miércoles, 25 de enero de 2017

Encinas, coscojas y quejigos

Una de nuestras centenarias
encinas de Las Tres Matas.

«Cruzar el campo por entre matriarcales encinas castellanas.
Matriarcales, velazqueñas, quijotescas.
¡La encina! Símbolo del alma de esta tierra.»
MIGUEL DE UNAMUNO

Encina o carrasca y carrascal son nombres que hemos oído con frecuencia ya que hacen referencia a los árboles más emblemáticos de Quintanilla: Las Tres Matas y uno de los montes más queridos de nuestro pueblo: El Carrascal.

Tal vez, también habéis oído la palabra quejigo o roble carrasqueño, este hermoso árbol lo encontramos diseminado en la privilegiada flora de Quintanilla. En otoño los verdes vivos de sus hojas se tornan en marrones y amarillos.

Por último haré referencia a la coscoja, chaparra o carrasquilla, pequeño árbol que podemos encontrar en el monte y en los márgenes de la senda del Duero en el tramo que nos lleva a Tudela. Su pequeño porte y hojas verdes y espinosas ha dado lugar a otro nombre más para este peculiar árbol, «acebillo», por su parecido con el acebo, con el que no tiene parentesco aunque nadie lo diría. Convergencia evolutiva lo llaman, en la ciencia de la evolución de la vida.


La encina es el árbol nacional de España, ya que es sin duda el más representativo del bosque ibérico mediterráneo, siendo nuestro país el que posee máxima extensión de este árbol.

Si analizamos el nombre que la ciencia le ha dado: Quercus ilex, este nombre encierra como otros muchos nombres científicos una gran cantidad de información que no suele ser conocida. Quercus proviene del celta «kaerquez» que significa árbol hermoso. La encina fue un árbol sagrado para los celtas. Su gran longevidad (puede vivir de 100 a 400 años) la enorme capacidad de adaptación a diversos suelos, altitudes, climas y su enorme porte de denso y laberíntico ramaje, hacen de él un árbol de cuño.


La palabra Druida (sacerdote celta) procede de deru (encina, roble) y wid (saber, conocimiento) así pues los druidas serían «los que conocen la encina». Estos sabios sacerdotes se reunían en torno a una encina [o roble], éstas fueron los primeros santuarios de nuestros antepasados celtas. Debido al carácter sagrado de la encina y, por ende, los bosques por ellas formados, gozaron durante la existencia de la cultura celta, de una severa y justa protección. En siglos posteriores dicha protección desaparecería, la visión de la naturaleza como algo sagrado se transformó en la de un mundo mercantilista donde todo está en venta dando lugar a la pérdida de gran parte de estos bosques que durante milenios poblaron la Península.

Es necesario recuperar la visión del árbol y el bosque como algo sagrado, de los celtas. Las encinas, los quejigos y las coscojas son todas del género Quercus = Kaerquez, árbol hermoso. Dediquémosle un sentido canto, como hicieran los ancestros celtas.

Robustos troncos de centenaria encina, como fornidos brazos de recio campesino castellano, nos hablan de la tierra que parió la carrasca y su compañera la carrasquilla.


Polícromas hojas del quejigo mutan sus colores escuchando la melodía de las estaciones. Nos susurran que nosotros también dancemos con la música de los pájaros viajeros y cantores.

Coscoja que al acebo con sus hojas de finos pinchos imitas. Sobre áridos suelos sin miedo al seco verano creces verde y lleno de vida. Preciosa y escasa agua que el cielo derrama, se retiene en sus entrañas, cortesía de tus sabias agujas. En tus verdes órganos de suaves espinas sintetizas la vida.

Fernando Benito
Nº 19 - INVIERNO 2016

sábado, 21 de enero de 2017

¿Ayuda la caza a conservar la naturaleza?


Por CÉSAR-JAVIER PALACIOS
13 de enero de 2017

La ONG conservacionista SEO/BirdLife acaba de abrir un proceso participativo para fijar su posición en torno a la caza y, en especial, sobre su afección a la conservación de la naturaleza. El proceso está abierto a la participación de toda la ciudadanía en su primera etapa con el objeto de abrir un debate que, hasta el momento, la sociedad española no ha abordado.

