A todas las mujeres.
A la memoria de Raquel Barrasa Villa.
La última, la única poeta en esta ciudad muerta.
En la lóbrega caverna llena de seres grotescos y mezquinos
que reptan, que se arrastran, rencorosos y malditos,
corazones corroídos
bellezas aplastadas
violetas corrompidas salvajemente arrancadas de un jardín muerto,
y en los pasadizos radiactivos y en las sendas putrefactas
laten historias que aún viven
trozos de almas que se resisten……
ahogándose.
Poderosa y orgullosa es una Reina sin esclavos
una Diosa sin esclavos ni siervos, sabia y fuerte
reinando en su propio mundo.
Sí,
a ti te busco
bajo soles de fuego puro y bajo amaneceres violentos,
huye Diosa
a lomos de tu ensueño maldice a la caverna negra
eterna
podrida y sucia,
estréllate con furia contra el agua de unos ojos prohibidos,
pero ten cuidado
a tu alrededor vigila
de mares vencidos que agonizan vomitando mutaciones,
bestia que avanza excitada deseosa de matar
de humillar tus sueños misteriosos.
Diosa eres
porque un día
las entrañas de
tu cuerpo desnudo sintió lo salvaje
lo atávico en los verdes profundos,
en las aguas bravas
el mar fue el símbolo de tus delirios
la ira interna e incesante
la sangrante ternura desatando rabiosas tormentas
la calma acusadora
la furia ilimitada de las olas que se agitan
contra la roca que pretende cortar su avance,
te soñé entre abruptas rocas y cascadas de aguas limpias
poderosa tu libertad sin vértigos
fuerte, eras
en la cima de la montaña más inexpugnable
desafiabas al viento arrollador que no conseguía arrastrarte.
¿Y ellos?,
los hombres
todos
escarbando entre las repulsivas muchedumbres
arrastrándose viscosos e insoportables
carentes de nobleza han vendido su alma a todas las miserias
y no entienden el poder de tus gestos,
pálidos eunucos todos ellos
todos ellos quemándote en sus necias hogueras.
Ellos no ven con tu cerebro
que les importa a ellos que penetres en los globos de colores
o que tu misma estalles en pestañas que anhelas desplazarse hacía afuera,
esos asesinos siniestros no entraron jamás en un mundo nunca visto,
¿cómo podrías tú pronunciar explosiones visuales?,
O las fantasmagorías sensitivas del viento en las mejillas blancas.
Diosa, ¡cómo asustas!
Con esos ojos que miran muy adentro,
seres que percibo enfermos han querido ponerte la camisa de fuerza
con ella pretendieron anular tus humores internos
tu anhelo de comer rocas
tu revuelta individual,
algunas niñas que seguían viendo el mundo como globos están ya maniatadas
o con los huesos y los dientes rotos,
perseguida por los ingenieros de la superestructura metálica
has explicado tus visiones a gritos
incluso tambaleante de alcohol
pero siempre adoptando la insolencia de una loba que tiene hambre,
has gesticulado a carcajadas
dramatizando ese efecto íntimo que
¿y los hombres?
desplazamientos de amargura viscosa
asfixiando placeres, ¡peleles!
¡Miradla!,
bastaría el expresionismo de sus cejas para destruir vuestra superestructura
todo su rostro os explota como un jeroglífico
cuya solución tiene terribles consecuencias.
Sí, Diosa
te acorralas de extravagancia, pero atacas
te has reventado todas las venas para que tu lengua pronuncie colores calientes
toda tu incomprensión de leyes
tabúes
morales y estupideces, lleva sangre de loca para pintar el mundo
todo tu asco hacia los machos linchadotes lleva sangre de niñas muertas,
están ahí afuera
las ves todos los días a las niñas trepanadas
¡los sientes en ti!, a los maestros y educadores
castradores de la carcajada insolente
todos ellos ridículos de hipocondría conceptual
pálidos repugnantes de aberraciones normativas, ¡sí, Diosa!,
apuntales a todos, ¡a todos!,
con su cabeza y su sentido común, sitúales en tu punto de mira
¡y dispara!
