Este sábado, mientras los últimos manifestantes se retiraban cerca de la medianoche de la plaza de Neptuno tras la protesta del 29-S
y después de que los antidisturbios cargasen para disolver la
concentración, la tensión se multiplicaba en las calles cercanas del
madrileño barrio de Huertas, una zona de bares por la que suelen salir
muchos extranjeros. En la calle Cervantes se registraron choques entre
la policía y los manifestantes y también en la calle Lope de Vega, donde
los incidentes quedaron registrados en un vídeo que está teniendo mucha repercusión en Internet. Es, de hecho, la historia más vista del domingo en Menéame.
En las imágenes, se observa cómo un grupo de antidisturbios carga contra un grupo de gente. La calle está repleta de basura y de contenedores tirados. En un momento, la Policía pasa a la acción con fuerza, golpeando con violencia a los que se encontraban por allí, que intentaron buscar refugio en los bares. Esfuerzo inútil, dado que los agentes entraron tras ellos y los sacaron mientras les golpeaban con las porras.
El autor del vídeo es Arturo DM, que vive en un edificio muy cercano a
donde se produjeron los incidentes. Explica que estaba en casa
tranquilamente cuando escuchó «jaleo» fuera. Al asomarse, se encontró
con un panorama dantesco. «Había bastante gente, contenedores tirados
haciendo de barricadas para evitar el paso de la Policía. Los
antidisturbios estaban en la parte baja de la calle y esperaron allí a
que otros compañeros suyos subieran, para tener rodeada a la gente que
estaba en la calle», recuerda en una conversación telefónica.
«SENTÍ IMPOTENCIA»
«La mayoría de la gente se dispersó entonces, pero quedó un grupo
que se vio rodeado y fueron a buscar refugio a los bares», rememora
Arturo, que señala que él no vio ningún tipo de agresión de la gente a
la Policía. «Los antidisturbios entraron en los bares a por ellos y les
empezaron a sacar a base de porrazos», asegura.
Uno de los bares en los que buscaron refugio fue el Terramundi. «Entraron entre cinco y siete antidisturbios golpeando. Iban solo a por
ciertas personas que habían entrado, pero todos nos llevamos un susto
muy feo. Gritaban: '¡Fuera, fuera!' y les daban porrazos», explica una
empleada del establecimiento. Los antidisturbios también irrumpieron en
el bar Quevedo, como recogen otros dos vídeos que circulan por la Red.
Los testigos aseguran que en el local no había entrado ningún
manifestante. Los propietarios del bar, sin embargo, prefieren no hablar
de los incidentes.
Arturo, que asistió a la manifestación del 25-S pero no a la del
sábado, vio cómo para sacar «a dos chicas que pesarían 45 o 50 kilos»
fueron cuatro policías «que las pusieron a caldo». «Luego, subieron tres
lecheras, supongo que para dispersar la zona. Lo que yo pienso es que
si esa gente hubiera hecho algo, les hubiesen metido en los furgones.
Pero no, se limitaban a dar palos y les dejaban marcharse». Reconoce que
desde su balcón no pasó miedo, aunque le daba respeto observar las
escopetas apuntando hacia arriba mientras la policía caminaba. «Pensaba:
a ver si se le escapa el gatillo y…».
«Sobre todo sentí impotencia. No sabía si bajar a abrirles el portal o qué hacer. Los policías no iban identificados», destaca.
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