Sobre el concepto de Arte hay varias definiciones, pero que se pueden conjugar en el conjunto de técnicas que imitan la realidad para expresar ideas o emociones... En una corrida de toros se mata a unos animales realmente, considerarla «arte» no tiene sentido. Aquí os pongo parte de un texto de Jesús Mosterín que es el Prólogo del libro Justicia para los animales de Pablo de Lora (2003):
La Generalitat de Cataluña, en aplicación de su norma vigente de protección de los animales había prohibido la pretensión de Salvador Távora de introducir el rejoneo, lidia y muerte de un toro en medio de la representación de la ópera Carmen en Barcelona. Increíblemente, los tribunales, incluyendo el Supremo en 2003, condenaron a la Generalitat a pagar una indemnización multimillonaria a Távora, basándose en la presunta defensa de la libertad de expresión artística. Con ello la ceremonia de la confusión, la falta de lógica, la crasa incompresión de lo que es el arte, la carencia de sensibilidad y compasión y el total desprecio por el sufrimiento de los animales condujeron a un esperpento judicial que difícilmente será olvidado. Como señalaba Antonio Machado por boca de su alias Juan de Mairena, el arte es representación, ficción, y por eso el toreo no es arte. La corrida no es «un arte, puesto que nada hay en ella de ficticio o imaginado». Al final de la ópera Carmen, Escamillo torea y don José apuñala a Carmen. Naturalmente la muerte del toro y de Carmen son ficciones. El arte es ficción y la ópera es arte. Matar a un toro en el escenario no es arte, como tampoco lo sería matar a la actriz que interpreta el papel de Carmen. Sólo un artista mediocre y sin imaginación puede confundir la representación ficticia o artística del dolor y la muerte con las cosa misma. Si Távora fuera consistente, haría matar de verdad tanto al toro como a la actriz que interpreta a Carmen. Sería curioso ver si el Tribunal Supremo lo absolvería por respeto a la libertad artística. La libertad artística es la libertad de crear ficciones, y no tiene nada que ver con la libertad de torturar y matar de verdad. Parece mentira que los jueces del Supremo confundan ambos conceptos.
Ya que nadie dice algo, pues diré algo. El esperpento taurino, sigue siendo y lo seguirá, un perfecto esperpento. Todos aquellos que aman el supuesto arte de la tauromaquía son unos perectos palurdos estúpidos.
ResponderEliminarLo tradicional o lo étnico se cambia y no permanece. Los del"toro de la vega" son unos "mamarrachos".
Los insultos no llevan a nada bueno, y en este comentario anterior (de hace años) me parece que me pase. Mis disculpas. Desacreditando al contrario no es buena estrategia.
ResponderEliminarPor lo que sé el Távora ahora hace la opera sin sangre, no tocan al animal, un adelanto. Pero ahora le llegan las críticas desde los pro-taurinos, fiel ejemplo de que quieren ver sangre.