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(11/5/2012)
El Gobierno ha protagonizado otro espectacular cambio de criterio en cuanto a la autorización o prohibición de manifestaciones en la calle: Si los laicos no pudieron marchar por las calles en Semana Santa ni los indignados podrán conmemorar su aniversario en la Puerta del Sol, los fascistas si podrán manifestarse por las calles de Madrid el día de la final de Copa del Rey, para defender a «SU» España de supuestos agravios.
Ultrabasura Unida o
Por la Unidad de la «Caverna»
En efecto la Delegación del Gobierno en Madrid ha autorizado con fervoroso entusiasmo que una banda de fascistas, agrupados alrededor de un auténtico batiburrillo de siglas, puedan gritar y salir en defensa de su centralista concpeción de España , respondiendo así «a las seguras provocaciones del separatismo vasco y catalán», en referencia a los aficionados del Fútbol Club Barcelona y del Atlethic de Bilbao que se desplazarán a Madrid para asistir a la final de la Copa del Rey de fútbol.
La manifestación discurrirá, según los planes iniciales de los convocantes, a partir de las 18 horas de la Plaza de Alonso Martínez para acabar en la Plaza de Chamberí. El encuentro deportivo tendrá lugar a las 22 horas. Es decir, que hay tiempo de sobra para festejar y gritar. Y para programar otras actividades menos inocentes.
Los convocantes de extrema derecha no se recatan en promulgar a los cuatro vientos que piensan actuar contra los supuestos planes de los supuestos separatistas que viajarán a Madrid a presenciar el partido de fútbol. Según su excelente servicio de información, dichos aficionados están programando un silbido contra el himno nacional cuando éste suene en la final copera, que se celebrará en el estadio Vicente Calderón y consideran que con este gesto «se insulta a toda España y a todos los españoles».
«Queremos con esta marcha reivindicar la idea de España como Nación y el valor de la unidad entre todos los españoles como una necesidad para construir un país fuerte capaz de garantizar una vida digna a todos sus miembros», han señalado los organizadores de la manifestación. Además, consideran que esta marcha es «una manifestación unitaria entre distintas organizaciones de muy diferente sensibilidad dentro del patriotismo político español». De hecho, entre los convocantes se encuentra La Falange, el Nudo Patriota Español, el Movimiento Católico Español y la Asociación Vieja Escuela Madrid, Sindicato TNS, Patriotas.es y Plataforma Memoria y Lealtad.
Nadie entiende, o nadie quiere entender, el criterio que ha llevado a la Delegación del Gobierno de Madrid a prohibir otras concentraciones, como por ejemplo la marcha laica en Madrid coincidiendo con los festejos católicos de la Semana Santa, o las innumerables trabas y restricciones que está imponiendo la conmemoración del aniversario del movimiento indignado, a los que no se les autoriza a reunirse de manera permanente en la Puerta del Sol, epicentro de los sucesos de hace un año. La razón de estas prohibiciones, evidentemente, son los ‘enormes’ riesgos para el orden público y la salud moral de los españoles que estas manifestaciones entrañan.
Obviamente, una banda de fascistas sueltos por Madrid buscando reparación para unos supuestos ultrajes a «su España» no supone ninguna amenaza para la convivencia y la seguridad ciudadana. Eso opina, al menos, la Delegación del Gobierno.
(11/5/2012)
El Gobierno ha protagonizado otro espectacular cambio de criterio en cuanto a la autorización o prohibición de manifestaciones en la calle: Si los laicos no pudieron marchar por las calles en Semana Santa ni los indignados podrán conmemorar su aniversario en la Puerta del Sol, los fascistas si podrán manifestarse por las calles de Madrid el día de la final de Copa del Rey, para defender a «SU» España de supuestos agravios.
Ultrabasura Unida oPor la Unidad de la «Caverna»
En efecto la Delegación del Gobierno en Madrid ha autorizado con fervoroso entusiasmo que una banda de fascistas, agrupados alrededor de un auténtico batiburrillo de siglas, puedan gritar y salir en defensa de su centralista concpeción de España , respondiendo así «a las seguras provocaciones del separatismo vasco y catalán», en referencia a los aficionados del Fútbol Club Barcelona y del Atlethic de Bilbao que se desplazarán a Madrid para asistir a la final de la Copa del Rey de fútbol.
La manifestación discurrirá, según los planes iniciales de los convocantes, a partir de las 18 horas de la Plaza de Alonso Martínez para acabar en la Plaza de Chamberí. El encuentro deportivo tendrá lugar a las 22 horas. Es decir, que hay tiempo de sobra para festejar y gritar. Y para programar otras actividades menos inocentes.
Los convocantes de extrema derecha no se recatan en promulgar a los cuatro vientos que piensan actuar contra los supuestos planes de los supuestos separatistas que viajarán a Madrid a presenciar el partido de fútbol. Según su excelente servicio de información, dichos aficionados están programando un silbido contra el himno nacional cuando éste suene en la final copera, que se celebrará en el estadio Vicente Calderón y consideran que con este gesto «se insulta a toda España y a todos los españoles».
«Queremos con esta marcha reivindicar la idea de España como Nación y el valor de la unidad entre todos los españoles como una necesidad para construir un país fuerte capaz de garantizar una vida digna a todos sus miembros», han señalado los organizadores de la manifestación. Además, consideran que esta marcha es «una manifestación unitaria entre distintas organizaciones de muy diferente sensibilidad dentro del patriotismo político español». De hecho, entre los convocantes se encuentra La Falange, el Nudo Patriota Español, el Movimiento Católico Español y la Asociación Vieja Escuela Madrid, Sindicato TNS, Patriotas.es y Plataforma Memoria y Lealtad.
Nadie entiende, o nadie quiere entender, el criterio que ha llevado a la Delegación del Gobierno de Madrid a prohibir otras concentraciones, como por ejemplo la marcha laica en Madrid coincidiendo con los festejos católicos de la Semana Santa, o las innumerables trabas y restricciones que está imponiendo la conmemoración del aniversario del movimiento indignado, a los que no se les autoriza a reunirse de manera permanente en la Puerta del Sol, epicentro de los sucesos de hace un año. La razón de estas prohibiciones, evidentemente, son los ‘enormes’ riesgos para el orden público y la salud moral de los españoles que estas manifestaciones entrañan.
Obviamente, una banda de fascistas sueltos por Madrid buscando reparación para unos supuestos ultrajes a «su España» no supone ninguna amenaza para la convivencia y la seguridad ciudadana. Eso opina, al menos, la Delegación del Gobierno.
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