viernes, 19 de diciembre de 2008

El tiburón saltarín

Según cuentan, uno de los tiburones coralinos que hay en el complejo hotelero Atlantis en Nassau, Bahamas, superó la barrera que separa su estanque de agua salada para caer en el interior de una piscina —que en ese momento no tenía público— de agua dulce.

Este ejemplar hembra, de unos doce años, de tiburón coralino (Carcharhinus perezi) —de dieta piscívora e inofensivo para los seres humanos— formaba parte de la atracción «el Salto de Fe», uno de los cinco toboganes del «Templo Maya», que consiste en una caída vertical, desde la parte superior de la torre, de diecisiete metros de altura para, con la ayuda de agua a propulsión, arrastrar a la gente por un tunel acrílico que atraviesa un gran estanque lleno de tiburones, hasta la piscina que hay al final.

El espécimen en cuestión saltó de su acuario los treinta centímetros de alto del borde y atravesó los cinco metros de la boveda para caer en dicha piscina. El equipo de mantenimiento respondió de inmediato y pudo recuperar el animal y devolverlo a su lugar. A pesar de todos los esfuerzos para recuperarla el animal murió poco después de los hechos, debido a su intolerancia al cloro.

3 comentarios:

  1. "A pesar de todos los esfuerzos para recuperarla el animal murió poco después de los hechos, debido a su intolerancia al cloro."

    ¿Los esfuerzos para recuperarla? ¿Le hicieron acaso el boca a boca? ¿A que no?... pues entonces no se esforzaron mucho que digamos... y no, el hecho de que los tiburones respiren por branquias y por lo tanto el boca a boca no sirva de nada no es excusa.

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  2. Estaba viva todavía, esfuerzos para cogerla y llevarla a su estanque. El bicho se retorcería y mordería. Que no es hacerla la respiración asistida, ¡merluzo!

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