martes, 24 de noviembre de 2009

El silencio que exigen las campanas


La Iglesia nunca ha tolerado la libertad en general, pero sobre todo para concretar más, nunca ha tolerado la libertad de expresión. La destrucción de libros, la quema de herejes, la condena de la libertad de prensa, han sido hitos en su historia que ni siquiera ellos mismos se atreven hoy a negar. Pero otra cosa es hablar de ello.

El hecho de anunciar una conferencia sobre los crímenes cometidos por esta institución a lo largo de la Historia ha sido suficiente para que el Arzobispado de Toledo haya denunciado ante el juzgado al compañero que figuraba como conferenciante y posiblemente a la CNT y a la FAI de la localidad. La mordaza esta vez viene en forma de querella por la que piden 30.000 euros de fianza por un «delito para la discriminación en conjunción ideal con un delito de escarnio de los sentimientos religiosos». Lo de la discriminación no acabamos de entenderlo, pero el resto se entiende perfectamente. Sí, has leído bien, pretenden hacer uso del Código Penal para castigar la parodia, el sarcasmo, la burla o simplemente la divulgación de las tropelias de este poder fáctico, responsable del mundo injusto en que vivimos.

Hace algo más de un año la CNT y la FAI de Toledo prepararon una conferencia que llevaba por título: «Fundamentos, actitudes y comportamientos de una organización criminal: la Iglesia católica». Habiendo hablado de este tema otras veces sin problema, incluso en la misma ciudad, se esperaba una exposición histórica y un análisis de la realidad actual con un coloquio posterior. Desde luego no se convocaba dentro de ninguna Iglesia ni se obligaba a asistir amordazado a ningún cristiano para ver si abría los ojos a modo de exorcismo. Pero en esta ocasión intervinieron los perros bien adiestrados.

El día anterior a la conferencia, el principal diario de la localidad, EL DÍA, publica a página entera y con una llamada en la portada, la atrocidad que se cierne (literal) sobre Toledo: se va a hablar. ¿Pero cuestiona el artículo el contenido de la conferencia? No, no, ¿para qué? La preocupación de este vocero de los notables toledanos es quién podía usar legítimamente el patrimonio sindical acumulado (edificio donde se realizó), quién había dado permiso, cómo se podía evitar, y qué pensaban los sindicatos y partidos que ya conocemos. Pues bien, el presidente provincial de la UGT, Rubén Martín, decía: «nosotros no hemos dado autorización, de hecho me sorprende esta noticia porque no sé cómo habrán conseguido las llaves». El de CC OO, Jesús García Villaraco decía no conocer la noticia: «pero no entiendo cómo pueden anunciar una conferencia o una actividad sin que nosotros lo conozcamos». Luego dejan caer que CC OO ha planteado la posibilidad de cambiar la cerradura, y que la Subdelegación del Gobierno y la Delegación desconocían el tema y no lo habían autorizado. ¡Qué error! Se debió pedir permiso al Gobierno para poder hablar. No hubo anteriormente ningún problema con las decenas de actos de todo tipo y materia. Ni llaves ni autorizaciones, pero ¡ay, amigo! ¡Se trataba de la Iglesia!

El día señalado volvieron a la carga. En portada ya aparecía que «PSOE y PP dicen que la charla de CNT podría ser un delito», y que IU «critica las formas en que se ha organizado». Y a página entera en el interior, además de decir que «el propio título de la conferencia puede ser constitutivo de delito», el portavoz del PSOE afirmaba que «el contenido y el título de la conferencia no corresponde al sentir de casi nadie en la ciudad de Toledo». A su grupa, el presidente de los Populares toledanos mostraba su «negativa a este tipo de actos bochornosos, lamentables, inadmisibles y hasta casi delictivos» y que «en una ciudad como Toledo que tiene la categoría de primada de España no se pueden producir este tipo de actos». Esta bella persona, después de hacer «un llamamiento a las autoridades para que no consientan que se haga», hizo un pronóstico (siempre según el diario): «supongo que si al final la hacen seguirán diciendo sandeces similares a las del título».

Pero si parecía que ahí acababa la cosa, justo antes de comenzar el acto se presentan dos personas que dicen ser periodistas de EL DÍA diciendo que vienen a grabar el acto. Por supuesto, se les invitó amablemente a no estropear el material de grabación con semejantes «sandeces», pero ellos insistían porque «vamos a los sitios a grabar lo que nos da la gana». Después de que a Leo Bassi le pusieran una bomba en el camerino del Teatro Alfil en Madrid, de que desalojaran una librería vallisoletana por amenaza de bomba durante la presentación de un libro crítico con los dogmas cristianos, de Fernando de Orbaneja, y de que a Íñigo Ramírez de Haro le dieran una paliza en el Círculo de Bellas Artes durante la representación de la obra «Me cago en Dios», y sobre todo recordando que los de la otra mejilla son ellos, se les dijo que nada de grabar pero que se podían quedar a escuchar la conferencia. De hecho se quedaron, pero a los cinco minutos se marcharon porque en la escuela de periodismo no les debían haber enseñado a hacer un crónica de algo que se ha escuchado y sobre lo que se ha tomado nota. Al día siguiente, eso sí, se encargaron de escribir que «la CNT veta a EL DÍA y nos prohíbe grabar y tomar imágenes».

