lunes, 26 de mayo de 2014

Triste aniversario, muy triste

Hoy, al mediodía, hizo un año cuando la policía me llamó por el teléfono móvil para decirme una mala noticia. Llamada que supuso la peor de las noticias que he recibido en mi vida: la muerte de mi hermano Jesús.

En la madrugada de ese nefasto 26 de mayo del año 2013, Jesús salió de nuestra casa, ya que vivíamos juntos, y se fue a la casa de nuestra madre. Colocó sus objetos personales (gafas, teléfono móvil, DNI, llaves y sus zapatos) ordenados en un rincón, abrió una ventana que da a un tejadillo, salió descalzo hasta la cornisa para arrojarse al vacío desde un quinto piso a un patio interior. Todavía recuerdo, no se me borra de la mente, su cuerpo estrellado contra el frió suelo.

El día anterior estaba muy alterado, aunque con algunos momentos álgidos, como una especie de ‘montaña rusa’ emocional. Era sábado, justo el día que acababa el primer plazo de lo acordado con uno de sus jefes para cobrar dos meses de año anterior que le debían, pero no le pagaron nada. Se trastornó aún más.

Jesús trabajaba como administrativo para una empresa vallisoletana conocida del sector de la construcción. Empresa dedicada a la obra pública y la fabricación de conglomerantes. Empresa que llevaba con un ERE de más de un año (o aproximadamente dos, creo recordar) y tenía embargada cuentas corrientes y maquinaria. Empresa que no pagaba a sus trabajadores desde meses atrás, y que varios de ellos habían denunciado. Jesús era uno de ellos. En el mes de abril anterior estuvo viendo a dos abogados, y optó por el mismo que el resto de sus compañeros, para denunciar también su situación laboral. El 3 de mayo, como primer paso, en un Acta de Conciliación acordó uno de sus jefes que le pagarían dos meses del año 2013 antes del 25 de mayo y el resto antes del 30 de junio. Pero, no fue verdad, no se le pagó nada. (Eso sí, a mediados del mes de junio siguiente, fuera de plazo, sus jefes ingresaron tres meses en su número de cuenta, pero él ya estaba muerto.)

También les pedía la rescisión del contrato por impago de nóminas, pero la empresa se opuso y no dio ninguna explicación. Después en la calle, el jefe le dijo que podrían tener trabajo para el año 2015, pero que no contaría con él, y que le llamarían unos días más tarde. Estaba preocupado por ello, no sabía para qué le iban a llamar; además, se sentía en ‘tierra de nadie’, no estaba en el paro, pero cobraba el subsidio de desempleo; seguía contratado, pero no cobraba salario alguno, se veía desamparado. Si añadimos que en ese funesto mes de mayo tampoco cobró el paro, porque su empresa no envió a tiempo el papeleo necesario. Consideró que podría ser algún tipo de represalia y su estado anímico fue empeorando.

Aunque ya no estaba bien desde tiempo atrás, su futuro laboral lo veía muy negro. La crisis económica que padecemos y su situación laboral le tenían muy preocupado. Después de esa Acta de Conciliación, del que esperaba algo y la negativa actitud de sus jefes, la cosa se agravó y lo sentenció. Lo digo yo que le conozco desde nacimiento, ya que somos mellizos, digan lo que digan otros. Y cómo suele pasar en este mundo, nadie se hace responsable. Nadie es responsable de la crisis financiera, resultado de la especulación de años anteriores, que ha llevado al desahucio e, incluso, la muerte a muchos inocentes. Nadie se hace responsable de la inexistencia de unos medios de protección social, de actuación ante los efectos de una crisis y la absoluta falta de previsión cuando este país iba bien. Víctimas, muchas, y siempre los más débiles, pero los que tienen la culpa no responden, siguen impunes. ¿Qué voy a exigir a los jefes de mi hermano? Ellos tampoco se hacen responsables.

A finales de septiembre del año pasado, tuvimos el juicio contra la empresa, y lo perdimos. Quedó archivado. La exigida rescisión de contrato no se puede llevar a cabo, ya que tras el suicidio de mi hermano, finalizó el contrato. Y para exigir la susodicha rescisión, es necesario que el contrato este vigente, y con su muerte queda anulado. Y las nóminas impagadas tienen que exigirlas de nuevo sus herederos, ya que no hizo ningún testamento, en este caso nuestra madre viuda, dependiente y con un grado de discapacidad reconocido del 34 por ciento. ¡Otra vez a empezar!

