El hecho de que el anterior mandatario ucraniano viviese con todo lujo y suntuosidad como un auténtico zar (igual que otros oligarcas del país, incluidos los de la oposición) a costa del erario público. Que los temibles 'berkut' (ya disuelto este cuerpo policial de antidisturbios por los nuevos gobernantes, ¿a ver dónde colocarán a sus grupos de asalto fascistas triunfantes?) tuviesen como emblema un águila real, de ahí su nombre... Pero, ¿por qué se tienen que ensañar estos «héroes nacionales» con tres aves rapaces? Me parece que son azores, y no águilas, a los cuales crucificaron en los jardines de la residencia veraniega del presidente depuesto, en la aldea de Novi Petrivtsi (a 15 km. al norte de Kiev). ¿Hasta dónde llega la crueldad y la estupidez humana?
Es que en realidad son antiguos agentes del KGB disfrazados de rapaces.
ResponderEliminarLa estupidez y la maldad de los humanos no tienen límites, especialmente en casos de enfrentamientos tan enconados. Qué cruel simbolismo tan horrible el de crucificar a las aves. Símbolos de muy mal agüero, de lo que aún puede estar por llegar, si no se para la violencia.
ResponderEliminarNo son los maremotos, ni los terremotos, ni los huracanes, ni la muerte que llevamos incorporada desde que nacemos... El horror, el auténtico horror, muestra su rostro desfigurado en la crucifixión de esas aves, que no han sido víctimas de la rueda de la naturaleza, sino de mentes enfermas, de la antivida.
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