Autor: IIEH
Los mohos mucilaginosos son seres extraordinarios. Aunque se les llama moho, sus casi mil especies no pertenecen al reino Fungi, no son hongos. Aunque pueden llegar a medir un metro de largo y pesar varios kilogramos, la mayor parte de sus vidas son seres unicelulares. Consumen materia orgánica en descomposición. Los bosques son su ambiente favorito pero también se les puede encontrar en desiertos, bajo el agua o la nieve, en todo el mundo. Aunque no tienen sistema nervioso ni mucho menos un cerebro, se ha descubierto que tienen una inteligencia rudimentaria infalible y memoria selectiva.
Lycogala epidendrum |
Pero si no es un hongo, ¿qué es el moho
mucilaginoso? Como reflejan los nombres que le ha dado el habla informal (caca
de luna, huevos revueltos, leche de lobo o vómito de perro), poco se había
estudiado y comprendido hasta hace unos años. La taxonomía actual lo coloca en
el filo Amoebozoa (o Amebozoos, que antes se clasificaban como Protistas) del dominio Eucariota. En
pocas palabras, son amebas, pero muy especiales. Un solo individuo unicelular
puede agregarse con muchos otros (miles) para formar un plasmodio,
o sea un saco de amebas que funciona como un solo ser: Una célula con miles o
millones de núcleos que come bacterias y otros microorganismos y se reproduce
mediante esporas. Aunque no hay un registro fósil del moho mucilaginoso, se
cree que aparecieron en la evolución hace entre 600 y 1.000 millones de años.
Enteridium lycoperdon |
Hace unos diez años, investigadores de la Universidad de
Hokkaido, Japón, dirigidos por Toshiyuki Nakagaki, hicieron un estudio de
ciencia cognitiva en mohos mucilaginosos. Sus resultados fueron sorprendentes:
el moho mucilaginoso es capaz de encontrar y recordar la solución de
laberintos. Lograron demostrar esto construyendo un laberinto y colocando
bloques de agar
(gelatina vegetal japonesa de origen marino) en la entrada y en la salida.
Cuatro horas después, el moho mucilaginoso había no sólo encontrado la salida
sino que ya crecía únicamente en el camino más cercano entre los dos puntos. El
moho mucilaginoso puede tomar varias formas dependiendo de su entorno y de sus
necesidades. Por ejemplo, en un bosque puede crecer hasta ser una enorme gota
gorda, que avanza rebosando lentamente, o ser un simple manchón escondido en el
reverso de una hoja. En el laboratorio, se extiende de forma tentacular, como el
coral, en busca de alimento.
Experimentos posteriores descubrieron que la
inteligencia del moho mucilaginoso va más allá. Al parecer, usa seudópodos para
marcar y recordar los callejones sin salida del laberinto y siempre tomará el
camino más corto y eficiente para conservar energía. Otro experimento, en 2009,
duplicó las condiciones topográficas de Tokio; se colocó avena en los sitios
correspondientes a grandes concentraciones de población y se dejó suelta la
especie de moho Physarum polycephalum, que a los pocos días replicó con
gran exactitud los sistemas de vías de tren de esa ciudad. Ensayos similares
produjeron resultados igual de sorprendentes en el caso de las autopistas de
Canadá y España. Por último, también se han hecho pruebas sobre la selectividad
nutricional del moho mucilaginoso. Se le colocó en el centro de una superficie
circular como la carátula de un reloj, con 11 diferentes composiciones de
proteína y carbohidratos en diferentes «horas». Siempre escogió la que
corresponde a su dieta natural de dos terceras partes de proteína y una tercera
parte de carbohidratos.
Physarum polycephalum |
A pesar de estos estudios, al día de hoy, la
relación del moho mucilaginoso con otros seres vivos en su entorno casi no ha
sido estudiada. Sin duda, tienen una función importante en los ecosistemas, ya
que procesan microorganismos y moléculas vegetales, sirven de alimento a
diversas especies de escarabajos, arácnidos y otras, y alojan a diversos
organismos como dípteros, gusanos nematodos, hongos y bacterias de muchas
especies. De hecho, su simbiosis con algunas bacterias le da nuevas
características al moho mucilaginoso, como la tolerancia a metales pesados o la
habilidad de producir enzimas que permiten el procesamiento de celulosas y
otros compuestos orgánicos. Esperamos con ansia futuros estudios sobre el moho
mucilaginoso, este olvidado ser que se desliza por el mundo.
27 de noviembre de 2012
Fuentes:
Como redefine la inteligencia un moho sin cerebroInteligencia, resolviendo laberintos por un organismo amoeboide
El buen coco del moho mucilaginoso
Introducción a los mohos mucilaginosos
El moho mucilaginoso emplea memoria espacial externalizada para navegar entornos complejos
Video del moho mucilaginoso resolviendo un laberinto
¡Fascinante!
ResponderEliminarThe Creeping Garden - official trailer
ResponderEliminar(documental sobre el moho mucilaginoso)
https://vimeo.com/58295282