Como base inicial un comité científico, compuesto por 12 ornitólogos de referencia, ha elaborado un documento sobre la compatibilidad de la caza con la conservación de la naturaleza para aportar información técnica de calidad al proceso. ¿Y qué opinan los expertos? Os lo adelanto: que la caza, tal y como se practica en la actualidad en España, es incompatible con la conservación de los recursos naturales. Por si había dudas.

Un proceso organizado en varias fases

Con este proceso participativo, que cuenta con cuatro fases y que culminará a finales de 2017, SEO/BirdLife se convierte en la primera organización considerada de utilidad pública por el Ministerio del Interior en iniciar un proceso participativo en torno a la actividad cinegética.

La primera de las fases del proceso, abierta a la ciudadanía, ya está en marcha. Se trata de un barómetro de opinión sobre cuestiones relacionadas con la caza y la conservación de aves y de sus hábitats que permitirá determinar cuál es la percepción social sobre las actividades cinegéticas. No es, por tanto, una votación o un referéndum sino una herramienta que fijará los elementos clave para abrir el posterior diálogo y la reflexión.

En los sucesivos meses, y una vez analizados los datos del sondeo de opinión, el proceso participativo convocará a los socios de la ONG a talleres de debate en diferentes puntos de España y, finalmente, a una jornada deliberativa en Madrid, complementada con una recogida de aportaciones on-line. Todo ello, permitirá elaborar un documento final que será sometido a votación la Asamblea General de SEO/BirdLife de 2017, que se celebrará a finales de año.

«Después de décadas de trabajo en favor de la conservación de la naturaleza y dialogando con todos los sectores, es el momento de dar un paso hacia adelante. Fuimos la primera organización ambiental de España y ahora somos los primeros en abrir el debate en la sociedad sobre la caza», explica la directora ejecutiva de SEO/BirdLife, Asunción Ruiz.

«Un proceso de estas características requiere reflexión e información y esto se traduce en tiempo, en la apertura de espacios para de diálogo y en documentos que ayuden a la toma de decisiones. Como ya hicimos a la hora de adoptar nuestra posición en torno al modelo energético, SEO/BirdLife aborda este camino con el ánimo de alcanzar el mayor consenso posible», añade.

«De este proceso saldrán dos cosas: un análisis sobre cuál es la percepción social en torno a la caza y, lo más importante, un documento que explique claramente y de forma razonada el posicionamiento de SEO/BirdLife sobre la caza. Este documento se irá construyendo con las aportaciones de los socios en las diferentes etapas del proceso participativo», explica el vocal de la Junta Directiva designado para el proceso, Andrés Barbosa.

Sin argumentos científicos para defender la caza

SEO/BirdLife es también una sociedad científica y, como tal, cuenta con un comité compuesto por 12 ornitólogos de prestigio internacional que asesoran a la organización en materia de seguimiento, investigación y conservación.

Desde su fundación en 1954, la ONG ha fundamentado todas sus acciones en la mejor información científica disponible. Esta premisa también se ha aplicado al nuevo proceso participativo y, a tal efecto, los integrantes del comité científico —investigadores de diversas universidades españolas y centros del CSIC, han elaborado un documento sobre la compatibilidad de la caza con la conservación, en colaboración con otros expertos en gestión cinegética y de poblaciones silvestres explotadas.

El documento indica que la caza no es compatible con la conservación de los recursos naturales cuando no se basa en una explotación sostenible de las poblaciones silvestres y de sus hábitats. A su vez, la explotación no es sostenible cuando produce daños irreversibles en las poblaciones explotadas, cuando provoca daños en las poblaciones de especies no cinegéticas o cuando utiliza métodos ilegales aplicados fuera de las temporadas permitidas. Atendiendo a la información disponible, los científicos concluyen que en la actualidad estas condiciones no se cumplen, en general, en España, a pesar de que la legislación lo exige.

