sábado, 29 de septiembre de 2012

Pues sí empieza ‘bien’ el director neofalangista de ‘La Gaceta’

Enric Sopena

27/septiembre/2012

 El nuevo y flamante director de 'La Gaceta', el neofalangista Eduardo García Serrano, inicia su mandato publicando esta noticia o, más bien, esta supuesta noticia. Se titula 'Aldo Moro, de mártir a santo'. El texto es tan corto como falso: "La Iglesia católica ha autorizado formalmente el proceso que puede llevar a la beatificación -y eventual canonización- de Aldo Moro, el líder democristiano, cinco veces jefe del Gobierno, asesinado por terroristas de las Brigadas Rojas en 1978. Moro podría ser declarado beato por dos motivos: por un milagro que se atribuye a su intercesión (...) y por su condición de mártir, de persona que fue asesinada por motivos ideológicos de "odio a la fe." Esta categoría ha permitido la beatificación de un millar de sacerdotes y religiosos asesinados durante la Guerra Civil española". ¡Lo que nos faltaba!


El secuestro y posterior asesinato de Moro nada tiene que ver con las víctimas religiosas de la guerra española y su presunta asunción a los cielos. Quienes mataron a los cinco escoltas que protegían al exprimer ministro italiano, muy relevante entonces como dirigente de la Democracia Cristiana Italiana, secuestraron a Moro. Eran miembros de las Brigadas Rojas, en efecto, los que lo asesinaron.

El “compromiso histórico”
Pero no lo mataron por su fe católica, sino porque Moro, perteneciente al ala progresista del Partido Democristiano, estaba intentando un denominado “compromiso histórico” con el Partido Comunista Italiano, encabezado en aquel tiempo por Enrico  Berlinguer, partidario del proyecto eurocomunista y de alianzas con la derecha democrática italiana. El segundo gran partido en la Italia de 1978 era el Partido Comunista. La situación económica, social y política de su país pasaba por momentos casi dramáticos.

Democracia cristiana y eurocomunismo
Tanto Moro como Berlinguer pretendían impulsar un Gobierno de concentración nacional, integrado básicamente por la Democracia Cristiana y los eurocomunistas. Esta fórmula de alianza se procuró ponerla en marcha también como una especie de escudo para evitar un golpe de Estado propiciado por las Brigadas Rojas y/o la extrema derecha. Las Brigadas Rojas estaban además infiltradas por miembros de la CIA. El hombre fuerte del presidente norteamericano Richard Nixon, un conservador radical, era el enigmático y poderoso Henry Kissinger. Fueron Nixon y Kissinger los que avalaron y ayudaron el golpe militar del malvado general Pinochet  en Chile. La mafia y la Loggia P2 pudieron también  asesinar a Moro.

Por eso lo mataron
El Gobierno de Estados Unidos no soportaba el mapa político de Italia porque no quería que la alternativa de la DCI fuera el PCI. En 1978 la guerra fría entre Washington y Moscú estaba aún en su apogeo. Moro era católico practicante y amigo del Papa Pablo VI, el último Papa aperturista antes del polaco Juan Pablo II y del actual Pontífice. A Moro, sin embargo, no lo mataron por su fe cristiana, sino porque era un demócrata de arriba abajo, que buscaba una Italia mejor, gobernada por democristianos y eurocomunistas. Por eso lo mataron.

Enric Sopena es director de ELPLURAL.COM


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