Frente a los prejuicios de ciertos sectores de la sociedad española, en especial el más tenebroso de ellos: el clero (Marx dixit), que quieren imponernos como si fuesen verdades científicas con respecto a la homosexualidad y su posible "cura" todo tipo de tratamientos terapéuticos psicológicos de dudosa eficacia (y consecuencias psicológicas desastrosas en los pacientes, además de reforzar la homofobia y todo tipo de discriminación social a las personas de orientación homosexual y bisexual) con el propósito de modificar no sólo la conducta sexual, sino también la orientación sexual) os pongo un texto de la psicóloga colombiana Dra. Mirta Granero que presentó para el X Congreso Colombiano de Psicología.
“La homosexualidad ciertamente seria un asunto
más fácil de describrir y analizar, si estuviera
limitado solo a las personas que la practican.”
C. A. Tripp
“Es mas fácil ser aceptado en nuestra sociedad
como asesino que como homosexual.”
Abby Mann
más fácil de describrir y analizar, si estuviera
limitado solo a las personas que la practican.”
C. A. Tripp
“Es mas fácil ser aceptado en nuestra sociedad
como asesino que como homosexual.”
Abby Mann
¿Como se forman las actitudes frente a lo diferente?
¿Como influyen en lo diferente?
¿Como influyen en lo diferente?
Son preguntas que siempre me planteo desde que empecé a trabajar en el tema a principios de los años 70, después de haber planeado mi primera charla publica “Lo que deben saber los padres de los homosexuales”. No vino nadie (salvo algunos amigos) aunque fue muy bien publicitada por los medios de comunicación y se realizaba en un instituto reconocido.
Evidentemente desubicado frente a la realidad, me costaba entender lo sucedido. Tenía alrededor de 30 años en ese entonces. Hoy tengo 30 años más y me sigue costando entender. Sigo mirando, escuchando y descubriendo cosas que me asombran tanto casi como en ese momento.
Este año pase 10 días de vacaciones en mi casa de fin de semana con mi nieta Camila de solo 3 años. A pocos metros de mi casa se encuentra la casa de los cuidadores. Son una familia con 4 hijos pequeños y Camila juega con ellos. Van y vienen juntos de una casa a la otra. Una tarde fue a buscar a sus amiguitos y volvió rápidamente con una expresión muy extraña en su rostro.
—¿Que pasa Camila porque has vuelto?
—Me da vergüenza entrar, hay un señor que parece una mujer —respondió.
Enseguida supe de quien se trataba: de Miguel. Un varón homosexual de alrededor de 40 años, enfermero de un geriátrico, excelente profesional, pero que a partir de su imaginación de que un hombre al que le gustan los hombres debe parecerse a una mujer, ha construido sus gestos y modales femeninos, y aunque usa pantalones sus camisas, remeras y sacos son femeninos. Se peina como mujer, usa collares, anillos y se pinta los ojos, los labios y las uñas largas.
Trate de explicarle a Camila que no tenia que sentir vergüenza, que cada uno de arregla como le gusta y que si Miguel quería parecerse a una mujer estaba bien que se pareciera. Ella hizo comentarios sobre su cabello largo y recogido con una hebilla, tipo colita.
Yo le dije que eso no importaba. Que algunas mujeres tenían cabello corto y algunos hombres largos, que algunos varones usaban aros y que tenían el derecho y la libertad de vestirse y arreglarse como quisieran. Ya habíamos tenido una conversación acerca de la libertad cuando ella no quería que otros hicieran algo (como leer o mirar la TV).
Camila siguió pensando. Rato después me comento que su amiguita Valentina se quería parecer a un hombre porque tenia el cabello corto. Trate de explicarle que Valentina tenía solo 2 años y que su cabello corto se debe a que aun no le creció más. Ella preguntaba que si le crecía y se lo cortaba, seria porque quería parecer un hombre. Esa sensación de “vergüenza”, que yo interpreto más como una sensación rara frente a lo que no le es habitual, le duro toda la tarde y el día siguiente. En la medida en que me vio conversando con Miguel (yo lo invite a tomar un café a mi casa) se le fue pasando pero sigue refiriéndose a el como a algo extraño. ”El señor que parece una mujer” y no lo llama por su nombre. Hace un mes fue con sus padres al cumpleaños de uno de los miembros de una pareja gay (gente con la que están frecuentemente).
Son dos muchachos amigos de la familia a los que trata desde que nació. Ellos la llevan al circo, alguna vez a la plaza o a almorzar. Se ven varias veces por semana porque los dos trabajan en una empresa de comunicación que tiene su padre (que también es psicólogo, como su madre).
