Surgida en 1918, la conocida como gripe española fue una pandemia de gripe de inusitada gravedad, causada por un brote de influenza virus A del subtipo H1N1. A diferencia de otras epidemias de gripe —que afectan básicamente a niños y ancianos— muchas de sus víctimas fueron jóvenes y adultos saludables, así como animales, entre ellos perros y gatos. Pero la enfermedad no nació en España: el primer caso se registró en Fort Riley (Kansas) el 11 de marzo. Al alba, un joven soldado se presentó en la enfermería del cuartel quejándose de fiebre, dolor de garganta y dolor de cabeza. Al mediodía, el hospital contaba con más de 100 casos, en una semana, había 500. Durante la primavera, 48 soldados murieron en aquel destacamento. En un solo año mató entre 50 y 100 millones de personas y se estima que enfermó al 55% de la población mundial. Hasta hoy, se considera la pandemia más devastadora de la historia humana. Los Aliados de la Primera Guerra Mundial la llamaron gripe española porque el evento recibió una mayor atención de la prensa en España que en el resto de Europa, ya que el país no se vio involucrado en la Gran Guerra y por tanto no censuró la información sobre la enfermedad.
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