domingo, 1 de mayo de 2011

¿Queremos un trabajo que no nos amargue la existencia?

Aunque con esta maldita crisis económica-financiera y social que estamos padeciendo, con cinco millones de parados, y, tal vez, vaya a peor. El deseo de muchos de conservar o conseguir un puesto de trabajo para sostenerse, lamentablemente se aceptaría —dependiendo de la situación personal y familiar de cada uno/a— cualquier trabajo, por pésimo y nefasto que sea. Eso lo saben los empresarios desaprensivos que pululan por ahí, que sacan provecho de la situación, para explotar a su antojo a los trabajadores (autóctonos o foráneos, da igual). Pero esto no nos tiene que hacer bajar la guardia y obligarnos a acceder a sus abusos. Aunque estemos en crisis, no perdamos nuestros derechos. Ya que estamos en el Primero de Mayo: ¡Abajo los explotadores!

En la Plataforma SINC he visto este artículo de medicina laboral —cuyo estudio aparece en el Scandinavian Journal of Public Health— que parece interesante, y a tener en cuenta.


La organización del trabajo puede perjudicar la salud de las personas trabajadoras al provocar dolencias de distinto tipo, desde enfermedades cardiovasculares hasta mentales. Una nueva investigación incide en que el mejor trabajo es el que da más participación a las personas empleadas, más posibilidades de adaptar las condiciones de trabajo a sus necesidades, mayor reconocimiento y un trato justo.

«Hemos estudiado la relación entre la exposición a los riesgos psicosociales y las llamadas Prácticas Empresariales de Gestión de la Mano de Obra (PEGMO) destinadas a contratar, utilizar, desarrollar y retener o despedir a los y las trabajadoras», explica a SINC Clara Llorens Serrano, autora principal del trabajo e investigadora en el Instituto Sindical de Trabajo, Ambiente y Salud (ISTAS-CCOO).

El estudio, publicado en la revista Scandinavian Journal of Public Health, determina que un buen ambiente laboral se relaciona con métodos de trabajo participativos y que permiten aprender nuevos conocimientos, con fórmulas contractuales indefinidas, con no hacer sentir a los trabajadores fácilmente reemplazables o amenazarles con el despido, con remunerar según las horas trabajadas y tareas desarrolladas, así como con una jornada semanal entre 31 y 40 horas y en horario de mañana.

A partir de una encuesta realizada entre octubre de 2004 y julio de 2005 de 7.612 personas trabajadoras en España por cuenta ajena, financiada por el Fondo de Investigación Sanitaria, la investigación sugiere que «cuantas más PEGMO caractericen la organización laboral, mejor será el entorno psicosocial de trabajo y menor la aparición de trastornos de la salud».

«Según nuestros análisis y la evidencia previa, los riesgos psicosociales se relacionan con las PEGMO. Estas pueden constituir un factor clave de la asociación entre los riesgos psicosociales y la salud, y un objetivo primordial para la prevención en origen del estrés laboral al modificar la organización del trabajo», apunta Llorens.

Las claves de un entorno laboral óptimo

Los resultados más relevantes muestran cómo un funcionamiento democrático y la aplicación de fórmulas de participación directa de los trabajadores en la realización cotidiana de sus tareas conducirían a un mejor entorno de trabajo.

Las asociaciones más fuertes se encuentran en las variables de «control» (influencia en la realización del trabajo, posibilidad de aplicar y aprender nuevas habilidades y conocimientos en la realización del trabajo, sentido del trabajo,…), «apoyo social» (recibir ayuda y feedback en la realización del trabajo por parte de compañeros y supervisores, sentido de grupo, tareas y margen de autonomía claro), así como «compensaciones» (reconocimiento en el trabajo y trato justo).

Los autores afirman que las PEGMO sobre el diseño de tareas y métodos de trabajo deberían tener en cuenta las habilidades y conocimientos de los trabajadores y también sus necesidades de aprendizaje y su autonomía.

«Esto podría reducir significativamente o eliminar parte de los riesgos psicosociales en España, un país donde el taylorismo (la fórmula de organización del trabajo más extendida y persistente) ignora a los trabajadores como profesionales y como personas capaces de aprender y de decidir», concluye la investigadora catalana.

Referencia bibliográfica:
Llorens C, Alós R, Cano E, Font A, Jódar P, López V, Navarro A, Sánchez A, Utzet M, Moncada S. «Pyschosocial risks exposures and labour management practices. An exploratory approach». Scan J Public Health; 38 (Suppl. 3): 125-136, febrero de 2010. DOI: 10.1177/1403494809354363

Fuente: SINC

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