Camila los quiere mucho y les gusta estar con ellos. Esta pareja no tiene en publico manifestaciones de afecto de pareja (no se besan, no se abrazan, no van de la mano, etc.)
Al volver del cumpleaños le dijo a su madre:
—Vos sos mi mama porque sos mujer. Dos varones no pueden ser esposos, ¿Por qué es?
Se trata de que pudiera explicitar mejor lo que pensaba, hasta que nombrándolos dijo que no podían ser esposos porque una no era mujer e insistía ¡no puede ser! ¿Por qué es?
Somos una familia de psicólogos y sexólogos. Tenemos un instituto de Sexología. Creo, (estoy casi segura) que no discriminamos a personas con una sexualidad diferente a la normal. ¿Por qué la actitud de Camila?
Eso le debe pasar a casi todos los chicos frente a las orientaciones diferentes (y seguramente también frente a otras diferencias). Frente a aquello que no es tan usual ver ¡y desgraciadamente la actitud es negativa! ¡Me da vergüenza! ¡no puede ser!
Estamos tratando de que Camila no tenga una actitud discriminatoria (esperamos conseguirlo). Pero la mayoría de los chicos no tiene esa confianza y facilidad de conversación con su familia ni tampoco una familia de sexólogos.
Los chicos comienzan a discriminar desde que sienten la diferencia y así siguen. Siguen y esa actitud negativa tiene sus consecuencias sobre la persona diferente.
Aquel que va a tener una orientación sexual diferente se siente diferente (la mayor parte de las veces) desde muy pequeño. Y suma a esa sensación de sentirse diferente la actitud de extrañeza, de vergüenza, de que no puede ser, de discriminación, de las miles de Camila con las que se encuentra en su vida.
Rubén Ardila en su libro “Homosexualidad y Psicología” trata muy bien las etapas de desarrollo y los estadios que atraviesa el hombre homosexual en su desarrollo psicológico:
Primera etapa de surgimiento: que se presenta durante la infancia. Dice: “El niño se considera diferente, tiende a ocultarse, experimenta sentimientos de alineación y de depresión. Aparecen fantasías homosexuales y en algunos casos las primeras experiencias. La infancia de la mayoría de los homosexuales es bastante solitaria y la persona tiende a la introspección y a reflexionar sobre si misma”.
¿Esto es así porque así es la personalidad de un niño/niña que va a ser homosexual, travesti etc.?
¿O es así porque se topa desde muy temprano con cantidades de Camila que le demuestran que no lo aceptan, que eso no esta bien, que así no puede ser, que están sintiendo algo que esta mal sentir, que sienten vergüenza de que ellos sean así?
¿La alineación y la depresión, la soledad y la tendencia a la introspección y a reflexionar sobre si mismo es natural o es una segura consecuencia de la hostilidad, del ensañamiento, del malestar que sienten otros frente a ellos? ¿Cómo seria ese niño en una sociedad que no lo discriminara? ¿Cómo seria su etapa de identificación, de aceptación de su identidad y de su consolidación?
Cory (en su libro “El homosexual de América”) ya dice muy claramente en 1951: “Una persona no puede vivir en una atmósfera de universal rechazo, de desprecio, en una sociedad que la coloca fuera de la ley y proscribe sus actividades y sus deseos… sin que esto influya de manera fundamental en su personalidad”.
En la investigación que realizo Rubén Ardila en sobre homosexualidad hay algunos datos a tener en cuenta sobre este tema
- El 51% de los homosexuales encuestados declara que ha habido oportunidades en que sintió que iba a perder la razón.
- El 63% se cree responsable por el hecho de ser homosexual.
- El 65% desearía tener una idea mejor sobre si mismo.
- El 70% piensa que nada o casi nada puede cambiar la opinión que la gente tiene acerca de ellos.
Si tomamos por ejemplo algunos test de personalidad y lo aplicamos a personas con orientaciones sexuales diferentes, los puntajes de neuroticismo, psicoticismo, fobias, subirán mucho solo por algunas respuestas positivas a preguntas cuyas respuestas no son positivas en la gente heterosexual.
Tomemos algunos ejemplos:
PEN: (80 ítems – es una versión del EPQ-A de Eysenck)
12 – ¿Ha tenido alguna vez miedo a volverse loco?
14 – ¿A veces tiene pensamientos o ideas que no le gustaría que los demás se enterasen?
21 – ¿Ha tenido usted más problemas que la mayoría de las personas?
33 – ¿Hay varias personas que tratan de evitarlo?