El documento elaborado por el comité pretende aportar información en forma de condiciones generales y específicas de compatibilidad, grado de cumplimiento actual y alternativas de mejora. A lo largo del proceso participativo se recogerán las diferentes visiones y aportaciones sobre el tema, que sin duda contribuirán a enriquecer esta información.

El documento íntegro del comité científico está disponible en este enlace.

La web para participar en el proceso participativo es http://www.seo.org/proceso-participativo/

Más información sobre el proceso participativo, en este enlace.

LA CRÓNICA VERDE 

jueves, 12 de enero de 2017

Margulis y las uniones simbióticas


La teoría endosimbiótica de Lynn Margulis supuso un cambio de rumbo en la teoría evolutiva.

Álvaro González Molinero

«El tiempo es el mejor antólogo, o tal vez, el único» solía decir Jorge Luis Borges. El tiempo en biología, al igual que en historia, es la variable más disputada para explicar los cambios que suceden y Lynn Margulis nos dio una gran arma para disputar el devenir de la historia ante los que buscan robarnos las palabras.

Karl Marx pensaba que las revoluciones eran épocas donde la historia «se aceleraba». Por su parte, los liberales del siglo XIX como Alexis de Tocqueville, veían la historia como una sucesión de hechos que conducen de manera gradual y que conducen, inexorablemente, hacia una sociedad civilizada, perfecta y de «gente decente». En biología, hay quien entiende que el tiempo pasa de forma lenta, que la evolución se produce solo con cambios constantes, acumulativos, «graduales» y en aquellos que defienden el diseño inteligente con una finalidad de «perfección» Otros piensan que la evolución da «grandes saltos» en ciertos momentos, mientras que en otros permanece «calmada». Entre estas huestes hallamos a Lynn Margulis. Este evidente paralelismo entre científicos partidarios de cambios graduales, científicos partidarios de cambios radicales, «ideologías revolucionarias» e «ideologías conservadoras», es muestra de que no existe una ciencia objetiva; de que ideología y ciencia son inseparables como lo son la política y la economía. No en vano Stephen Jay Gould, el gran paleontólogo y divulgador americano dijo: «el gradualismo, la idea de que todo cambio debe ser suave, lento y regular, jamás surgió de la lectura de las rocas. Representaba un prejuicio cultural común, respuesta en parte al liberalismo del siglo XIX a un mundo en revolución. Pero continúa tiñendo nuestra lectura supuestamente objetiva de la historia». Para Jay Gould la historia de la vida consiste en «una serie de estados estables interrumpidos a escasos intervalos por importantes eventos que se producen con gran rapidez y ayudan a establecer la siguiente era de estabilidad». Por ejemplo, los primeros fósiles conocidos de balénidos son de hace 50 millones de años y son morfológicamente idénticos a los balénidos actuales. Esto se conoce como estado estable o «estasis morfológica». En cambio, los estudios genéticos para averiguar el ancestro común que tenemos el resto de mamíferos con los cetáceos dicen que ese ancestro vivió hace 60 millones de años y se piensa que era una especie de ungulado de pequeño tamaño. Es decir, en 50 millones de años el «bauplan» o plan corporal de los balénidos apenas ha cambiado, pero en 10 millones de años hemos pasado de un pequeño ungulado terrestre a grandes mamíferos marinos, con extremidades modificadas, modificaciones del aparato respiratorio, del cráneo, etc. Esto es una clara interrupción de la «estasis morfológica». Esto, en biología, se conoce como «teoría del equilibrio puntuado» y fue desarrollada por el propio Gould y por otro paleontólogo estadounidense: Niles Eldredge.

