Lo llamaran «cultura» o «tradición» lo que es simplemente tortura y maltrato. Unos cuantos paletos borrachos de mierda ven una vaquilla, y se comportan como auténticas bestias. Y las autoridades locales de Alhaurín el Grande no hacen nada y se declaran impotentes, mejor dicho, incompetentes.
Dicen que han sido malinterpretadas las imágenes... ¡Ja, ja, ja! ¿Tenemos pintado en nuestros rostros un cartel que ponga que somos idiotas? ¡Paletos de mierda! O, como dice unos de los ediles de este pueblo malagueño: «Una cosa es la fiesta taurina y otra cuestión diferente es la actitud de los que asisten». Y se quedan tan tranquilos estos incompetentes pueblerinos. Ya que se organizan festejos, los organizadores, desde el principio hasta el final, se tienen que hacer responsables e intervenir cuando sea preciso, cosa que como se ve en las imágenes no ocurrió.
Aquí se puede ver las lamentables escenas...
http://videos.larioja.com/reproductor.swf?file=2350/MUERTEENVIVO.DIVERSIoN.wmvHQ.flv&tagclone=larioja&fileSub=&autostart=true&fs=true
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Ya va siendo hora que tales festejos y afines costumbres, donde la diversión es a costa de terceros, en este caso animales no humanos, tengan su fin. Y me da igual que lo justifiquen en base a unas tradiciones, identidades, costumbres o culturas... ¡Qué se acaben! Y como decía Heráclito: «Todo cambia, nada permanece».
¿Es esto parte de esa "cultura de los pueblos" ibéricos que hay que conservar so pena de caer en la aculturación etnocida contra el indigenismo patrio?
ResponderEliminarLa tortura no es arte ni cultura.
ResponderEliminarEste tipo de festejos existían en otros países europeos en un pasado no muy lejano, pero se suprimieron. Los hábitos, la moral y otros rasgos identitarios de los pueblos, étnias o naciones no permanecen impertubables a lo largo de la historia, cambían constantemente. Ya va siendo hora de poner fin a este tipo de espectáculos y diversiones crueles y, hasta, estúpidos, con el que se nos identifica a los habitantes de esta nuestra Península Ibérica.
ResponderEliminar«¡Todo cambia, nada permanece!»