45 – ¿La gente generalmente parece ofenderlo fácilmente?
57 – ¿Tiene enemigos que puedan hacerle daño?
68 – ¿Siempre se ha considerado una persona diferente?
73 – ¿Hubiera sido más afortunado si la gente no hubiera puesto dificultades en su camino?
INVENTARIO DE MIEDOS:
05 – A las voces fuertes
12 – Ser molestado
15 – Ruido de sirenas
29 – Gente con autoridad
51 – Ser criticado
61 – Sentirme rechazado por otros
64 – Sentirme desaprobado
86 – Ser diferente a los demás
Imaginemos que tomamos estos dos test:
- A una persona heterosexual:
Si contestara si a las primeras ocho preguntas y si tuviera puntaje alto en el cuestionario de miedos, nos daría un diagnostico bastante malo, algo psicótico y fóbico.
- Pensémoslo en una persona con otra orientación sexual: homosexual, bisexual, travesti, transexual.
Es casi imposible que no nos conteste si a las primeras ocho preguntas y no tenga en esos miedos puntajes muy altos. Todo eso le pasó, es discriminado, perseguido, mal visto, criticado, etc. No son imaginaciones suyas delirios o ideas irracionales. Está bien plantado en la realidad que le toca vivir.
Si los grandes psicólogos que han construido los test no han pensado en un esto y no han hecho aclaraciones ¡que discriminación, que falta de conciencia por lo diferente!
No quiero aburrirlos con más test con estos problemáticas. Investiguen ustedes. Es una tarea importante a tener en cuenta cuando hacemos diagnósticos principalmente para conseguir trabajos, en las selecciones. Las personas no heterosexuales tienen menos oportunidades, porque hasta las pruebas diagnosticas objetivas tal vez en un afán de no discriminar, están discriminando.
Son muy iatrogénicas estas actitudes hacia la gente con orientación sexual diferente.
Son muy poco sensibles a lo que le ocurre al otro, muy poco empáticas, muy deshumanizadas.
Este miedo este rechazo a la homosexualidad se llama Homofobia. La actitud homofóbica sostiene multitud de reacciones individuales y sociales que tienen un desenlace común: el ataque, la represión y la condena de la persona homosexuales.
A pesar de que todavía hoy se discute el uso del termino homofóbico (Blumenfeld, Warren, 1992) por considerar que no define de manera real y completa la opresión basada en la identidad u orientación sexual, se acepta que generalmente este se refiere a la “repulsión hacia los homosexuales y a menudo al deseo de inflingirles castigos” (Weemberg, George, 1973).
Este temor suele ser interpretado por algunas teorías como que esta alimentado por temores ante el propio potencial homosexual. Como que la intensidad del rechazo hacia lo homosexual en el mundo exterior, aliviara los temores ante lo homosexual en el mundo interior. Puede que así sea. Pero el aprendizaje del rechazo a lo diferente (sobre todo en lo sexual) hoy esta instalado en la sociedad, y con muy buenos refuerzos.
La homofobia según Blumenfeld puede operar desde niveles personales, hasta el impersonal, institucional y cultural.
Son tan irracionales las reacciones homofóbicas que es preciso que la sociedad tome conciencia y se reconozca ante un tema tan cargado.
El intentar identificar y reducir las actitudes homofóbicas parece resultar el único camino racional para lograr un mejor entendimiento y una mejor integración de las homosexualidades y orientaciones diferentes a la sociedad.
Debemos: (y cuando digo debemos, a veces pienso que todavía es una utopía. Pero también pienso que las utopías más que construir mundos en el futuro, lo que hacen es criticar el presente para construir realidades alternativas, por eso continuo diciendo debemos)
A- Desmitificar los estereotipos de lesbianas y homosexuales.
B- Promover la autoaceptación de la orientación sexual, a través del conocimiento proporcionado en grupos de estudios y talleres de reflexión y análisis.
C- Protestar en contra de la discriminación en los terrenos educativos, de salud, laboral, de vivienda, etc. por causa de la diferente elección erótico-sexual.
D- Brindar apoyo a grupos de lesbianas y gays que luchen por sus derechos.
E- Protestar públicamente contra la represión policial y el chantaje ejercido en la vía publica frente a la orientación sexual diferente
F- Ayudar a formar grupos de liberación sexual en distintas ciudades del país.
G- Abrir espacio a las orientaciones sexuales minoritarias en diarios, revistas, radio, televisión, foros, congresos, etc.
Esto es tarea de todos aquellos que nos sentimos educadores de la comunidad o agentes de salud.
