martes, 30 de agosto de 2011

VECINO

(DEDICADO A MIS PASADOS, PRESENTES y ¿FUTUROS? VECINOS, Y POR SUPUESTO A MIS VECINITAS)




        No grite usted tanto, hombre
que me jode la santa conjunción de Jupiter con el Sol
y acecha Plutón
amenazándome con la baba la sarna y el esputo resbalando por el mentón,
que me cago en Dios.
     Me hago cargo
de la trepanación sublimada en tu mueca de terror
el hedor de tu sobaco castigado siempre con miedo a algo
el amarillo rubor, y es que
hasta yo lo véo claro
la vida a resultado ser una puta mierda y todo es un maldito error
el fuego calcinado está vacío
frío
varias, o mas bién casi todas las flores sudorosas se mueren irremediablemente
huelen ¡como huelen!
algunas podridas y coloreadas de sarcasmo créen que hieden
pariendo hongos envenenados y subiéndose por las paredes
algo las mata y se mueren
después de gritar fuerte, no mas de un par de veces.
    Me hago cargo
del letargo
de que la niña no para de dar el coñazo
de la saliva que te escurre por la barbilla, de que su hija es una putilla
que se pinta los labios,
que no obedece y no ha hecho el recado.
    Pero joder, no grite usted tanto señor
amenazante conductor, ¡cagón!
de corbata y pantalón, padre borracho y peón de mono
y hormigón,
llorón
meón
¿o es que tengo que romperle a latigazos el pescuezo para que alce la cabeza
y véa al fin amarillo naranja el Sol en llamas?
sabe que es domingo y hoy no se trabaja
lo dijo Dios, tranquilícese
la compra ya está hecha y las patatas están fritas, y por favor
no mire de reojo las tetitas
de su hijita
mírelas con ternura y sin fiebre ¡de frente!
y no le grite usted tanto que se le va a hinchar el vientre.
    Cállese
o le cierro el hocico yo que es primavera y queda usted féo
además de ridículo ¡viejo! ¡reviejo!
que no se da cuenta que los pájaros brujos se burlan de su pellejo
mírese en el espejo
y sáltese la tapa de los sesos, porque si
porque hoy su niña se agita 
con las margaritas
y baja sus ojos dulces y melosos ¿y porqué no decirlo?
un poco ansiosos buscando como loca mariposa
el bulto que se forma en mis vaqueros desastrosos.
    No grite usted tanto
que me enfado ¡libero a su hija!
y la rapto.

 

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