El pasado mes de noviembre, a mediados, tuvo lugar un nuevo Acta de Conciliación, ya que el abogado tiene poderes generales por parte nuestra, no fue necesario la presencia de mi madre, tuvo que vérselas con el abogado de la empresa. Y no llegaron a ningún acuerdo. El abogado de la empresa no aceptaba nada de lo que se le pedía. Para el próximo 26 de enero del próximo año 2015 tenemos otro juicio contra estos caciques.

Por mi parte quiero responsabilizarles de su muerte, aunque lo sean indirectamente, pero lo tengo muy difícil. Tengo que probarlo, demostrar que hay una vinculación entre su situación laboral y su muerte y el grado de responsabilidad que puedan tener. Mi testimonio y el de familiares y amistades no es suficiente. Tengo que presentar algún informe pericial de un médico o un psicólogo, y no lo tengo (como mucho la declaración de nuestra médica de cabecera, ya jubilada, que me aconsejaba que Jesús tenían que ser visto por algún terapeuta, pero él no quería). Unos desconocidos con título académico son más creíbles ante un tribunal que aquellos que conocíamos directamente al fallecido. Cuando muchos sabíamos que Jesús estaba muy afectado por su estado laboral y no tenía otros problemas graves, pero esto no cuenta. ¡Así es el sistema!

En unos mensajes dirigidos a un amigo nuestro, uno de los jefes de Jesús le decía que su empresa ha dado de comer a muchas familias durante años, que mi hermano tenía otros problemas y que ellos eran los únicos que le echaban de menos. Y eso no es así… Mientras sus trabajadores se ganaban el pan con su esfuerzo, ellos se enriquecían más. El único problema serio que mi hermano tenía era esa empresa que no le pagaba lo suyo (no digo su nombre, por evitar disgustos). Y si tanto le ‘echan de menos’, ¿por qué le insultan incumpliendo lo acordado? ¿O, también, a mi madre al negarse a pagar? Seguro que el abogado les sale más caro, para él sí que hay dinero. (Aunque, a principios de este año, por orden judicial, se les ha podido arrancar algo de dinero.) Cuando las cosas van mal se olvidan de aquellos que les han enriquecido, por conservar y guardar sus mezquinos intereses. ¡Pagad lo que debéis a vuestros trabajadores, y luego volved a empezar, ya que tan emprendedores os creéis!

EL HERMANO


5 comentarios:

  1. Sin palabras, terrible aniversario. Lo siento mucho.

    ResponderEliminar
  2. Nunca olvidaremos a Jesús ni a las demás víctimas de este sistema asesino.

    ResponderEliminar
  3. Un año sin tí....allá donde estés, nuestro recuerdo.

    ResponderEliminar
  4. EMPRESARIOS IRRESPONSABLES Y CANALLESCOS

    Ayer estuve en el Juzgado de lo Social y el juez anuló el juicio contra H.A., la empresa para la que trabajaba mi hermano y le debían sueldos, porque del asunto se encarga su compañía de seguros. Tenemos que reclamar ahora de nuevo a esta entidad financiera, ya que los exjefes de Jesús se han quitado toda responsabilidad. Y para dentro de uno o dos meses tendremos otro juicio (dentro de quince días tengo que contactar de nuevo con el abogado).

    Nuestro abogado, ofendido y también cabreado. Pero, lo peor para mí fue que estaba "La Bruja Lola" (B.A.) allí, pero como no la conocía no la reconocí y no pude decirla nada. El abogado me dijo más tarde quien era al preguntarle, pero ya era tarde. Me contaba que entre esta gentuza (los hermanos A.G.) se llevan mal, incluso a uno de ellos lo han echado, se le conocía entre los trabajadores como "Bin Laden" (F.). Si entre ellos se llevan a matar, ¿cómo van a respetar a sus empleados? Para mí, literalmente, es como si hubiesen defecado sobre las cenizas de mi hermano y se estuviesen riendo de mi madre. Si a esto incluimos, que a otro compañero de la empresa también se le anuló el juicio por un trámite administrativo o que a un conductor le deben ni más ni menos que 18 meses (un año y medio) de sueldo… Vemos reflejado su más completo desprecio hacia quienes les han enriquecido ("Papanatas", otro de los hermanos A. —J.A.— escribía a un amigo mío que ellos lo que habían hecho es dar comer a varias familias… ¡¡¡Mentiroso explotador malnacido!!!), por velar sus mezquinos intereses nos demuestran su naturaleza de la peor calaña.

    Su actitud irrespetuosa merece ser respondida, ya que por lo legal se servirán de artimañas. ¡Habrá que buscar otra forma de presión!

    EL HERMANO

    ResponderEliminar