¿Y por qué cuento todo esto en un artículo que versa sobre Lynn Margulis? La respuesta es clara. Lynn Margulis es la descubridora del proceso más importante de interrupción de «estasis morfológica» que ha existido sobre la Tierra. Y lo hizo antes de que la propia teoría del equilibrio interrumpido existiese. Este proceso se conoce bajo el nombre de «teoría endosimbiótica». En realidad, incluir los descubrimientos de Lynn Margulis junto a esta teoría del equilibrio interrumpido podría sonar a surrealismo biológico ya que la teoría se estableció en un principio para vertebrados. Pero surrealismo significa, literalmente, por encima del realismo o «superrealismo», y Lynn Margulis propició la extensión de una teoría evolutiva del cambio rápido al propio origen de nuestras células e hizo superreal la existencia de otros mecanismos evolutivos, más allá de la mutación, que permitían la aparición de nuevas especies. Lynn Margulis, allá por la década de los sesenta, propuso que las mitocondrias y los cloroplastos provenían de bacterias, y que su inclusión en nuestras células se produjo por un proceso de endosimbiosis. Para Lynn Margulis el escenario era el siguiente: imaginemos una tierra hace mil millones de años donde la vida solo es posible, todavía, en el agua, o en sus cercanías —en el caso de organismos autótrofos—. Existen células que depredan células (células heterótrofas), células que se alimentan de la materia orgánica disuelta en el agua (células micrófagas) y células que realizan la fotosíntesis (células autótrofas). En este relato histórico no incluiremos el origen de otras estructuras de la célula, como el núcleo o los flagelos/cilios. Cuando la célula heterótrofa depreda células autótrofas puede, o bien digerirlas y seguir a por la siguiente célula, o bien aprovechar lo que esa célula saber hacer muy bien, que es, generar comida. Obviamente, esto no ocurre por la voluntad de las células. La versión sostenida por Lynn Margulis es la siguiente: solamente con que la célula heterótrofa tardase un poco más en digerir a la célula autótrofa, ya estaría teniendo ventajas sobre aquellas que las digieren rápidamente. Tendíamos células heterótrofas con cierta capacidad autótrofa gracias a que «todavía» no han digerido a sus presas. Estas células de los mares primigenios —como también sucede actualmente en bacterias— tardan poco en dividirse, por lo que pequeñas diferencias en esos tiempos de digestión, podrían dar potencialmente grandes ventajas a las células de «lenta digestión». Lo mismo ocurriría con las células micrófragas, solo que estas en vez de comida, darían parte de la energía que generan.

Aquí tenemos cómo un pequeño cambio —los tiempos de digestión— da un gran efecto: una nueva organización celular que, a la postre, daría origen a los animales, a las plantas y a los hongos. Es lo que se conoce como «célula eucariota» o células provistas de núcleo y el registro fósil demuestra que aparecieron hace, aproximadamente, 1.000 millones de años, 2.800 millones de años después de la aparición de la primeras células capaces de hacer la fotosíntesis. Células muy similares a las cianobacterias actuales y muy similares, también, a los cloroplastos que llevan todos los vegetales en su interior celular.
 
Este fenómeno, en el cual un pequeño cambio provoca un gran efecto, es conocido como «efecto de escala» que, actualmente, pocos biólogos evolutivos tienen en cuenta, mientras que en otros campos del conocimiento se aplica este concepto a menudo. Este descubrimiento —el descubrimiento de la «teoría endosimbiótica» por parte de Lynn Margulis— está profundamente asentado en la ciencia actual. Factualmente, es algo tan demostrado, que se considera un hecho, tanto, como el propio hecho de la evolución o cambio evolutivo. Explicar cada prueba que aportó Margulis sobre este hecho sería arduo. Es más pedagógico recordar lo que le costó a esta gran científica superar la ortodoxia del momento y el propio hecho de que ser mujer en un mundo biológico acostumbrado a robar ideas a las mujeres (quien esté interesado en esta «costumbre» que investigue la figura de Rosalind Franklin, la verdadera descubridora de la estructura del ADN). Margulis hizo quince intentos a quince revistas diferentes para poder publicar sus ideas. En 1967, por fin, logró que le hicieran caso, pero como normalmente ocurre en la heterodoxia, fue tomada como una chiflada. No fue hasta la década de los ochenta cuando comenzó la comunidad científica a tomarse su teoría en serio; no fue hasta que lo que todo lo que ella predijo comenzó a cumplirse.

