jueves, 6 de enero de 2011

Miserias del socialismo del siglo XXI: Cuba quiere pasar del capitalismo de estado al capitalismo bananero.

Estarán contentos los partidarios del llamado socialismo del siglo XXI: en Cuba los yankees o la globalización no van a imponer el capitalismo neoliberal sino que lo va a hacer la propia élite "comunista" gobernante en la isla. Ya dijo Raúl Castro en sus últimos discursos que tanto "igualitarismo" y tanto "paternalismo estatal" no eran nada buenos y que no estaba dispuesto a "mantener vagos" (¿dónde habré oído yo este razonamiento? ¿Lo dijo Reagan? ¿Mrs. Thatcher? ¿José María Aznar?). Para empezar el hermanísimo ha derogado la tasa "revolucionaria" (¡vaya manera de ensuciar la palabra "revolución" y sus derivados!) por la cual se quedaba con un 10% de la remesas de dinero que enviaban los cubanos del exilio a sus familiares en la isla, un negociete que no le venía mal a los Castro y sus amigos. A partir de ahora todo va a ser más "transparente" (se acabó el trapicheo con contrabandistas) y se canalizará a través de Western Union, una multinacional yankee, lo que demuestra que la nomenclatura "comunista" cubana está ideando hacer negocios con sus vecinos imperialistas del norte. Ahora los cubanos que reciban dinero del exterior serán más ricos y se dispararán las diferencias sociales en la isla.

Por si fuera esto poco, nada menos que el diario Granma, el vocero del Partido, es quien se está encargando de persuadir a la población de las bondades del capitalismo. De hecho, según un académico cubano cercano al gobierno, el órgano del Partido Comunista Cubano "antes guardián de la ideología revolucionaria y baluarte de la ortodoxia, casi se ha convertido en el Manual del buen cuentapropista ['autónomo', que diríamos por estas latitudes]" (V. El País del 04/01/2011). No hace mucho el Granma pidió sin tapujos "desatar los nudos de la burocracia que entorpecen la entrega expedita de licencias a los trabajadores por cuenta propia" (id.). Esto, claro está, no sería tan escandaloso si no fuera por lo que vendrá detrás y que todo el mundo sabe ya en la isla: la eufemísticamente llamada apertura a la iniciativa privada. O lo que es lo mismo vender a la fuerza de trabajo de la isla al mejor postor. Desde luego, los capitalistas van hacer su agosto pues se van a encontrar con una mano de obra obediente tras varias décadas siendo controlada por un sindicato único, la CTC (Confederación de los Trabajadores Cubanos), que no es más que un apéndice del Estado cubano. El asunto no es nuevo: ahí está el caso de China, un país "comunista" en el que el kilo de trabajador está a precios irrisorios.

El revolucionario Fidel demostrándonos cómo en "política"
todo es posible.


Pero lo más sangrante va a ser la oleada de despidos ya anunciados desde medios oficiales. De hecho, el gobierno cubano inició el pasado martes un plan de “reordenamiento laboral” (otro eufemismo para no usar una expresión tan malsonante como “despidos masivos”) que convertirá en “disponibles” (o sea, que dejará en la puta calle) a 1.300.000 cubanos entre empleados y funcionarios (V. El País del 04/01/2011). Ya no pueden argumentar toda aquella caterva de marxistas procubanos que “Cuba puede que sea una dictadura pero por lo menos no hay paro”. Ahora Cuba es las dos cosas. Para colmo quien decide qué trabajadores se quedan y quiénes se largan es la CTC, con lo cual la purga de elementos refractarios y el enchufismo están asegurados. En palabras de un economista cubano la “reconversión” es "digna de un ajuste del Fondo Monetario Internacional" (id.). En cuanto a las compensaciones por despido, los trabajadores cobrarán… ¡El salario de un mes por cada 10 años trabajados! ¡Increíble! Ni el raquítico capitalismo español paga tan poco.

Acabaré con una pequeña anécdota: hace años mientras el que esto firma daba una charla organizada por CNT, un simpatizante del “comunismo” cubano intervino desde el público para afirmar que él “prefería ser explotado por un patrón cubano antes que por un patrón yankee”, a lo cual yo le respondí que, puestos a preferir, yo prefería no ser explotado por NADIE. ¿Por qué lo llaman “comunismo” cuando quieren decir nacionalismo?

En fin, vivimos tiempos sombríos: si el socialismo del siglo XXI es así, no quiero ni pensar a qué extremos puede llegar el capitalismo en esta centuria.

3 comentarios:

  1. «La relación de los caudillos gallegos [Franco, Fraga y los Castro] viene de lejos. Cuando en 1966 el escritor cubano recientemente fallecido, Guillermo Cabrera Infante, consiguió salir de Cuba, pensó instalarse en Madrid. La España franquista de entonces acogía a buena parte de la colonia de jóvenes escritores latinoamericanos del famoso boom, con García Márquez a la cabeza. Pero el gobierno franquista por boca de su eximio ministro Fraga Iribarne, le negó el asilo y censuró sus libros, que también estaban y están prohibidos en Cuba. A la muerte de Franco el régimen cubano declaró una semana de luto nacional, con banderas a media asta, y asusta pensar los homenajes que se darán si fallece alguno de esos rostros de la moneda totalitaria.»

    Estas palabras las escribió Ignacio de Llorens, para un artículo de la desaparecida revista Archipiélago, en el año 2005...

    http://losdeabajoalaizquierda.blogspot.com/2009/01/los-judos-de-castro-y-de-fraga.html

    Ya va siendo hora que a muchos «izquierdiosos pseudorrevolucionarios» se les quite la venda de sus ojos. Cuba está siguiendo el camino de China y Vietnam (Ejemplos de ¿liberación nacional antimperialista? ¡Ja, ja, ja...!).

    Que sirvan de ejemplo a los que apoyan otros movimientos de liberación nacional o popular que pululan por el mapa mundial. ¡No espabilan!, aunque se lo pongas delante de sus propias narices.

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  2. Y ya lo decía el tal Lito Bermejo hace más de treita años en la revista Negaciones, cuando nos presentaba un libro de Sebreli:

    «... Entonces la burocracia puede acaudillar una revolución social pues encarna en su propia marginación la de todas las clases oprimidas. Puede entonces "reivindicar para sí la dominación general". Y esto es lo que desde China hasta Angola se conocerá como liberación nacional, lo que siempre, por otra parte, significó una revolución a la manera burguesa tanto por sus objetivos como por sus métodos, necesariamente, claro está, adaptados a los tiempos y a los intereses específicos de los nuevos explotadores y opresores.»

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  3. Y por decir algo parecido, me llegó hasta a llamar integrista rajoyano un personajillo que me recordaba los ejemplos independentistas argelino, cubano o vietnamita, y sólo por decir que «la autodeterminación es un concepto abstracto metafísico burgués» o que «no conozco ningún Estado nacido simplemente por la voluntad de sus ciudadanos, sin la injerencia de las potencias del momento», en un comentario a un texto de Carlos Taibo:

    «Era lo último que esperaba de usted, Krates. Así que es un integrista rajoyiano. Eso de que la independencia sólo se consigue cuando alguien de fuera se empeña, es un insulto para la mayoría de los pueblos del Tercer Mundo. Recuerde Argelia, Cuba o Vietnam. Un saludo, Manuel Sanchís.»

    He aquí la prueba:

    http://www.larepublica.es/spip.php?article9703#forum15162

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