En la lucha por triplicar un miserable salario de unos 400 euros mensuales —y malviviendo en chabolas— de los mineros de la Lonmin Platinum en Marikana (Sudáfrica), una treintena murieron acribillados a tiros por la policia en medio de la protesta.
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Conviene recordar lo que dijo sobre el tema James Petras en una entrevista para la emisora uruguaya CX36 Radio Centenario el pasado 28 de agosto:
Si, tengo otro tema que me parece muy importante, que es el asesinato de 42 mineros en Sudáfrica, bajo un gobierno supuestamente negro, del Consejo Nacional Africano. Uno tiene que entender qué tipo de gobierno ha matado 42 mineros, herido a más de 78 y encarcelado 259. O sea, casi 400 trabajadores muertos, heridos o encarcelados.
Debemos volver a la transición de Sudáfrica: del apartheid racial al apartheid clasista. La oligarquía negra son multimillonarios, los que dirigen al partido, al sindicato afiliado con el partido, todos son burgueses, todos son miembros de country clubs exclusivos de los blancos, tienen 3 o 4 casas, 5 o 6 mujeres; y las principales mineras están en manos del capital inglés y con socios minoritarios de esta burguesía corrupta y represiva del Congreso Nacional Africano.
Una onza de platino está a 1.440 dólares, y el minero gana menos de 500 dólares por mes. Es una cosa muy dramática la relación entre la riqueza que está acumulando el capital blanco y sus socios oligárquicos negros, y la miseria que ganan, los peligros y enfermedades que sufren los mineros.
Debemos cuestionar y hablar de la transición es hablar de Mandela. De cuando se firmó el pacto de transición garantizando al capital blanco la protección de todas sus riquezas y todas sus desigualdades, sólo compartidas con la oligarquía negra. Esa transición fue el gran tema y es el gran fracaso.
Pero como Nelson Mandela pasó 28 años en la cárcel, hombre simpático, preso político, nadie cuestionó la profundidad de la transición. Decían que era sólo táctica. Pero no fue táctica, fue un compromiso de la burguesía emergente negra con la oligarquía blanca.
Debemos decir que fue un pacto de transición con defectos profundos. Y Mandela transó la libertad, por ser el Primer Ministro, presidente, pero las grandes desigualdades se mantienen. Las peores desigualdades de África están en Sudáfrica. Los negros más ricos de África, están metidos en esta colaboración con el capital ingles-norteamericano-israelita y este proceso sigue esa realidad.
No ha cambiado tras casi 20 años de mando africano. El problema no es racial el problema es de clase. Y la lucha de clases determina a los burgueses negros actuando como en cualquier otro país capitalista matando obreros para defender el capital del platino.
Debemos enfatizar otra vez que la lucha de clases es lo central de la historia y no simplemente cambiar la piel de los oligarcas.
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