Pero el legado de Lynn Margulis va mucho más allá. De hecho, van tan allá que cuando uno desarrolla el hecho descubierto por ella y la lógica que él implica hasta donde se deben de desarrollar todas las lógicas, es decir, hasta el final, se da cuenta que se está cargando toda la base sobre la que se había asentado el evolucionismo tras las síntesis de la teoría evolutiva en los años treinta. La teoría evolutiva incorporó los descubrimientos de Margulis solo para poder explicar algo inexplicable mediante mutaciones gradualmente acumuladas. Para el resto de cosas, la mutación gradualmente acumulada seguía siendo el «único y sacrosanto» mecanismo disponible para su explicación. Pero claro ¿Cómo se originó el núcleo de la célula eucariota?, ¿cuál es el origen de los cilios y los flagelos?, ¿cómo se explica la existencia de todo un grupo de organismos completamente simbióticos como lo son los líquenes? La endosimbiosis venía a explicar todas estas preguntas irresolutas como bien explica y desarrolla, junto a Dorion Sagan, en su Captando genomas. Y no solo explicaba estas cuestiones mejor que el gradualismo, si no que, para una ciencia posicionada hacia el liberalismo como lo es una biología gradualista, Lynn Margulis venía a darle, de alguna forma, la razón a otro evolucionista casi olvidado, denostado, enterrado bajo 40 años de neoliberalismo económico y 80 de neodarwinismo biológico. El Apoyo mutuo de Kropotkin venía a defender —quizás de una forma menos formal y menos científica— lo que Lynn Margulis proponía, teorizaba y, posteriormente, demostraba como cierto: que «la vida es una unión simbiótica y cooperativa que permite triunfar a los que se asocian» (Lynn Margulis) y esto no podía ser permitido por una biología que opina que «somos máquinas de supervivencia; vehículos robot programados ciegamente para preservar las moléculas egoístas conocidas como genes» (Richard Dawkins en su Gen egoísta).

Lynn Margulis estuvo más de 50 años luchando para que sus ideas no fueran aplastadas por la nueva síntesis biológica, pero al final de su vida se encontró con lo mismo que al principio. La consideraban una loca. Es vital que recordemos a esta bióloga. Su obra nos recuerda que la biología, y la ciencia en general, no es un páramo donde la objetividad nada sobre los hechos o donde todo es prístino y claro, si no que la ciencia también es posicionada, como lo es el periodismo, y que la objetividad es una quimera; un imposible. El 22 de noviembre se cumplieron dos años desde que nos abandonó y muchos biólogos pretenden enterrar su legado, como ya lo han intentado hacer con el de Jay Gould.

Aquella persona no versada en estos temas le recomiendo que salga raudo y veloz hacia el primer estante con libros que encuentre, sea una librería o una biblioteca, y que se lleve el Captando genomas de Lynn Margulis y El pulgar del panda de Jay Gould. Para la versión neoliberal de la biología tiene otras dos magníficas obras: el ya nombrado Gen egoísta y Sociobiología de Edward O. Wilson. Esta dos obras solo son para aquellos que quieran disfrutar cabreándose. Para aquellos que si están versados en biología les recomiendo una buena dosis de pensamiento crítico que escape más allá de lo que el profesorado haya podido inculcarles. ¿Existe selección a nivel de grupo?, ¿la célula eucariota no sería un ejemplo de este tipo de selección?, ¿Existe selección de especies?, ¿realmente la evolución es gradual?, ¿realmente podemos hablar de individuos en biología? Son preguntas que la ortodoxia tiene claras; demasiado claras. Lynn Margulis, con su legado, nos invita a subvertir las normas, a seguir el camino del nudibranquio Elysia chlorotica y saltarnos lo establecido. Si este hermoso animal puede hacer la fotosíntesis ¿Cuán equivocados están aquellos que defienden que esto ocurre por la simple acumulación gradual de mutaciones?

viernes, 6 de enero de 2017

10 años de LOS DE ABAJO A LA IZQUIERDA


 Por KRATES

El mes pasado, exactamente el día 8 de diciembre, se cumplió el décimo aniversario de este nuestro humilde blog. Fijaos que ni me acordé, y mirando fechas he caído en ello. No estoy seguro, pero puede estar LOS DE ABAJO A LA IZQUIERDA entre los blogs más veteranos de la red de redes en activo. Diez años han pasado y ni nos hemos dado cuenta.

