lunes, 2 de septiembre de 2013

Las preocupaciones económicas persistentes reducen las capacidades cognitivas


La pobreza, y todos los problemas relacionados con ella, requieren tanta energía mental que los más desfavorecidos ven mermadas sus capacidades para dedicar a otras áreas de la vida, según un estudio que publica la revista Science.

Un estudio publicado en la revista Science presenta una perspectiva única sobre las causas de la pobreza persistente. Este trabajo, en el que han participado las universidades estadounidenses de Princeton y Cambridge, además de otros dos centros inglés y canadiense, asegura que las personas de escasos recursos tienen más probabilidades de cometer errores y malas decisiones que pueden aumentar y perpetuar sus problemas financieros.

Este hecho se explica, según los investigadores, porque la función cognitiva de una persona se ve disminuida por el esfuerzo constante, y cuando un individuo debe afrontar problemas financieros acuciantes se queda con menos «recursos mentales» para centrarse en asuntos complicados, indirectamente relacionados, tales como la educación, la capacitación para el trabajo e incluso la gestión de su tiempo.

Los científicos llegaron a esta conclusión a partir de dos experimentos. Un primer estudio se realizó en un centro comercial de Nueva Jersey (EE UU) y el segundo en dos distritos agrícolas de la India.

«Cuando los escenarios financieros que presentábamos no eran demasiado exigentes, el rendimiento en las pruebas cognitivas fue idéntica para pobres y ricos. Solo cuando los escenarios financieros exigen más atención los pobres obtienen peores resultados que los acomodados en las mismas pruebas», declara a SINC Eldar Shafir, coautor del estudio e investigador de la Universidad de Princeton.

En promedio, las personas preocupadas por problemas de dinero exhibieron una disminución de la función cognitiva similar a 13 puntos en el coeficiente intelectual, o la pérdida de toda una noche de un sueño reparador.

Reparar el coche o estar pendiente de la cosecha

Los científicos presentaron a 101 compradores en el centro comercial de Nueva Jersey cuatro escenarios hipotéticos que describían problemas financieros que podrían experimentar, tales como tener que pagar por la reparación de un coche. Mientras sopesaban cada escenario, los participantes llevaron a cabo tareas simples que fueron computarizadas para medir la función cognitiva.

«A las personas con ingresos bajos les fue bien en las tareas si el coste de reparación hipotético era bajo, pero no si ese coste era alto. Por otro lado, los participantes con ingresos mayores se desenvolvieron bastante bien en ambas condiciones», señalan los expertos.

El otro estudio de campo en India obtuvo la misma conclusión. Los investigadores descubrieron que los campesinos de cultivo de caña de azúcar sometidos a las pruebas, desempeñaron significativamente peor las tareas cognitivas antes de sus cosechas, que es cuando se encontraban bajo estrés financiero, en comparación a después, cuando ya se les había pagado por ellas.

«Ambos estudios tuvieron condiciones de control muy cuidadosas. Sabemos que estos resultados no pueden explicarse por motivos de estrés, nutrición, esfuerzo laboral o tiempo disponible», apunta Shafir.

La estrategia que proponen los científicos para que las personas pobres puedan mejorar esta situación de desigualdad es la elaboración de planes de ingresos regulares —en lugar de ingresos esporádicos—, creación de depósitos automáticos, ahorro por defecto, avisos adecuados, etc., que alivien parte de la carga intelectual.

«Los pobres están obligados a cometer más errores y pagar más caro por dichos errores. Además, habitan contextos que a menudo no están diseñados para ayudarles», concluye el investigador.


Referencia bibliográfica:

Anandi Mani, Sendhil Mullainathan, Eldar Shafir, Jiaying Zhao. «Poverty Impedes Cognitive Function», Science 341: 974 - 980, 30 de agosto.

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