Ayer falleció el etólogo catalán Jordi Sabater Pi, uno de los pioneros de la primatología española y mundial, a sus ochenta y siete años de edad. Es conocido por ser el descubridor de Copito de Nieve, el único gorila albino. También por sus estudios de los chimpancés —y sus diversas culturas—, los gorilas de Guinea Ecuatorial (en el verano de 1972, en Ruanda, colaboró con Dian Fossey en el estudio de los gorilas de montaña) y otros primates, además de sus dibujos que donó a la Universidad de Barcelona.
Como recuerdo suyo, pongo algunas palabras del Prólogo de su libro El chimpancé y los orígenes de la cultura, donde exponía:
«Las investigaciones realizadas durante estos últimos cuarenta años han dado un vuelco total a la imagen que todos tenemos del chimpancé. Ahora sabemos que su esquema psicológico se asienta sobre unas capacidades que, hasta hace muy poco, las considerábamos exclusivas del hombre. Todo esto merece una profunda reflexión, una reconsideración objetiva de unos valores que siempre se habían considerado inamovibles y, cómo no, debemos aceptarlo como una lección de humildad.
»Como colofón me atrevería a decir al lector que todos los animales, pero muy especialmente los póngidos y el chimpancé de manera especial, merecen un serio y consciente respeto. No deberían tolerarse las exhibiciones grotescas de estos animales disfrazados de humanos, ni su explotación comercial sea la que fuere, ni su uso para el trasplante de vísceras o empleo en laboratorios de experimentación clínica, y hasta sería necesario reconsiderar la conveniencia de exhibirlos en zoos, concretamente en los que lo hacen en condiciones carcelarias y de privación de congéneres.
»No dudo que dentro de algunos años seremos juzgados muy severamente por esta conducta que es posible se pretenda parangonar, en cierta manera, con la dispensada, hace menos de 200 años, por los blancos a sus hermanos negros que, como esclavos, vendían, como si de animales se tratara, a los plantadores americanos.»
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