Inauguraba el blog una entrada sobre las pensiones y su futuro de nuestro compañero fallecido CURIO DENTATO muerte que supuso, sin lugar a dudas, la experiencia más dura y traumática que hemos soportado, que junto a RADOWITZKY fueron los dos amigos que crearon este lugar. Inicialmente se quiso llamar LOS DE ABAJO, pero ya estaba cogido el nombre. Se barajó entre otros dos nombres: LOS DE AHÍ ABAJO o LOS DE ABAJO A LA IZQUIERDA, eligiéndose este último. En ese mes de diciembre de 2006 también me incorporé al colectivo, bajo el nombre de KRATES, y soy el único que queda. Más miembros ha habido como PROMETEO, LILITH, LEO y SORROW (así como textos de EL AULLIDO), estuvieron y se fueron. Yo, KRATES, llevo ahora en solitario a la espera de nuevos socios este blog, incluso hubo un momento en el que se propuso mi expulsión. Menos mal que no ocurrió, de lo contrario dudo que hubiese durado tantos años.

Este blog vallisoletano desde el inicio quiso ser diverso el temario, no centrarse en un único tema, hablar, o poner entradas, desde asuntos científicos a políticos, pasando por la filosofía y la economía. Los componentes nos definíamos de izquierdas, y como la izquierda no es una sino varias, hay varias ideologías, desde el anarquismo hasta el marxismo, pasando por otras. Incluso se puede percibir la evolución desde un darwinismo ortodoxo a ser crítico con la teoría de la selección natural.

Durante los cuatro primeros años (los años 2007, 2008, 2009 y 2010), coincidiendo con las fechas de la Semana Santa, nos dedicamos durante unos días a tocar la religión bajo el nombre de las Jornadas Ateas y Blasfemas. Las cuales se finiquitaron debido a la poca participación de la mayor parte de los compañeros.


También hubo malos momentos, cuando alguién poco contento con nosotros se dedicaba a atacarnos por la red, como por el año 2009 un tal Jabiero de Barakaldo que nos llamó «Los anarco-fachas», debido a nuestra postura antinacionalista. O a finales del 2010 un folletinero andaluz (aparentemente experto en música del que solamente menciono sus siglas: FedeVG) que nos criticó por condenar el linchamiento mediático que estaban sufriendo los controladores aéreos en huelga (huelga reprimida por el mismo ejército durante el gobierno 'socialista' de ZP). Alguna pelea con seguidores del gurú de la 'revolución integral' FRM y con algún que otro antiabortista. O, lo peor, las disputas internas entre nosotros mismos, como se refleja en los comentarios de un artículo sobre el cientificismo.

También desde aquí hicimos eco de lo que fue el 15M, incluso antes de que empezase todo ya presentíamos algo. Por esas fechas había comenzado la llamada 'Primavera Árabe', que también se trató (y se desconfió, no nos creíamos su supuesta talante revolucionaria). También se denunció las guerras de Libia y Siria o la ya casí olvidada cuestión antinuclear; así como tratamos temas de historia y naturaleza. Para nada ha sido un lugar monotemático, incluso tenemos poemas.

Desde aquí despedimos publicaciones como las revistas ARCHIPIÉLAGO y LA CLAVE. Así, como antes de su renacimiento virtual, publicamos algún viejo número del AMOR Y RABIA y algunos artículos interesantes de la revista quintanillera de LA MATACARA.
 
