(1 de marzo de 2012)
Cuando hablamos de la oposición siria, la primera imagen que nos viene a la cabeza es el Consejo Nacional Sirio. En este artículo no voy a hablar de este consejo creado por Qatar, Arabia Saudí, Turquía y Occidente, sino de su brazo militar, el llamado Ejército Libre Sirio.
Mientras que los medios occidentales y las cadenas árabes Al-Yazira y Al-Arabiya, propiedad de Qatar y Arabia Saudí, respectivamente, informaron desde el principio que la revuelta del mencionado grupo armado estaba formándose con soldados desertores del Ejército regular sirio, la realidad es muy distinta.
Un año después de los primeros disturbios en Siria, el Ejército Libre Sirio se compone de unos cuantos desertores, un nutrido grupo de hermanos musulmanes nativos cegados por la llamada a la guerra santa hecha por algunos imanes saudíes y ratificada por Al-Qaeda y, sobre todo, por mercenarios yihadistas y salafistas extranjeros reclutados por Al-Qaeda y pagados por Qatar y Arabia Saudí, como ocurrió en Libia.
Se da la paradoja de que Al-Qaeda vuelve a estar bajo la dirección de la CIA, que creó este ejército paramilitar transnacional y fundamentalista para luchar contra los soviéticos en Afganistán en el siglo pasado.
El gran campo de entrenamiento y avituallamiento se encuentra esta vez en Turquía, donde los servicios de inteligencia estadounidenses han desplegado toda su logística. Allí, comandos británicos y franceses y 'empresas de seguridad' estadounidenses entrenan a los mercenarios yihadistas en las técnicas de guerra más avanzadas y les suministran las armas israelíes más sofisticadas. Toda esta 'megaoperación fantasma' es financiada con los petrodólares saudíes y qataríes.
Una vez adiestrados y equipados de armamento de todo tipo, son introducidos por remesas en Siria a través de la frontera turca, y se unen a los grupúsculos armados nativos a los que a su vez adiestran y traspasan las órdenes de la CIA que han recibido en Turquía. A continuación, se ejecutan dichas órdenes y se ponen en práctica las técnicas aprendidas, sembrando el terror entre la población siria.
Entre las técnicas de terror que utilizan cabe mencionar la destrucción de todo tipo de infraestructuras para provocar el desabastecimiento de la población, como el incendio de diversos oleoductos. También bombardean e incendian edificios públicos de todo tipo, incluyendo colegios, y utilizan las amenazas de muerte a través de SMS a gran parte de la población, cuyos números de teléfono son localizados a través de las técnicas más sofisticadas de telecomunicaciones.
Los asesinatos selectivos de talentos y profesionales de prestigio del país es otra de las técnicas de terror utilizadas. Pretenden dejar al país huérfano de líderes de opinión y sumir a la población en el miedo. Otra forma de aterrorizar al pueblo es la grabación de miembros del Ejército y los cuerpos de seguridad hechos prisioneros, a los que decapitan al modo islamista con grabación incluida.
Hay que mencionar también el secuestro de miembros de las minorías alauitas, por el hecho de pertenecer a la minoría a la que pertenece el presidente.
Recientemente, muchos medios e instituciones occidentales y árabes se han rendido a la evidencia y han empezado a informar sobre la realidad de este grupo armado. Entre ellos cabe destacar a Stratford Global Intelligence, el International Institute for Strategic Studies (IISS) y la agencia Reuters.
Sin embargo, la mayoría de medios occidentales siguen 'informando' de que «manifestantes demócratas y desarmados son asesinados por los tanques de Al Assad, que reprime y asesina a su población día tras día», ahora con «el apoyo de Rusia y China».
Algún día, la opinión pública occidental descubrirá la verdad sobre Siria y pedirá una explicación a sus gobernantes, pero el desastre ya será irreversible.
Mientras que los medios occidentales y las cadenas árabes Al-Yazira y Al-Arabiya, propiedad de Qatar y Arabia Saudí, respectivamente, informaron desde el principio que la revuelta del mencionado grupo armado estaba formándose con soldados desertores del Ejército regular sirio, la realidad es muy distinta.
Un año después de los primeros disturbios en Siria, el Ejército Libre Sirio se compone de unos cuantos desertores, un nutrido grupo de hermanos musulmanes nativos cegados por la llamada a la guerra santa hecha por algunos imanes saudíes y ratificada por Al-Qaeda y, sobre todo, por mercenarios yihadistas y salafistas extranjeros reclutados por Al-Qaeda y pagados por Qatar y Arabia Saudí, como ocurrió en Libia.
Se da la paradoja de que Al-Qaeda vuelve a estar bajo la dirección de la CIA, que creó este ejército paramilitar transnacional y fundamentalista para luchar contra los soviéticos en Afganistán en el siglo pasado.
El gran campo de entrenamiento y avituallamiento se encuentra esta vez en Turquía, donde los servicios de inteligencia estadounidenses han desplegado toda su logística. Allí, comandos británicos y franceses y 'empresas de seguridad' estadounidenses entrenan a los mercenarios yihadistas en las técnicas de guerra más avanzadas y les suministran las armas israelíes más sofisticadas. Toda esta 'megaoperación fantasma' es financiada con los petrodólares saudíes y qataríes.
Una vez adiestrados y equipados de armamento de todo tipo, son introducidos por remesas en Siria a través de la frontera turca, y se unen a los grupúsculos armados nativos a los que a su vez adiestran y traspasan las órdenes de la CIA que han recibido en Turquía. A continuación, se ejecutan dichas órdenes y se ponen en práctica las técnicas aprendidas, sembrando el terror entre la población siria.
Entre las técnicas de terror que utilizan cabe mencionar la destrucción de todo tipo de infraestructuras para provocar el desabastecimiento de la población, como el incendio de diversos oleoductos. También bombardean e incendian edificios públicos de todo tipo, incluyendo colegios, y utilizan las amenazas de muerte a través de SMS a gran parte de la población, cuyos números de teléfono son localizados a través de las técnicas más sofisticadas de telecomunicaciones.
Los asesinatos selectivos de talentos y profesionales de prestigio del país es otra de las técnicas de terror utilizadas. Pretenden dejar al país huérfano de líderes de opinión y sumir a la población en el miedo. Otra forma de aterrorizar al pueblo es la grabación de miembros del Ejército y los cuerpos de seguridad hechos prisioneros, a los que decapitan al modo islamista con grabación incluida.
Hay que mencionar también el secuestro de miembros de las minorías alauitas, por el hecho de pertenecer a la minoría a la que pertenece el presidente.
Recientemente, muchos medios e instituciones occidentales y árabes se han rendido a la evidencia y han empezado a informar sobre la realidad de este grupo armado. Entre ellos cabe destacar a Stratford Global Intelligence, el International Institute for Strategic Studies (IISS) y la agencia Reuters.
Sin embargo, la mayoría de medios occidentales siguen 'informando' de que «manifestantes demócratas y desarmados son asesinados por los tanques de Al Assad, que reprime y asesina a su población día tras día», ahora con «el apoyo de Rusia y China».
Algún día, la opinión pública occidental descubrirá la verdad sobre Siria y pedirá una explicación a sus gobernantes, pero el desastre ya será irreversible.
Nagham Salman
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