas que antaño parecían inalcanzables?

Nuestra especie. Alianza Editorial, 1989.

Agnosticismo

Búsqueda de pruebas para la fe

El evolucionista Thomas Henry Huxley (1825-1895) puede que no haya sido el primer agnóstico, pero sí fue el primero en llamarse así. Los intereses de Huxley, fisiólogo comparatista, pedagogo innovador y «perro dogo de Darwin», abarcaban ampliamente la ciencia, la religión y la filosofía. Huxley acuño el término agnóstico en 1869, al ingresar en la Sociedad Metafísica de Londres, un grupo de destacados teólogos, científicos e intelectuales varios que se juntaban para estudiar problemas relativos a la verdad y la fe.

Al preguntarle si era ateo, cristiano, deísta, materialista, idealista o panteísta, Huxley no supo qué partido tomar. Más tarde recordaría que no tenía «ni un retal con que cubrir[me]», y se sintió como la zorra de la fábula que, tras dejar el rabo en un cepo, no fue reconocida por sus compañeras.

«La sola cosa en que estaba de acuerdo la mayoría de aquellas buenas gentes —escribió— era la única en que yo difería de ellos. Se sentían completamente seguros de haber alacanzado cierta “gnosis”, es decir, un conocimiento revelado de la verdad acerca de la existencia.»

Así pues, me puse a reflexionar e inventé el título de agnóstico (con el sentido de «sin conocimiento revelado»), que consideré apropiado. Me vino al pensamiento como un sugerente antónimo de los «gnósticos» de la historia de la Iglesia, que declaraban saber tanto sobre aquellos mismos asuntos en los que yo era un ignorante, y aproveché la primera oportunidad para exhibirlo ante nuestra sociedad y mostrar también que yo tenía rabo, como las demás zorras. Para mi mayor satisfacción, el término arraigó.

Huxley se esforzó en resaltar que el agnosticismo «no es un credo, sino un método», una manera escéptica y experimental de entender tanto la fe personal como la ciencia. «En asuntos intelectuales —aconsejaba—, sigue tu propia razón hasta donde te lleve, sin tener en cuenta ninguna otra consideración», y «no pretendas tener por ciertas las conclusiones que no se han demostrado o no son demostrables». En tal caso, nadie «deberá avergonzarse de mirar de frente al universo, sin que importe lo que le reserve el futuro».

Huxley, no obstante, creía en «la santidad de la naturaleza humana», tenía «un sentido profundo de la responsabilidad» de sus actos y fue capaz de alimentar un profundo sentimiento religioso, con absoluta exclusión de la teología. Al morir en su juventud el hijo de Huxley, el reverendo Charles Kingsley le preguntó si no lamentaba en esos momentos la falta de fe en la inmortalidad del alma.

En una carta conmovedora y sin concesiones, Huxley le respondió:

Si un demonio burlón me preguntara qué beneficio me había reportado haberme despojado de las esperanzas y consuelos que abriga la masa humana… [respondería] que la verdad es mejor que muchas otras ventajas. He indagado las razones de mi creencia y, aunque tuviera que perder mujer, hijos, nombre y fama, uno tras otro…, no querría mentir… Me niego a depositar mi fe en lo que no esté fundado sobre una prueba suficiente; no puedo creer que los grandes misterios de la existencia se me puedan abrir de otra manera.

Richard Milner, DICCIONARIO DE LA EVOLUCIÓN.

martes, 7 de abril de 2009

TERCERAS JORNADAS ATEAS Y BLASFEMAS

Muere Bakunin y llega al infierno; allí, por supuesto, es recibido por el demonio en persona quien lo condecora por su inmensa labor atea y anticlerical. Luego es enviado a un sector de privilegios, libre de torturas y malos tratos. A los pocos días una insurrección violenta se desata en ese sector la cual, al ser aplastada por las huestes infernales, se descubre fue impulsada por el viejo Bakunin.

Como castigo es trasladado a un sector normal en donde se producen toda clase de tormentos. A los pocos días, en un recorrido de inspección, el demonio descubre que los castigos ya no se producen: el sector está en huelga en solidaridad con los trabajadores expulsados del primer sector. Así es que Bakunin es trasladado al pozo más profundo del averno en donde las condiciones de calor extremo y tormento permanente —confía el diablo— lo tendrán entretenido.

Con el correr de los días una inmensa columna de demonios de toda laya asciende desde el fondo del averno con banderas rojinegras y cánticos espeluznantes. Reclaman: jornada laboral de ocho horas, vacaciones pagadas, equiparación de los sueldos y comodidades con el primer sector. Vencido el demonio resuelve enviar a Bakunin al cielo, mataría dos pájaros de un tiro: volvería a tener control absoluto del averno y le generaría a Dios un caos en el paraíso.

Ansioso por reír ante Dios, a los quince días asciende el demonio y se presenta a las puertas del paraíso, allí se encuentra un inmenso cartel que dice: «Paraíso colectivizado»; debajo de él, se encuentra San Pedro con un birrete rojinegro y un fusil al hombro.

Al verlo el demonio se le acerca y le pregunta: —¿Qué tal, San Pedro, cómo van las cosas por aquí?

San Pedro responde: —Todo tranquilo.

Nuevamente el demonio: —¿No ha venido por aquí un tal Mijail Bakunin?

San Pedro: —Sí así es, está adentro, ¿por qué?

Demonio: —Sólo quería saber si Dios había tenido con él algún problema.

San Pedro toma de los hombros al demonio y le dice: —¡Me extraña compañero, sí todo el mundo sabe que Dios no existe!

Ese chiste sobre Bakunin ha sido contado de muchas maneras y yo he recogido el que pone Frank Mintz en la compilación de textos de este revolucionario decimonónico bajo el título: Bakunin. Crítica y acción de Libros de Anarres.

Y con este chiste, quedan inauguradas, para este año 2009, las Terceras Jornadas Ateas y Blasfemas.

miércoles, 1 de abril de 2009

Campo de los almendros

Ya que hoy es el 70 aniversario del final de la Guerra Civil (mejor dicho: «No llegado la Paz, ha llegado la Victoria», última frase de la película y obra de teatro Las bicicletas son para el verano), que conllevo el reconocimiento internacional de la dictadura de Franco, miles de represaliados y un régimen criminal, vergüenza de este país y del mundo, que algunos todavía no quieren condenar... y hasta justifican. ¡Allá ellos!

Os pongo un trozo del sexto y último capítulo de la miniserie de la BBC La Guerra Civil española, que habla sobre el ignominioso campo de concentración de Albatera, donde centenares, o miles, de republicanos fueron llevados desde el puerto de Alicante, donde esperaban la llegada de barcos que nunca llegaron.