Pensemos que el repudio aprendido que en muchas ocasiones los heterosexuales sienten hacia la orientación homosexual, hacia los bisexuales, los travestis o transexuales, en algunos casos, no es más que un autoafirmarse al manifestar la diferencia. Es decir: este soy yo, diferente de aquel, no me confundan.
Es importante revisar la historia para poder entender que las orientaciones sexuales y la sexualidad en si misma no han sido en todas las culturas y épocas objeto de marginación, castigo, culpa o tratados como categoría de enfermedad.
Buscar las causas de las orientaciones minoritarias sin buscar las causas de la heterosexualidad, es solo observar un lado de la moneda. No encontraremos respuestas mientras no sepamos las causas de la heterosexualidad. Hasta hoy las teorías que explican las orientaciones son fragmentarias. Lo importante es poder entender que las causas de las orientaciones son multifactoriales, que lo mas seguro es que un poco se nace y otro se hace y finalmente se es, sin posibilidad de elección. Como decía Ortega “Yo soy yo y mi circunstancia”. El ser humano es circunstancial, depende de la circunstancialidad.
La necesidad de etiquetar, nombrar, diferenciar los comportamientos y las orientaciones sexuales ha servido en muchos casos para estigmatizar, marginar, castigar, o bien para ensalzar, acreditar, reconocer y valorizar las conductas de los individuos. Para categorizar a unos como mejores que otros y crear desigualdades y culpas.
Cuando mas etiquetamos a la sexualidad mas nos alejamos de su realidad.
Seria bueno hablar de que hay personas sexuales que aman, desean, sienten y viven su sexualidad.
Seguir separando las orientaciones sexuales es ver las causas de la sexualidad desde afuera.
Las diferencias afortunadamente existen pero estas diferencias no nos deben llevar a buscar desigualdades.
El mundo no es dicotómico y mucho menos en el área de la sexualidad. Es un continuo que se modifica en cada persona a lo largo de su vida, dependiendo de sus experiencias históricas, personales, tanto biológicas y psicológicas como sociales.
Es básicamente cuestión de ética el como y para que se etiqueta a las sexualidades. Es básicamente también entonces cuestión de ética el intentar empezar a luchar por que desde la escuela primaria existan en las currícula temas de derechos humanos y no discriminación.
Evidentemente desubicado frente a la realidad, me costaba entender lo sucedido. Tenía alrededor de 30 años en ese entonces. Hoy tengo 30 años más y me sigue costando entender. Sigo mirando, escuchando y descubriendo cosas que me asombran tanto casi como en ese momento.
Este año pase 10 días de vacaciones en mi casa de fin de semana con mi nieta Camila de solo 3 años. A pocos metros de mi casa se encuentra la casa de los cuidadores. Son una familia con 4 hijos pequeños y Camila juega con ellos. Van y vienen juntos de una casa a la otra. Una tarde fue a buscar a sus amiguitos y volvió rápidamente con una expresión muy extraña en su rostro.
—¿Que pasa Camila porque has vuelto?
—Me da vergüenza entrar, hay un señor que parece una mujer —respondió.
Enseguida supe de quien se trataba: de Miguel. Un varón homosexual de alrededor de 40 años, enfermero de un geriátrico, excelente profesional, pero que a partir de su imaginación de que un hombre al que le gustan los hombres debe parecerse a una mujer, ha construido sus gestos y modales femeninos, y aunque usa pantalones sus camisas, remeras y sacos son femeninos. Se peina como mujer, usa collares, anillos y se pinta los ojos, los labios y las uñas largas.
Trate de explicarle a Camila que no tenia que sentir vergüenza, que cada uno de arregla como le gusta y que si Miguel quería parecerse a una mujer estaba bien que se pareciera. Ella hizo comentarios sobre su cabello largo y recogido con una hebilla, tipo colita.
Yo le dije que eso no importaba. Que algunas mujeres tenían cabello corto y algunos hombres largos, que algunos varones usaban aros y que tenían el derecho y la libertad de vestirse y arreglarse como quisieran. Ya habíamos tenido una conversación acerca de la libertad cuando ella no quería que otros hicieran algo (como leer o mirar la TV).
Camila siguió pensando. Rato después me comento que su amiguita Valentina se quería parecer a un hombre porque tenia el cabello corto. Trate de explicarle que Valentina tenía solo 2 años y que su cabello corto se debe a que aun no le creció más. Ella preguntaba que si le crecía y se lo cortaba, seria porque quería parecer un hombre. Esa sensación de “vergüenza”, que yo interpreto más como una sensación rara frente a lo que no le es habitual, le duro toda la tarde y el día siguiente. En la medida en que me vio conversando con Miguel (yo lo invite a tomar un café a mi casa) se le fue pasando pero sigue refiriéndose a el como a algo extraño. ”El señor que parece una mujer” y no lo llama por su nombre. Hace un mes fue con sus padres al cumpleaños de uno de los miembros de una pareja gay (gente con la que están frecuentemente).
