(7 ENERO 2013)
Tiene el cuerpo plateado y grandes ojos negros.
Agarra con algunos de sus ocho brazos otro calamar (un cebo) y nada
majestuosamente a unos 600
metros de profundidad, en la oscuridad más absoluta de
las profundidades marinas, cerca de una isla japonesa. Una cámara de alta
definición y muchos años de esfuerzos por parte de investigadores japoneses han
conseguido la primera filmación de un calamar gigante en su medio natural, o al
menos es como lo presenta el Discovery
Channel, que emitirá el vídeo en los próximos días [de este mes de enero], como broche
a su serie Curiosity.
Si bien el ejemplar presentado ahora es claramente
un calamar gigante, un Architeuthis,
su tamaño no es tan grande, debido a que le faltan los dos largos tentáculos,
como explica el investigador Tsunemi Kubodera, que libra su guerra particular
desde hace 10 años para conocerlo mejor. Este calamar mide solo tres metros,
pero Kubodera, del Museo Nacional de
Ciencia de Japón, estima su longitud original en ocho metros. Capturarlo en
vídeo, lo que sucedió en julio del año pasado, supuso 100 misiones a bordo de
un pequeño sumergible tripulado por Kubodera y dos personas más. «Brillaba y
era tan hermoso», declaró el investigador. «Me emocioné mucho cuando lo vi de
cerca, pero estaba seguro de encontrarlo porque habíamos investigado rigurosamente
las áreas en que podríamos hallarlo, basándonos en los datos recogidos durante
años». El sumergible siguió luego al calamar hasta los 900 metros.
A pesar de que sea la primera filmación a esa
profundidad, el mismo investigador consiguió en 2006 filmar un ejemplar que
acudió a un cebo, aunque en superficie y luego izado al barco en el que estaba.
Dos años antes, lanzó una cámara con cebo a 900 metros de
profundidad y obtuvo centenares de espectaculares fotografías de un Architeuthis de una longitud estimada de
ocho metros que estuvo durante cuatro horas enganchado a la línea hasta que
logró soltarse dejando parte de un tentáculo allí. El análisis de ADN del
tentáculo demostró su identidad.
Hasta ahora los calamares gigantes, supuesto origen
de mitos como el nórdico Kraken,
se conocían sobre todo por los ejemplares recogidos muertos por los pescadores
en la superficie y que no tienen uso comercial, ya que su carne tiene un alto
contenido de amoníaco. Sin embargo, el interés por conocer su forma de vida y
comportamiento ha llevado a realizar en los últimos 10 años expediciones
costosas, financiadas por productoras de televisión, con escasos resultados.
En estos animales, además de sus ventosas con
afilados dientes, son especialmente llamativos sus grandes ojos, de hasta 27 centímetros de
diámetro, cuya utilidad evolutiva se cree que es poder localizar en la
oscuridad a los cachalotes, sus principales depredadores. Es posible que el
ejemplar ahora filmado perdiera sus largos tentáculos en un encuentro con un
cachalote, igual que en la piel de muchos de estos se observan las huellas de
estas violentas escaramuzas, nunca filmadas, y en su estómago se encuentran a menudo
los picos de calamares gigantes. Esto no pasa solo en lugares lejanos: en las
costas de Asturias, en el cañón de Avilés, a gran profundidad, habitan
calamares gigantes y allí acuden cachalotes para alimentarse de ellos. Ha
habido expediciones españolas en busca del calamar gigante, pero no tuvieron
éxito.
(Más información adicional sobre los calamares gigantes: AQUÍ)
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