Luego estás tú,
maldigo mi lástima pero sé que de niña escuchabas el secreto de las flores
y no lo soporto......
impactos nauseabundos aplastaron tus labios
estertores lascivos escupen sexo estrangulado,
¡tú!,
belleza espantosa
muéstrame esos ojos
están humedecidos por el rastro viscoso de las serpientes,
yo sé que tu cuerpo cansado no puede
que tus miembros agonizan en los charcos urbanos,
te veo
devorada por los monstruos de la caverna de las pestes.
Sí,
hace mucho tiempo que
y se reía
y soñaba con besos
y no sabía nada……
fuera de sus ojos silvestres los engendros de la caverna avanzaban
dejando un rastro de flores muertas
de mutaciones cibernéticas y genes torturados
mí Diosa
sólo por ti he de destruir el Mundo.
Diosa escúchame,
entre otras cosas ¡maldita sea!, las polillas
los gusanos
la necrosis publicitaria, en definitiva:
monstruos radiactivos de toda clase y condición están comiéndose a las muchachas
más lindas del lugar
ofreciéndolas caricias de lija, aconsejándolas
entre la espada y la pared.
Estás triste,
Diosa y loba esteparia
la vida parece ser no poder hacer lo que tú quieras
te despellejarían entera sólo por enseñarnos tu pulpa toda negra
pero no puedes
porque, especialmente a ti bella hija de
no eres vista
no eres creída
pero no descansas, estás en guerra
pringándote con sangre desbocada y con ternura
siempre firme y poderosa haciendo frente al horizonte siniestro,
luchas
estás siempre viva
si por casualidad llora tu clan ante un Destino que espanta
tú los calmas y los guías,
eres la llaga y la rasgadura
sin mierda ni bisuterías jugando con las estrellas
cierva
de fuego y de incógnito,
hija de las violetas violentas de Marzo y del viento.
Todo te mira.
Te mira la hembra gacela, que se pasea
por donde dos machos pelean, te mira el jovencito gacela
que es la sabana amarilla pierde las tripas,
te miramos las bestias
pero también te miran las fresas
las sandías y las cerezas, las vírgenes y las grietas
de aquellas casitas viejas de un pueblecito que se ve
desde la ventanilla de un tren.
Eso es
Diosa
eres
¡qué ovarios más grandes tienes!
te los veo hasta en los dientes
como dos enormes cojones de toro por dentro del vientre,
dime Diosa
¿acaso eres tú descendiente directa de la cópula primigenia de los espacios?
¿o es que el olor de la personalidad de tus manos
es el de
resoplando enfurecida
lamiendo sus heridas tendida en la maleza?
Diosa, lo repito:
Sólo por ti he de destruir el Mundo.
Un poema muy visceral...
ResponderEliminarSaludos Leonardo, ¡por fin formas parte de este experimento colectivo nuestro! Bienvenido, y para adelante compañero...
Raquel barrasa villa, era mi compañera de asiento en el colegio...Cuando terminamos, nunca más nos vimos...bueno, creo que una vez ns cruzamos pero sólo nos miramos, y hoy. Jugando con el google , puse su nombre pues la recordé y leo en tus palabras que ella ha muerto....recordé muchas cosas...y aunque no lo creáis, siempre la eché de menos.
ResponderEliminarAnonimo, si de casualidad lees esto te dire que el hecho de haber cruzado tus ojos con los suyos, y haber compartido y disfrutado su noble sonrisa y su LUZ, todo eso ya te ennoblece de por vida. Alegrate pues, ese es su legado.
ResponderEliminarY te creo, nadie que haya estado en su presencia puede olvidarla. Su recuerdo es inspiracion permanente para combatir la Mentira y la Mezquindad que nos rodea. Eso es lo que ella queria, ¡luchemos pues! ¡propaguemos su vitalidad y su rebeldia!, asi su corta e intensa vida tendra sentido y sera Eterna.