Son dos muchachos amigos de la familia a los que trata desde que nació. Ellos la llevan al circo, alguna vez a la plaza o a almorzar. Se ven varias veces por semana porque los dos trabajan en una empresa de comunicación que tiene su padre (que también es psicólogo, como su madre).
Camila los quiere mucho y les gusta estar con ellos. Esta pareja no tiene en publico manifestaciones de afecto de pareja (no se besan, no se abrazan, no van de la mano, etc.)
Al volver del cumpleaños le dijo a su madre:
—Vos sos mi mama porque sos mujer. Dos varones no pueden ser esposos, ¿Por qué es?
Se trata de que pudiera explicitar mejor lo que pensaba, hasta que nombrándolos dijo que no podían ser esposos porque una no era mujer e insistía ¡no puede ser! ¿Por qué es?
Somos una familia de psicólogos y sexólogos. Tenemos un instituto de Sexología. Creo, (estoy casi segura) que no discriminamos a personas con una sexualidad diferente a la normal. ¿Por qué la actitud de Camila?
Eso le debe pasar a casi todos los chicos frente a las orientaciones diferentes (y seguramente también frente a otras diferencias). Frente a aquello que no es tan usual ver ¡y desgraciadamente la actitud es negativa! ¡Me da vergüenza! ¡no puede ser!
Estamos tratando de que Camila no tenga una actitud discriminatoria (esperamos conseguirlo). Pero la mayoría de los chicos no tiene esa confianza y facilidad de conversación con su familia ni tampoco una familia de sexólogos.
Los chicos comienzan a discriminar desde que sienten la diferencia y así siguen. Siguen y esa actitud negativa tiene sus consecuencias sobre la persona diferente.
Aquel que va a tener una orientación sexual diferente se siente diferente (la mayor parte de las veces) desde muy pequeño. Y suma a esa sensación de sentirse diferente la actitud de extrañeza, de vergüenza, de que no puede ser, de discriminación, de las miles de Camila con las que se encuentra en su vida.
Rubén Ardila en su libro “Homosexualidad y Psicología” trata muy bien las etapas de desarrollo y los estadios que atraviesa el hombre homosexual en su desarrollo psicológico:
Primera etapa de surgimiento: que se presenta durante la infancia. Dice: “El niño se considera diferente, tiende a ocultarse, experimenta sentimientos de alineación y de depresión. Aparecen fantasías homosexuales y en algunos casos las primeras experiencias. La infancia de la mayoría de los homosexuales es bastante solitaria y la persona tiende a la introspección y a reflexionar sobre si misma”.
¿Esto es así porque así es la personalidad de un niño/niña que va a ser homosexual, travesti etc.?
¿O es así porque se topa desde muy temprano con cantidades de Camila que le demuestran que no lo aceptan, que eso no esta bien, que así no puede ser, que están sintiendo algo que esta mal sentir, que sienten vergüenza de que ellos sean así?
¿La alineación y la depresión, la soledad y la tendencia a la introspección y a reflexionar sobre si mismo es natural o es una segura consecuencia de la hostilidad, del ensañamiento, del malestar que sienten otros frente a ellos? ¿Cómo seria ese niño en una sociedad que no lo discriminara? ¿Cómo seria su etapa de identificación, de aceptación de su identidad y de su consolidación?
Cory (en su libro “El homosexual de América”) ya dice muy claramente en 1951: “Una persona no puede vivir en una atmósfera de universal rechazo, de desprecio, en una sociedad que la coloca fuera de la ley y proscribe sus actividades y sus deseos… sin que esto influya de manera fundamental en su personalidad”.
En la investigación que realizo Rubén Ardila en sobre homosexualidad hay algunos datos a tener en cuenta sobre este tema
- El 51% de los homosexuales encuestados declara que ha habido oportunidades en que sintió que iba a perder la razón.
- El 63% se cree responsable por el hecho de ser homosexual.
- El 65% desearía tener una idea mejor sobre si mismo.
- El 70% piensa que nada o casi nada puede cambiar la opinión que la gente tiene acerca de ellos.
