El ébola podría mutar hasta convertirse en una enfermedad propagada a través del aire. Es una posibilidad que los virólogos están poco dispuestos a admitir abiertamente pero que discuten en privado, cree un columnista del The New York Times.
Actualmente, los científicos creen que el ébola puede pasar al organismo humano solo a través del contacto directo con fluidos corporales. Sin embargo, los virus como el ébola son muy proclives a mutaciones, lo que significa que el virus que entra en una persona puede ser genéticamente diferente al virus que infectará a la siguiente. Y cada nueva infección representa billones de lanzamientos de los dados genéticos, opina Michael Osterholm, del diario The New York Times.
Es más, el hecho de que durante el reciente brote en tan solo cuatro meses hubiera más infecciones de humano a humano que en los últimos 500-1.000 años significa que la hiperevolución del actual virus del Ébola no tiene precedentes.
Entre el abanico de mutaciones puede surgir una que lo convierta en una amenaza para la humanidad que llegue a través del aire. De darse este caso los modelos de investigación muestran que el virus se propagaría rápidamente a todos los rincones del mundo, infectando y matando a millones de personas, supone el autor.
Hasta ahora el número de muertos por el virus del Ébola, que continúa extendiéndose por África occidental, ya ha superado las 2.400 personas, según Margaret Chan, directora de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esta cifra representa más de la mitad del total de las personas infectadas.
El ébola que afecta a los humanos aún no ha logrado mutar hasta convertirse en un virus transmitido por el aire, según tienen constancia los científicos, aunque se ha demostrado que esta transformación sí tuvo lugar en el virus del Ébola que infecta a los animales, puntualiza el diario.
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