15/09/2014
El europarlamentario Pablo Iglesias, líder de la formación progresista PODEMOS que con sólo seis meses de vida se sitúa ya en tercera posición en las encuestas electorales en España, señala en una entrevista concedida a Nóvosti que la Unión Europea no puede apoyar a los neonazis del Gobierno de Ucrania.
El líder del partido surgido de los movimientos de indignados contra las políticas de austeridad del Gobierno conservador español, denuncia también en la entrevista el doble rasero de Bruselas en la aplicación de sanciones económicas y aboga por una política exterior europea propia e independiente de los intereses de Estados Unidos y la OTAN.
«Hemos visto a dirigentes europeos muy importantes apoyar en Ucrania a neonazis y favorecer un desplazamiento de poder ilegal en Ucrania, que es una forma suave de hablar de un golpe de Estado», explica.
Un golpe que tiene, según su opinión, entre otras consecuencias «la ilegalización del Partido Comunista», una formación consolidada en Ucrania que se ha presentado a las elecciones en estos últimos años. «Y la entrada en el Gobierno de un partido abiertamente neonazi», añade.
Iglesias afirma que «no está entre los valores europeos favorecer desplazamientos ilegales de poder y favorecer al mismo tiempo que en un Gobierno de Europa haya neonazis». Cree que es además enormemente irresponsable por parte de la UE «renunciar a tener política exterior y asumir lo que dice la OTAN y si no que se lo digan a los agricultores españoles que están padeciendo las sanciones rusas».
El dirigente del partido que ha provocado un auténtico terremoto en la vida política española al reclamar una segunda transición, afirma que Europa debe trabajar para encontrar la paz en Ucrania, y denuncia que la «OTAN muestra una clara actitud desafiante e interesada en la continuación del conflicto».
Para Pablo Iglesias, el líder mejor valorado por los españoles, lo que debería hacer la UE «es poner por delante los intereses de sus ciudadanos y asumir que una confrontación bélica en Europa es una situación del todo rechazable y que hay que trabajar para evitarla y esforzarse en la búsqueda de la paz», aunque ello implique «decirle a la OTAN que los europeos no estamos interesados en que haya una guerra en nuestro territorio».
Iglesias admite que «la relación de vecindad con Rusia puede tener complejidades, pero no hay que trabajar en la línea de una escalada del conflicto, si no que hay que hacerlo con sentido común hacia la paz».
La Unión Europea «ya ha cometido demasiados errores que podemos pagar caro». Es el momento de la «responsabilidad y del europeísmo, de reivindicar la soberanía e independencia de Europa en su política exterior respecto a los EEUU que tienen intereses que en estos casos son contradictorios a los que tenemos los europeos».
Las sanciones contra Rusia son «apresuradas»
Le parecen «apresuradas» las sanciones contra Rusia. Iglesias denuncia la política de doble rasero de Bruselas que no sanciona a Israel, país que acaba de visitar. «La comunidad internacional, incluida UE, han llorado lágrimas de cocodrilo reconociendo que los palestinos tienen toda la razón, que la situación colonial es inaceptable, que el "apartheid" que viven los palestinos es inaceptable…»
Pero no ha aplicado sanción alguna, «que en este caso hubiera sido más que justo». Sin embargo, «los mismos que se niegan a aplicar medidas que compartiría toda la sociedad civil internacional» contra una «situación colonial injusta de asimetría que se prolonga a lo largo de las década» en Israel y Palestina, «les falta tiempo» en el caso de Ucrania para aplicar las sanciones.
Y los primeros que han pagado la consecuencia «son los agricultores europeos y, en particular, muchos españoles». Por ello apuesta por una política exterior europea «independiente, autónoma y respetuosa con los derechos humanos» que es lo que actualmente la UE no hace.
Embarcados en lo que parece el regreso de una nueva guerra fría entre EEUU, con la ayuda de Europa, por un lado; y Rusia, China y algunos países emergentes por otro, el europarlamentario español cree que «esta vuelta a lo lógica geopolítica rebela una escasa moralidad en las relaciones internacionales».
En última instancia, «los principales actores se mueven exclusivamente los intereses nacionales, más allá de consideraciones ideológicas o morales».
El también profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense de Madrid estima que «acabar con la unilateralidad de EEUU permite imaginar escenarios de equilibrio en los que se pueda respirar mejor».
Todo lo que sea volver «a una dinámica de guerra fría, de amenazas permanentes sobre las poblaciones civiles o de conflagración bélica es una mala noticia». A los europeos «nos toca trabajar por la paz y ello implica respetar la democracia, los derechos humanos y la soberanía».
Y «por desgracia» no siempre la política de la UE ha sido así. «No se me olvida la vergonzosa intervención sobre Yugoslavia que Europa apoyó con el concurso de Alemania, de los verdes. Creo que eso no es trabajar en la buena dirección».
La izquierda europea ha conseguido 52 diputados en el Parlamento Europeo de los 751 que componen la asamblea. Aun con todo, Iglesias estima que la izquierda se encuentra en una situación muy especial en Bruselas ya que «podemos empujar las contradicciones en nuestros adversarios».
Y recuerda la decisión del nuevo secretario general de los socialistas españoles, Pedro Sánchez, que ordenó a sus eurodiputados que incumplieran el acuerdo con los conservadores y no apoyaran a Jean-Claude Juncker como nuevo presidente de la comisión europea.
Pablo Iglesias ve en el nuevo Ejecutivo europeo «más de lo mismo». Se dan situaciones paradójicas como que el nuevo comisario de Energía, el español Miguel Arias Cañete, tenga acciones en una petrolera. «Esto es una auténtica declaración de intenciones de la forma en que va a trabajar la comisión».
A Pablo Iglesias le preocupa más cumplir con las altas expectativas que confirman las últimas encuestas electorales en España que los feroces y continuos ataques que su formación PODEMOS y él mismo reciben de la derecha española.
«Tenemos que demostrar que vamos a estar a la altura. Hemos de ser humildes y prudentes y trabajar con otros actores para que en el momento que toque asumir responsabilidades de gobierno y de contribuir al cambio en nuestro país no defraudemos las expectativas y podamos trabajar por un país mejor».
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