Si tomamos por ejemplo algunos test de personalidad y lo aplicamos a personas con orientaciones sexuales diferentes, los puntajes de neuroticismo, psicoticismo, fobias, subirán mucho solo por algunas respuestas positivas a preguntas cuyas respuestas no son positivas en la gente heterosexual.
Tomemos algunos ejemplos:
PEN: (80 ítems – es una versión del EPQ-A de Eysenck)
12 – ¿Ha tenido alguna vez miedo a volverse loco?
14 – ¿A veces tiene pensamientos o ideas que no le gustaría que los demás se enterasen?
21 – ¿Ha tenido usted más problemas que la mayoría de las personas?
33 – ¿Hay varias personas que tratan de evitarlo?
45 – ¿La gente generalmente parece ofenderlo fácilmente?
57 – ¿Tiene enemigos que puedan hacerle daño?
68 – ¿Siempre se ha considerado una persona diferente?
73 – ¿Hubiera sido más afortunado si la gente no hubiera puesto dificultades en su camino?
INVENTARIO DE MIEDOS:
05 – A las voces fuertes
12 – Ser molestado
15 – Ruido de sirenas
29 – Gente con autoridad
51 – Ser criticado
61 – Sentirme rechazado por otros
64 – Sentirme desaprobado
86 – Ser diferente a los demás
Imaginemos que tomamos estos dos test:
- A una persona heterosexual:
Si contestara si a las primeras ocho preguntas y si tuviera puntaje alto en el cuestionario de miedos, nos daría un diagnostico bastante malo, algo psicótico y fóbico.
- Pensémoslo en una persona con otra orientación sexual: homosexual, bisexual, travesti, transexual.
Es casi imposible que no nos conteste si a las primeras ocho preguntas y no tenga en esos miedos puntajes muy altos. Todo eso le pasó, es discriminado, perseguido, mal visto, criticado, etc. No son imaginaciones suyas delirios o ideas irracionales. Está bien plantado en la realidad que le toca vivir.
Si los grandes psicólogos que han construido los test no han pensado en un esto y no han hecho aclaraciones ¡que discriminación, que falta de conciencia por lo diferente!
No quiero aburrirlos con más test con estos problemáticas. Investiguen ustedes. Es una tarea importante a tener en cuenta cuando hacemos diagnósticos principalmente para conseguir trabajos, en las selecciones. Las personas no heterosexuales tienen menos oportunidades, porque hasta las pruebas diagnosticas objetivas tal vez en un afán de no discriminar, están discriminando.
Son muy iatrogénicas estas actitudes hacia la gente con orientación sexual diferente.
Son muy poco sensibles a lo que le ocurre al otro, muy poco empáticas, muy deshumanizadas.
Este miedo este rechazo a la homosexualidad se llama Homofobia. La actitud homofóbica sostiene multitud de reacciones individuales y sociales que tienen un desenlace común: el ataque, la represión y la condena de la persona homosexuales.
A pesar de que todavía hoy se discute el uso del termino homofóbico (Blumenfeld, Warren, 1992) por considerar que no define de manera real y completa la opresión basada en la identidad u orientación sexual, se acepta que generalmente este se refiere a la “repulsión hacia los homosexuales y a menudo al deseo de inflingirles castigos” (Weemberg, George, 1973).
Este temor suele ser interpretado por algunas teorías como que esta alimentado por temores ante el propio potencial homosexual. Como que la intensidad del rechazo hacia lo homosexual en el mundo exterior, aliviara los temores ante lo homosexual en el mundo interior. Puede que así sea. Pero el aprendizaje del rechazo a lo diferente (sobre todo en lo sexual) hoy esta instalado en la sociedad, y con muy buenos refuerzos.
La homofobia según Blumenfeld puede operar desde niveles personales, hasta el impersonal, institucional y cultural.
Son tan irracionales las reacciones homofóbicas que es preciso que la sociedad tome conciencia y se reconozca ante un tema tan cargado.
El intentar identificar y reducir las actitudes homofóbicas parece resultar el único camino racional para lograr un mejor entendimiento y una mejor integración de las homosexualidades y orientaciones diferentes a la sociedad.
Debemos: (y cuando digo debemos, a veces pienso que todavía es una utopía. Pero también pienso que las utopías más que construir mundos en el futuro, lo que hacen es criticar el presente para construir realidades alternativas, por eso continuo diciendo debemos)
A- Desmitificar los estereotipos de lesbianas y homosexuales.
B- Promover la autoaceptación de la orientación sexual, a través del conocimiento proporcionado en grupos de estudios y talleres de reflexión y análisis.
C- Protestar en contra de la discriminación en los terrenos educativos, de salud, laboral, de vivienda, etc. por causa de la diferente elección erótico-sexual.
