martes, 7 de febrero de 2017

La cooperación es mejor que el conflicto


Por qué comparten su territorio
el tamarino marrón y el tamarino emperador

Las asociaciones entre dos o más especies de monos son comunes en las selvas de África y de la América tropical, pero el motivo de esta unión de fuerzas no ha sido investigado hasta fecha muy reciente. En la región amazónica, cabe observar varios tipos de asociación mixta, uno de los cuales implica a dos miembros de la familia de los calitrícidos: el tamarino marrón (Saguinus fuscicollis) y el tamarino emperador (S. imperator). Estos dos monos, del tamaño de una ardilla, viven en amplios grupos familiares que abarcan de 2 a 10 individuos. En ciertas partes del sudeste del Perú es corriente ver juntos al tamarino marrón y al tamarino emperador, mas para averiguar por qué se asocian estas dos especies es necesario saber cómo se mantiene el contacto entre ambos grupos, y si sólo una o bien las dos especies participan en promover esta asociación. Si cada especie se une o sigue activamente a la otra, ello indica una interacción mutuamente beneficiosa. En cambio, si una se agrega y sigue de manera activa, en tanto la otra se muestra pasiva, evasiva u hostil, demuestra que la parte activa se beneficia, y no su asociada.

Al seguir a los tamarinos a través de la selva, se ha comprobado que los grupos asociados mantienen un contacto frecuente a través de intercambios vocales, y que con ellos pueden coordinar sus movimientos aunque no siempre estén a la vista unos de otros. Después de los períodos de separación, cada una de las especies puede reunirse con la otra, lo que implica que la asociación beneficia a ambos participantes.


Un hallazgo inesperado en el Perú fue el de que los grupos asociados viven dentro de una extensión común de límites territoriales, que defienden conjuntamente. Esta «coterritorialidad» entre especies no había sido observada todavía entre primates sudamericanos, aunque está bien documentada para ciertas especies de cercopitecos en África. Las pruebas disponibles sugieren claramente que esta interacción aporta beneficios a ambos asociados, pero hasta el momento no se sabe nada de la índole de tales beneficios. Las áreas más probables de ventaja mutua recaen en tres categorías: la detección de predadores, la defensa del territorio o bien una recogida más abundante de comida.

Ambas especies se muestran muy vigilantes y cada una responde en el acto a las llamadas de alarma de la otra, por lo que al parecer existe un intercambio más o menos equitativo de beneficios en forma de avisos sobre la presencia de predadores. No obstante, especies muy diferentes suelen responder a las alarmas dadas por otras sin que por ello compartan territorios, de modo que debe haber algún factor adicional que acabe de explicar la coterritorialidad de estas dos especies. Una posibilidad es que las especies asociadas cooperen para defender, o incluso ampliar, los territorios que comparten. Surgió casualmente una oportunidad para poner a prueba esta idea cuando un grupo de tamarinos marrones desapareció, dejando el territorio ocupado tan sólo por tamarinos emperador. La familia de tamarinos marrones que ocupaba el territorio adyacente con un segundo grupo de tamarinos emperador empezó entonces a utilizar ambos territorios, pasando de uno a otro por períodos de varios días. Aunque los dos grupos de tamarinos emperador se enfrentaban regularmente en su frontera común, la familia de tamarinos marrones mostraba relaciones amistosas con ambos grupos de tamarinos emperador, y durante sus pugnas permanecía discretamente neutral. Esta observación parece descartar la posibilidad de un refuerzo mutuo en la defensa territorial.


La tercera posibilidad es que esta asociación conduzca de algún modo a una explotación más eficiente de los recursos alimentarios. Las pruebas de que se dispone parecen apoyar esta idea. Aunque el tamarino marrón demuestre poseer técnicas más avanzadas y comer mayor cantidad de insectos, ambas especies son frugívoras y se alimentan de las mismas plantas, a menudo en la copa de un mismo árbol. Las especies vegetales más importantes en sus dietas son arbustos o trepadoras comunes que maduran gradualmente a lo largo de períodos de semanas o meses. Un territorio puede contener 50 o más plantas de una especie dada, cada una de las cuales será explotada por los tamarinos residentes. Sin embargo, cada planta es visitada tan sólo una vez en varios días. Al compartir un territorio común, viajar juntos y mantener un contacto constante, los grupos de tamarinos pueden regular efectivamente los intervalos entre las visitas, permitiendo que pase el tiempo suficiente para que se acumulen los frutos maduros. Si no compartieran el mismo territorio o si viajaran independientemente a través de él, ninguna de las dos especies sabría cuándo un árbol frutal ha sido ya visitado, y efectuaría frecuentes e infructuosas visitas a unos árboles despojados de sus frutos por la otra especie. Mediante esta cooperación, ambas especies pueden limitar al mínimo el número de visitas a árboles sin frutos, con lo que eluden a posibles predadores.

La relación entre las dos especies de tamarinos conduce, pues, a un tipo de acomodación muy poco frecuente. Al consumir los mismos tipos de fruto son, potencialmente, los competidores más encarnizados, pero al cooperar consiguen un más alto nivel de eficiencia en la recolección de los frutos de su territorio, superando con ello a otras especies que ignoran a sus vecinas.

JOHN W. TERBORGH
Natura. Enciclopedia de los Animales
Ediciones ORBIS, 1986.

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