miércoles, 4 de julio de 2012

Epigenoma: mucho más que genes

Un genoma no puede explicar completamente la funcionalidad de nuestras células, sus trastornos o la definición de nuestra especie. Necesitamos algo más

MANEL ESTELLER / DIRECTOR, PROGRAMA EPIGENÉTICA Y BOLOGÍA DEL CÁNCER DEL IDIBELL

ABC - 18/06/2010


La sombra de Craig Venter, uno de los padres del genoma humano,
sobre una secuencia genética

Parte de la explicación viene proporcionada por la Epigenética, que podemos definir como «la herencia de la actividad del ADN que no depende de su secuencia estricta». Es decir, la Genética sería el abecedario y la Epigenética su ortografía. Ésta última se hereda en el nivel más simple, durante todas las divisiones celulares que ocurren en nuestros tejidos durante la vida o, de una manera más provocadora, en nuestras células germinales y la transmitiremos a nuestra descendencia. La Epigenética se refiere a modificaciones químicas en nuestro material genético y en las proteínas reguladoras del mismo. Las más reconocidas marcas epigenéticas son la adición de un grupo metilo al ADN y la modificaciones químicas de las histonas, proteínas alrededor de las que se enrolla el ADN. El Epigenoma sería el conjunto de todas las marcas epigenéticas.

En la vida real nos enfrentamos con muchos casos en los que el genoma no está a la altura de las expectativas. Uno de los más evidentes son los gemelos monocigóticos, que comparten el mismo material genético. Aun así, la aparición de enfermedades puede ser muy diferente en ambos y esta discordancia ha sido una cuestión desconcertante para los investigadores.

Nosotros aportamos una de las piezas pequeñas de este rompecabezas, al mostrar que los gemelos monocigóticos presentan una «deriva» epigenética que se acentúa con la edad, y se incrementa si han pasado parte de su vida separados y tienen diferentes estilos de vida (como consumo de tabaco). Otro ejemplo interesante son los animales clonados. que se originan a partir del mismo ADN del donante y deberían ser iguales, pero no lo son. Ratones, gatos, ovejas, perros o toros clonados no son idénticos a sus «padres»: pueden tener características y enfermedades distintas y muestran epigenomas diferentes.

Un epigenoma alterado es uno de los principales trastornos de identidad del cáncer humano. La reducción de los niveles totales de metilación del ADN de los tumores en comparación a los tejidos vecinos normales, la inactivación epigenética de genes que nos deberían proteger del cáncer y una disrupción de las histonas definen a una celula tumoral. Una diferencia esencial entre el genoma y el epigenoma es que el segundo es reversible bajo circunstancias adecuadas y el uso de sustancias, lo que ha originado la aprobación de fármacos epigenéticos efectivos para el tratamiento de ciertas formas de leucemias y linfomas. La carrera para la obtención de los primeros epigenomas humanos ha empezado.

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