A veces, el pez chico se come también al grande. Como le pasó a este ejemplar de engullidor negro (Chiasmodon niger: un pez abisal depredador, no mayor de los 25 centímetros), cuya boca puede abrir desmesuradamente y devorar presas mayores que él. Aunque en este caso fue exageradamente grande.
Ocurrió hace dos años en el Mar Caribe, a unos kilómetros al sur de las Islas Caimán, un pescador encontró flotando algo extraño... El objeto en cuestión, resultó ser el cuerpo de un engullidor negro de 19 centímetros que tenía en el interior de su estómago un pez cuatro veces mayor que él, un escolar de canal (Gempylus serpens) de 86 centímetros —este pez está emparentado con nuestros peces sable y alcanzan el metro de largo—.
¡Una mala digestión que resultó mortal!
Cielos!
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