Tenemos entradas con más de veinte mil visitas como esta sobre el mito de la raza aria, otra como el de una falsa serpiente gigante con una de las supuestas últimas fotos de un yeti o el texto de Cappelletti sobre la Revolución francesa. En un día una entrada nuestra que contenía unos párrafos de Kropotkin obtuvo más de cinco mil visitas. O, más recientemente, en pocas semanas la entrada, «Disparatado discurso» del 16 de agosto de 2016, dedicada al antisemitismo de Onésimo Redondo (de cuyo pueblo natal también se ha tratado) ha llegado a superar las siete mil.

El ritmo de trabajo, hay que reconocer, descendió, ahora saco entre 5 y 6 entradas al mes, cuando antes triplicábamos el número o más, pero, a pesar de todo, me mantengo. Estuve desde el principio y pienso durar muchos años más. Años más que os seguiré aburriendo.

¡SALUD Y LIBERTAD!

lunes, 2 de enero de 2017

Revoluciones a favor de la Sagrada Tradición

   Al margen del papel de las potencias regionales y mundiales en el asunto, la serie de protestas ocurridas en los países árabes desde el año 2011 (la conocida «Primavera Árabe»), legitimas al principio, pero rápidamente secuestradas por los conservadores religiosos, en contra de la idealizada —y distorsionada— visión occidental de 'revoluciones democráticas y populares', la realidad endógena sociocultural del fenómeno es completamente diferente. Como bien nos reflejó Lampedusa en su novela El gatopardo sobre la Italia del siglo XIX, todos estos cambios sirvieron solamente para que las cosas permanezcan igual (excepto en Libia y Siria que fueron a peor). En el libro del año 2012, Siria: Guerra, Clanes, Lawrence, escrito conjuntamente por J. Gil, Ariel J. James y A. Lorca se nos dice en uno de sus capítulos:

De izquierda a derecha y de arriba a abajo: Escena de
la Plaza Tahrir en El Cairo, revuelta que hizo caer a Mubarak
en Egipto. Túnel donde se refugió Gadafi antes de ser capturado
y asesinado por los rebeldes libios. El Ejercito Libre de Siria
que de 'moderado' pasó a estar dominado por el yihadismo.

Y las protestas de Baréin hipócritamente silenciadas
por los medios democráticos occidentales.

En la coyuntura de 2011-2012 hay dos hechos que pueden ser útiles para interpretar la actual transformación del escenario geopolítico en la ribera sur del Mediterráneo.

Primero, el significado explicito de la revolución. Es una revolución popular-democrática con el objetivo de transformar por completo la estructura política de dominación familiar-militar propia de la guerra fría y la guerra contra el terrorismo. Se trata de una modificación del marco global de las relaciones internacionales de apoyo a la estabilidad social de estos países a cualquier precio, al precio de sostener regímenes autoritarios. Estados Unidos y la Unión Europea deben modificar de inmediato su enfoque unilateral de relación con los países emergentes del entorno. Tendrá consecuencias directas en los tratos de financiación por control fronterizo, en las inversiones multinacionales y en la producción y comercialización de hidrocarburos.

Segundo, el significado implícito de la revolución. Es una revolución a favor de la tradición cultural, no en contra de la tradición. Los antecedentes históricos de estos cambios —recordemos el nasserismo, el panarabismo, la causa palestina— han sido siempre procesos políticos a favor de la tradición. La tradición es lo único que no cambia, salvo para ajustarse mejor a nuevos contextos: las reglas familiares, el parentesco, la moralidad, la doctrina jurídica, la división sexual del trabajo, etc. La revolución árabe musulmana de 2011 es para modernizar la tradición, no para combatirla, ni mucho menos para destruirla.

Presenciamos una revolución popular-democrática que apenas comienza y que tiene como finalidad central una democratización de la sociedad, a través de la modernización de la tradición. Para lograrlo, debe transformar el sistema político, y luego, desde arriba, promover el cambio del sistema social y cultural.