Si creen que las amenazas judiciales van a servir para taparnos la boca se han equivocado. En el año del asesinato de Francisco Ferrer instigado por la Iglesia seguiremos enumerando sus crímenes y el lastre que supone para cualquier aspiración de libertad. Continuaremos informando.

6 comentarios:

  1. Artículo 525 del Código Penal:

    1. Incurrirán en la pena de multa de ocho a doce meses los que, para ofender los sentimientos de los miembros de una confesión religiosa, hagan públicamente, de palabra, por escrito o mediante cualquier tipo de documento, escarnio de sus dogmas, creencias, ritos o ceremonias, o vejen, también públicamente, a quienes los profesan o practican.

    2. En las mismas penas incurrirán los que hagan públicamente escarnio, de palabra o por escrito, de quienes no profesan religión o creencia alguna.

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  2. Escarnecer, es burlarse o humillar con intención de herir y ofender a alguien. Y vejación es todo maltrato o humillación causada a otra persona. Y hablar de cosas criminales y reales del pasado de una institución, no es ofender sentimientos.

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  3. Lo peor de todo es que el clero, a través de sus medios de información (prensa, radio, TV), no paran de denunciar los crimenes que recibieron de los "rojos" durante la guerra civil española, la revolución rusa y la revolución mejicana; mientras que si alguien denuncia sus crimenes, eso es una ofensa y debe ser castigado por la ley.

    ¿Dónde está la libertad de expresión? Este régimen no es democrático, sino una continuación del regimén nacional-católico que nos precedía.

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  4. Para estos “modernos inquisidores” del siglo XXI, les dedico esta reflexión hecha por Friedrich Wilhelm Nietzsche:

    "En verdad soy una selva oscura
    plena de enormes y sombríos árboles
    pero aquél que no tema a mis tinieblas
    hallará bajo mis cipreses
    senderos llenos de rosas"

    Así hablo Zaratustra

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  5. Esto es parte de la entrevista que han hecho al compañero:

    ¿Nos puedes resumir cúal es el contenido de tus conferencias?

    La presencia constante (visible o encubierta, pasada y presente) de la Iglesia en todos los impulsos para restringir el conocimiento y las libertades. Desde el aliento para provocar la muerte de Hipatia, Giordano Bruno, o más cercano en el tiempo Francisco Ferrer i Guardia, hasta la condena de la libertad de prensa y del socialismo en todas sus variantes (incluyendo por supuesto al anarquismo) durante el siglo XIX. De sobra es conocida su colaboración con el régimen franquista, la Alemania nazi y la Italia fascista.

    Sus escándalos económicos como el que tuvo por epicentro al Banco Ambrosiano, el estar hoy en día entre los 10 países del mundo donde más se blanquea dinero procedente de actividades criminales (según London Telegraph) o los escándalos de pederastia allí donde se encuentren (de EEUU a Australia, y por supuesto, también en España) no les hace avergonzarse lo suficiente para estar en silencio. Siguen acusando de asesinato a las mujeres que abortan o responsabilizan a la liberación sexual del maltrato machista, o a los ateos de todo mal que nos aflija, como castigo divino provocado por nuestra postura (así se expresaron tras los efectos del huracán Katrina).

    [...]

    ¿Cómo valoras el hecho de que la realización de la conferencia fuera criticada en su momento, no sólo por el Arzobispado, sino por los partidos políticos PP, PSOE e incluso IU y por los sindicatos CCOO y UGT, amén del respaldo de sus declaraciones en los medios locales?

    Los periódicos locales respaldaron la campaña contra la CNT. La postura de PP y PSOE fue de absoluta condena pidiendo su prohibición (de igual manera los dos), y la de las otras tres organizaciones fue lamentable, porque decían que no eran formas, y se escandalizaban de que no pidiéramos permiso. Esa era su preocupación. De todos modos no me extrañó demasiado porque la Iglesia ha penetrado hasta el tuétano incluso a los partidos y organizaciones que se presentan como de «izquierda», y mientras critican sus declaraciones más aberrantes, como puede ser en el caso del aborto, defienden otros disfraces de la misma organización (ONG´s católicas, misiones, parroquias pobres, determinados movimientos de independencia nacional...).

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  6. Y parte de un artículo suyo en el Tierra y Libertad, nº220:

    «...Desde el momento en que se deja de perseguir al cristianismo proclamándolo religión oficial del Imperio romano, sus seguidores comienzan a destruir el resto de creencias que les estorban. La violencia se ejerce incluso entre las propias tendencias del cristianismo primigenio forjándose con sangre el corpus doctrinal que hoy en día tratan de hacer pasar por auténtico, único y revelado. No le tembló el pulso a quien falsificó el testamento del emperador Constantino para justificar el dominio del papado sobre el mundo y su superioridad incluso sobre el emperador. Ni le temblaba a los dominicos que aprobaban las ejecuciones en la hoguera y las torturas de herejes, científicos, ilustrados, hombres y mujeres en definitiva que no quisieron someterse a su doctrina...»

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