D- Brindar apoyo a grupos de lesbianas y gays que luchen por sus derechos.
E- Protestar públicamente contra la represión policial y el chantaje ejercido en la vía publica frente a la orientación sexual diferente
F- Ayudar a formar grupos de liberación sexual en distintas ciudades del país.
G- Abrir espacio a las orientaciones sexuales minoritarias en diarios, revistas, radio, televisión, foros, congresos, etc.
Esto es tarea de todos aquellos que nos sentimos educadores de la comunidad o agentes de salud.
Pensemos que el repudio aprendido que en muchas ocasiones los heterosexuales sienten hacia la orientación homosexual, hacia los bisexuales, los travestis o transexuales, en algunos casos, no es más que un autoafirmarse al manifestar la diferencia. Es decir: este soy yo, diferente de aquel, no me confundan.
Es importante revisar la historia para poder entender que las orientaciones sexuales y la sexualidad en si misma no han sido en todas las culturas y épocas objeto de marginación, castigo, culpa o tratados como categoría de enfermedad.
Buscar las causas de las orientaciones minoritarias sin buscar las causas de la heterosexualidad, es solo observar un lado de la moneda. No encontraremos respuestas mientras no sepamos las causas de la heterosexualidad. Hasta hoy las teorías que explican las orientaciones son fragmentarias. Lo importante es poder entender que las causas de las orientaciones son multifactoriales, que lo mas seguro es que un poco se nace y otro se hace y finalmente se es, sin posibilidad de elección. Como decía Ortega “Yo soy yo y mi circunstancia”. El ser humano es circunstancial, depende de la circunstancialidad.
La necesidad de etiquetar, nombrar, diferenciar los comportamientos y las orientaciones sexuales ha servido en muchos casos para estigmatizar, marginar, castigar, o bien para ensalzar, acreditar, reconocer y valorizar las conductas de los individuos. Para categorizar a unos como mejores que otros y crear desigualdades y culpas.
Cuando mas etiquetamos a la sexualidad mas nos alejamos de su realidad.
Seria bueno hablar de que hay personas sexuales que aman, desean, sienten y viven su sexualidad.
Seguir separando las orientaciones sexuales es ver las causas de la sexualidad desde afuera.
Las diferencias afortunadamente existen pero estas diferencias no nos deben llevar a buscar desigualdades.
El mundo no es dicotómico y mucho menos en el área de la sexualidad. Es un continuo que se modifica en cada persona a lo largo de su vida, dependiendo de sus experiencias históricas, personales, tanto biológicas y psicológicas como sociales.
Es básicamente cuestión de ética el como y para que se etiqueta a las sexualidades. Es básicamente también entonces cuestión de ética el intentar empezar a luchar por que desde la escuela primaria existan en las currícula temas de derechos humanos y no discriminación.
«No pretendo convencer a nadie, y menos, a los que no se quieren dejar convencer.»
ResponderEliminarEs como acaba el texto cuyo enlace se hace al principio, sobre ciertos sectores de la sociedad española. Hay que ser un perfecto malnacido para decir esas palabras. ¿Qué no pretende convencer a nadie? Y menos a quién no quiera dejarse convencer. ¿Es que la gente tiene que dejarse convencer por aquellos que se creen poseedores de «la verdad»? ¿Quiere o no quiere convencer a alguién? Pero que se deje voluntariamente; como el niño que es sobado por un pedófilo, y algunos con sotana. Es otra forma de decir, que impongo mi criterio porque quiero, lo desees o no. ¿Y si no lo aceptas?, ¡eres un intransigente! Estos fachas-liberales sí que son una auténtica gentuza.
¿Por qué estos sectores de la suciedad española se hacen llamar liberales cuando en realidad quieren decir "fachas"?
ResponderEliminar¡Qué nostalgia de la Santa Inquisición tienen nuestros clericales! Ahora en vez de quemar vivos a los que les molestan tienen que ir como p... por rastrojo por toda la red en busca de rojos, ateos y herejes para intentar inútilmente taparles la boca con embusteras consignas ideadas por algún obispo homosexual reprimido y corruptor de menores.
ResponderEliminarEl tipo en cuestión, que habla de libertad de orientación sexual, como si fuera algo producto de la voluntad de cada uno/a. Que yo sepa, la orientación sexual, como la identidad de género, tiene también bases genéticas, en las cuales influye el ambiente. No hay una pugna entre lo innato y lo adquirido, ambos son complementarios.
