sábado, 27 de abril de 2013

Investigadores británicos recalcan el terror franquista


El holocausto español pasó inadvertido, según los estudiosos ingleses de la España contemporánea.


Ante una sala abarrotada de gente, la London School of Economics and Politics (LSE) celebró el pasado jueves 14 de marzo una conferencia bajo el título El Terror de Franco en el Contexto Europeo: la Volksgemeinschaft que pasó inadvertida. El evento congregó al director del Centro Cañada Blanch para los Estudios Contemporáneos de España, el profesor Paul Preston; así como a expertos de la universidad británica Royal Holloway, entre ellos, Daniel Beer, Helen Graham y Dan Stone. Todos ellos coincidieron en la necesidad de recalcar el terror que Franco instaló en España tras la Guerra Civil (1936-1939), un proceso de exterminación de personas que guardaría relación con el holocausto de la Alemania nazi.

El uso del término alemán Volksgemeinschaft —comunidad nacional— hace referencia a la capacidad de los regímenes fascistas para identificar enemigos y moldear a la humanidad durante años. «El holocausto español pasó inadvertido porque pocos han realizado una conexión entre la Alemania de Hitler y la España de Franco», explicó Paul Preston, autor del best-seller internacional El Holocausto Español: Inquisición y Exterminación en la España del Siglo XX. El número de civiles muertos durante la Guerra Civil española asciende a 200.000 personas, pero, según Preston, esta cifra solo incluye a los que tienen nombre y apellidos y no a los miles de judíos, comunistas y masones que desaparecieron durante las décadas posteriores al conflicto.

Para los estudiosos británicos, el concepto «holocausto» implica innecesarias muertes de civiles, refugiados y personas que intentaron huir y murieron en el intento, víctimas del hambre y la enfermedad y muertes extrajudiciales incluyendo a los que fallecieron en las cárceles. «Las objeciones al término no pretenden sino esconder el verdadero contexto de la dictadura», señaló el doctor Daniel Beer, «pero la historia siempre se revisa y no tenemos nada que temer a la hora de hablar de holocausto español en una época en la que casi todos los países europeos vivieron cierto grado de fascismo». «A través de la violencia como herramienta de ingeniería social, Franco estableció las nuevas normas de la futura sociedad con el fin de homogeneizar la identidad de las personas», añadió el profesor Dan Stone.

Entonces, «¿por qué hoy el régimen franquista sigue siendo un caso tan irresuelto?», se preguntaba Helen Graham. «España cambió económicamente a partir de los 60 pero el discurso político se mantuvo», dijo la profesora, «ya que tuvo lugar una transferencia masiva de la propiedad privada y se había creado una sociedad estática que se perpetuara en el tiempo». El ejemplo más claro es, para Graham, el golpe de Estado de 1981, por el cual se intentó restablecer el nacionalcatolicismo de Franco. «Hasta los 90 no surgieron en España los primeros movimientos de Memoria Histórica y todavía hoy las personas afectadas no están representadas de forma legítima, lo que se traduce en un déficit democrático», dijo Graham.

Es el llamado «pacto del olvido», cuyas raíces tiene bases legales en la Amnistía Política de 1977, por la cual la democracia española eximió de responsabilidad penal actos contra los derechos humanos. Organizaciones como Human Rights Watch y Amnistía Internacional han solicitado la derogación de dicha ley e interpuesto denuncias por delitos contra la humanidad, pero los sucesivos gobiernos españoles han creído innecesario mirar al pasado para así evitar una nueva guerra civil y época dictatorial. Sin embargo, la Ley de Memoria Histórica del 2007 demostró que hay personas que sí creen que es ineludible dar a conocer la persecución y violencia que la sociedad vivió durante el franquismo, aunque no en términos judiciales, ya que la ley no reconoce la apertura de fosas comunes en las que yacen los restos de las víctimas.

El ex magistrado Baltasar Garzón, actual asesor del Tribunal Internacional de la Haya y líder del equipo jurídico que defiende al fundador de Wikileaks, Julian Assange, fue suspendido cautelarmente de sus funciones en la Audiencia Nacional tras iniciar la conocida causa contra los crímenes del franquismo. En 2009, el jurista español se declaró competente para instruir la apertura de 19 fosas comunes con el fin de elaborar un censo de fusilados, desaparecidos y enterrados, pero la Fiscalía de la Audiencia Nacional frenó el proceso y, en consecuencia, miles de personas se manifestaron en España en contra de la impunidad contra el franquismo y en apoyo a Garzón.

El Valle de los Caídos es uno de los lugares en los que yacen las víctimas de la dictadura, combatientes de ambos bandos nacionales y republicanos, así como los cuerpos de Franco y del fundador del partido Falange Española, José Antonio Primo de Rivera. «En todo caso el Valle de los Caídos debería ser un lugar de memoria de las víctimas en vez de un punto de peregrinación para los fascistas cada 20 de Noviembre», opinó Preston en la conferencia, «y eso simplemente supondría cambiar el cartel». «Definitivamente, la atmósfera de miedo que se vivió en aquel tiempo no se olvida», concluyó

EL IBÉRICO
El periódico en español de Londres
5 - ABRIL - 2013

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