Hoy, 22 de marzo, más de un millón de personas hemos trasladado a la «capital del reino» nuestra repulsa y rabia contra la actual situación social. La CNT considera que esta jornada de movilización social ha sido esperanzadora, y que marca un antes y un después, ya que se ha organizado al margen de CCOO, UGT y de los partidos políticos y sin cobertura mediática. El 22M debe ser el germen de una lucha continuada y común por la defensa de nuestros derechos, contra los recortes, en defensa de las libertades y de denuncia de la represión. Nuestro siguiente paso tiene que ser el Primero de Mayo y, después, construir entre todos un escenario de confrontación con el poder. Por eso invitamos a todos los trabajadores que rechazan y están desencantados con los sindicatos oficiales, así como al movimiento libertario, a sumarse para construir estas luchas.
Esta movilización ha estado sometida a una clara censura por parte de los medios de comunicación, mostrándonos así su pluralidad y su vocación de información objetiva. Estas empresas creadoras de opinión han intentado silenciar la existencia de esta lucha. De nada les ha servido, ya que ésta se ha extendido desde abajo hasta convertirse en una realidad incuestionable, que molesta y preocupa. Sin duda se afanarán en tergiversar los hechos y ocultar las reivindicaciones; en cambio pondrán todo su empeño en dar voz a nuestros honorables políticos, para que nos digan que estas no son formas ni el camino correcto, y para recordarnos lo malos que somos si nos movilizamos al margen de sus dictados y farsas electorales.
También nos parece vergonzosa y oportunista la actuación de CCOO, UGT, USO y los colectivos de la Cumbre Social, que se suman a última hora para salvar el expediente y rentabilizar los esfuerzos y luchas de todas las personas, colectivos y organizaciones que han trabajado por llevar a buen término esta movilización. Será una curiosa coincidencia la reunión de esta misma semana entre los agentes sociales y el gobierno; otro burdo intento de cubrir sus vergüenzas, obtener protagonismo, y reclamar una legitimidad que ya nadie les reconoce por sus traiciones y corrupción. Ni juntos ni por separado: todos ellos fracasarán si nos mantenemos unidos en la lucha, en la calle. Hoy en Madrid se ha escuchado la voz de la clase obrera.
También queremos expresar nuestro rechazo a la militarización de Madrid, con la presencia de cientos de escuadrones de antidisturbios, criminalizando de antemano una protesta social legítima. Ellos temen nuestra voz, y pretenden amordazarla. Nosotros sufrimos y denunciamos sus agresiones. No nos detendrán; nos mantendremos en la calle.
La CNT ha estado presente en la manifestación de hoy con un bloque formado por miles de militantes y simpatizantes. Además ha formado parte importante de varias de las columnas regionales que han confluido en Madrid. Agradecemos a todas las personas que nos han acompañado hoy su contribución a la lucha.
Por el resurgir de la conciencia de clase, nos vemos en el Primero de Mayo y no en las urnas.
¡Solidaridad y apoyo mutuo!
¿Y que ha cambiado o que va a cambiar?
ResponderEliminarQue han conseguido o que vana conseguir, que querrían conseguir, es el problema, -Ya te lo respondo yo mismo, quieren más, no el fin de un sistema injusto, no el fin de la desigualdad, no la libertad, solo quieren tener todo lo que tenían con el "estado del bienestar" ( o creían que tenían).
No luchan para derrocar al sistema, ni se enfrentan realmente a él, solo piden que sea un poco más benévolo, un poco más suave, con ellos, por supuesto.
El Congreso, el Senado, 2.000 antidisturbios, varios cientos de políticos, el palacio real... tendrían que haber ardido ayer, entonces si hablaríamos de un antes y un después, pero estamos igual, peor incluso, porque la gente se conforma con estas gilipolladas, mientras los que de verdad han luchado se pudren en las cárceles o han muerto en ellas: "terroristas", además repudiados por ese pueblo adoctrinado.
Salud!
Han manifestado un descontento generalizado, que ya es algo. Lo que hace falta es una revolución, y no salir a la calle a mendigar de nuestros explotadores unas concesiones, aunque nos las disfracen de conquistas sociales. Pero para hacer una revolución hace falta más que simples marchas o procesiones. ¡Para poder construir es necesario destruir!
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