ResponderEliminarEso de decir que uno o una voluntariamente se somete a terapias reparadoras o de cambio de orientación sexual sin presión familiar o influencia ideológica y religiosa..., es falso. En aquellos entornos sociales en los cuales se considera que la homosexualidad como una tara, un problema muy serio o una enfermedad, son los más proclives a empujar a los homosexuales de su seno a que cambien de conducta y deseo o se «rehabiliten». ¿Qué lo hacen voluntariamente?... ¡Ja!, esto sí que es un insulto para la inteligencia humana, defender tal sandez.
Y para acabar, recordaré unas palabras de Vanessa Baird en la introducción de su libro, publicado por Amnistía Internacional, titulado Sexo, Amor y Homofobia (2004):
«Allí donde los adolescentes homosexuales sufrían el silencio, la represión y los tabúes que rodeaban la discusión de su manera de ser en décadas pasadas, hoy es más probable que sufran acoso y burlas abiertamente. Según la organización británica Stonewall, un informe realizado en el año 2000 mostraba que el 72 por ciento de los jóvenes gays, lesbianas y bisexuales había hecho novillos o fingido enfermedades para evitar los abusos homofóbicos en la escuela, mientras que alrededor de un 40 por ciento había intentado suicidarse en al menos una ocasión. El impacto sobre la educación de los jóvenes gays es patente…»
Aunque Punset no sea «santo de mi devoción», hace timepo en una entrevista al genetista y divulgador científico Dean Hamer sobre este tema de la orientación sexual y sus raíces:
ResponderEliminarEduard Punset:
Una de las cosas que estudiaste (por lo menos hace algunos años) fue la influencia de la genética en la vida sexual, en el comportamiento sexual. ¿Hemos aprendido algo?
Se nos había dicho que tal vez hubiera un componente genético o una influencia genética en la conducta de las lesbianas o los gays. Pero no lo sabemos a ciencia cierta. ¿Hemos avanzado algo en este punto?
Dean Hamer:
Hemos avanzado en la investigación, sí.
Por supuesto, hay muchos aspectos distintos que tienen importancia en la vida sexual: la frecuencia con la que se practica el sexo, lo que te gusta o no te gusta el sexo, con quién quieres tener relaciones sexuales… pero, sin duda, uno de los más importantes es si te gusta practicar sexo con personas de tu mismo sexo o del sexo opuesto.
Ahora hay indicios muy sólidos que indican que los genes desempeñan un papel importante en la orientación sexual.
De hecho, en los últimos cinco años, se han llevado a cabo tres estudios muy exhaustivos: uno en Suecia, otro en Australia, y otro en Virginia, en los que se estudiaron todos los gemelos de la zona, todas y cada una de las parejas de gemelos, y se analizó, cuando uno era homosexual, si el otro también lo era.
Como los gemelos están relacionados genéticamente, es un buen punto de partida. Pues bien, resulta que los genes determinan el 50% de la orientación sexual.
Es el factor más importante que conocemos, aunque también hay otros factores, pero ese es muy importante y también determina si alguien es gay, lesbiana, bisexual o transgénero.
¿Cuáles serían los otros factores? ¿Quizá la cultura o…?
¿Sabes? Siempre pensamos que la cultura es si fuiste a una escuela católica o a una escuela protestante, si tu madre te trató bien o tu padre fue bueno contigo… ¡y no hay demasiadas pruebas de que eso sea un factor importante!
Creo que la mayoría de los demás factores también son biológicos: algo que sucede en el cerebro, ya sea antes del nacimiento o en una fase muy temprana, durante los primeros dos años de vida.
Lo fundamental aquí es que no sabemos qué hace que alguien sea heterosexual.
Todos dicen: «oh, simplemente es natural que a los hombres les gusten las mujeres y a las mujeres, los hombres», pero no acabamos de entender cómo ocurre, y probablemente sea el mismo tipo de proceso, con ligeras variaciones, en las personas homosexuales.
http://www.rtve.es/television/20111215/genes-regulan-personalidad/482262.shtml
Para que un integrista y neoliberal como el tal Losada del enlace sulte esta sandez sobre una clínica enla que se trata la homosexualidad:
«... Lo que hacen es rehabilitar a los homosexuales que quieren dejar de serlo. Geli ha dicho que "la orientación sexual diversa es un derecho de libertad legislado en nuestro país". Y me parece que miente descaradamente. Porque, no es consecuente afirmar el derecho a la libertad de orientación sexual, para pasar a continuación a amenazar con sanciones a una clínica que fomenta precisamente esto: Ayudar a los homosexuales que no desean tener tales tendencias.»