miércoles, 16 de julio de 2014

La derecha (se hace) 'zen'



Los conservadores de EE UU intentan redefinirse tras los años de Obama y el Tea Party. Arthur Brooks, uno de sus intelectuales más influyentes, busca la inspiración en la espiritualidad oriental

15 julio 2014

El economista Arthur Brooks es católico, apostólico y romano. En el salón de su casa, en las afueras de Washington, tiene una foto de él con el Papa Benedicto XVI.

También es uno de los intelectuales conservadores más influyentes en Estados Unidos. Pocos en este país han articulado con tal rotundidad la defensa del capitalismo y el libre mercado frente a la supuesta deriva socialista del presidente Barack Obama.

El American Enterprise Institute (AEI), el think tank que él preside, nutre desde hace décadas al Partido Republicano. Desde la revolución reaganiana hasta la guerra de Irak, este laboratorio de ideas ha sido la cocina de algunas políticas que han definido a la derecha norteamericana.

Ahora Brooks (Spokane, Washington, 1964) quiere redefinir lo que representa ser conservador. Ya no sirve hablar sólo de dinero, de beneficios, de eficiencia.

«La fórmula del materialismo es: venérate a ti mismo, ama las cosas y usa a las personas», dice. «La fórmula correcta para una vida feliz, una vida no materialista, es: venera a Dios, ama a las personas y usa las cosas».

Brooks ha visitado en Dharamsala (India) a los monjes tibetanos del Dalai Lama, ha estudiado textos espirituales orientales y ha convertido la sede del AEI, en Washington, en un foro de discusión sobre la felicidad humana. La aproximación a la espiritualidad asiática en este templo del conservadurismo norteamerican coincide con la frialdad hacia el Papa Francisco: sus críticas al capitalismo han incomodado a la derecha católica.

«En Dharamsala», dice Brooks, «medité con los monjes del Dalai Lama en su monasterio, lo que para mí es bastante fácil, porque soy católico: rezamos el rosario cada día».

En febrero Brooks recibió en el AEI al Dalai Lama, el líder budista. En junio conversó en el mismo lugar con el gurú hindú Sri Sri Ravi Shankar.

Las corbatas y trajes chaqueta habituales en los pasillos del laboratorio de ideas se mezclan ahora con las túnicas y las barbas, y la retórica sobre los valores cristianos, con el pensamiento budista e hinduista.

«¿El secreto de la felicidad?», le preguntó el economista al gurú.

«Ser tú mismo y encontrar las reservas interiores de paz, con las que todos hemos sido dotados», respondió el gurú. «E ir poco a poco, ¿sabes? Conduce detrás de la bicicleta».

En EEUU felicidad y política son indisociables: la Declaración de Independencia proclama el derecho a buscarla. Pero raramente esta idea se ha situado en el centro del debate.

Los años del Tea Party —el movimiento populista que ha impulsado la oposición al demócrata Obama— han dejado maltrechos a los republicanos. Una parte de la ciudadanía los identifica partido de los hombres blancos y mayores de 50 años, de las rebajas de impuestos a los ricos y los recortes sociales a los pobres.

En 2013, varios dirigentes del Partido Republicano constataron en un informe sobre el fracaso en las presidenciales de 2012 que los jóvenes y las minorías ni siquiera les escuchaban. «Necesitamos un partido cuyo conservadurismo invite e inspire a que nuevas personas se nos acerquen», decía el documento.

Casado con una catalana, Brooks fue músico en la Orquestra Ciutat de Barcelona antes que economista: un cambio de carrera menos insólito en EEUU que en Europa. Buena parte de la entrevista se desarrolló en catalán. No está afiliado a ningún partido.

Pero los dirigentes republicanos le consultan y le escuchan. Durante la campaña por la nominación del Partido Republicano a las últimas presidenciales, los principales candidatos desfilaron por su despacho, decorado con un póster de una corrida de toros de José Tomás en la Monumental.

Hace una semanas, mientras Brooks conducía su coche, un viernes por la tarde, de regreso a su casa, recibió un mensaje en su teléfono móvil. «Es Marco Rubio», dijo Brooks, entre halagado y divertido. Le felicitaba por su cumpleaños.

Rubio, de origen cubano, es senador por Florida y uno de los nombres que más suena como candidato del Partido Republicano en las presidenciales de 2016, en las que se elegirá al sucesor de Obama.

Hablar de pobreza y desigualdades ha dejado de ser tabú en el Partido Republicano. Y el dogma de las rebajas de impuestos y los recortes en el estado del bienestar está en cuestión.

La derecha, dice Brooks, debe «hacer las paces» con la red de protección social. «¿Dónde ahorras el dinero? No lo ahorres con los pobres: ahórralo con los subsidios que van a los ricos», aconseja.

Del Dalai Lama, Brooks dice que «no sabe nada de política: de lo que entiende es de la conciencia humana». «Dirá: 'Soy marxista'’. Pero después añadirá que él no cree en compartir por la fuerza, que cree que en compartir voluntariamente por una cuestión de moralidad humana», explica.

—¿Qué puede aprender la derecha del Dalai Lama?

—A apartarse del materialismo. Lo mismo que la izquierda.

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