En ese escenario, presenciamos una alianza estratégica entre las oligarquías locales —por otra parte, transnacionales— y las élites religiosas, para elevarse como poder constituido y actuar en representación del poder constituyente, el propio pueblo. En otras palabras, el pueblo real se encuentra entre la oligarquía económica y las cofradías religiosas. El mismo pueblo está dividido en diferentes clanes, tribus, territorios, ideologías, creencias sectarias. Ninguna facción alcanza el poder total, ninguna posee una visión equilibrada y global del conjunto. En ese contexto, previsiblemente, la élite islámica puede hacerse con las riendas del poder, aliada con los grupos económicos y siempre en nombre del pueblo.

El propio pueblo está atrapado en una dinámica sociocultural de la que no puede librarse: la continuidad del pasado en nombre de la modernidad. El concepto de la tradición en el mundo árabe-musulmán es el resultado de una relación complementaria entre la identidad étnica, conformada por el significado de las comunidades tribales, rurales y urbanas, por un lado, y el poder religioso, en este caso, el poder de las instituciones islámicas, por el otro.

Los regímenes tradicionales son aquellos en los que tanto la estructura del Estado, como la del sistema político y económico en su conjunto, se encuentran en manos de poderosos grupos, dinastías y linajes étnicos que se constituyen como verdaderas hegemonías de apropiación del poder político y económico. El caso de la dinastía gobernante en Siria no es la excepción, es la regla.

En algunos de los países del arco musulmán no existen tribus constituidas como tales, pero, no obstante, el poder real está en manos de sólidos conglomerados de jerarquías dinásticas, reconocibles a partir de linajes consuetudinarios, por lo general depositarios de la fe religiosa y detentadores del control del poder económico.

Ambas dinámicas, la dinástica y la religiosa, convergen en un mismo punto: el control de los recursos públicos o comunes por parte de una élite parental y religiosa que se reproduce y perpetúa en el poder durante siglos en nombre de la sangre, la sagrada tradición, la revolución y la palabra coránica. Esto es lo que denominamos el complejo político militar del Islamismo, un sistema hipercodificado, basto y extensamente ramificado más allá del escenario geográficamente musulmán, que consiste en el ejercicio del monopolio completo del sistema político, social y económico del conjunto de países del Norte de África y el Oriente Medio.

El monopolio político del Islamismo árabe no se resiente en absoluto con la caída de un Mubarak o un Assad, más bien se refuerza. En estos momentos, el Estado libio es mucho más integrista que bajo el dominio de Gadafi; y los miembros del Ejército [Libre] sirio imponen abiertamente la sharia y los tribunales religiosos en los territorios liberados de la opresión. En Egipto, el presidente Morsi tiene igual interés en llevarse bien con Israel, como en redirigir la sociedad hacia la senda de una única ley sagrada para todos y sobre todo, para todas. El resultado político directo de la Primavera Árabe, en términos del reparto del poder, es que la élite étnico-religiosa de los países árabes (Ghanuchi, Morsi, Hermanos Musulmanes) ha triunfado sobre la élite política laicista (Ben Alí, Assad, Mubarak).

En este esquema de correlaciones entre verdaderos poderes fácticos —el étnico, el religioso y el geopolítico— el gran perdedor es el propio pueblo de los países del contexto árabe y musulmán. Básicamente, porque los poderes que dicen ser la representación política del pueblo solo representan sus propios intereses de estabilidad hegemónica y crecimiento paulatino. De esta manera, el monopolio político/económico de la élite étnica-religiosa del mundo árabe musulmán asegura que la situación sociopolítica cambie gradualmente para que todo siga igual: tanto en la distribución como en la redistribución de la riqueza.

En esta inmensa región del mundo, la llamadas «civilización musulmana», aún no ha entrado el capitalismo en todo el sentido del concepto de integración económica y social. El capitalismo subsidiario en el que se desarrollan estos países es el resultado de tres dinámicas principales: exportación de materias primas, productos agrícolas, mineros y petróleo; mano de obra barata, contingentes de inmigrantes; y el intento hasta ahora infructuoso de construir verdaderos sistemas de producción nacionales (un proceso de industrialización más bien frustrado). En algunos casos, estos países no encajarían dentro del esquema de modernización post revolución industrial del último siglo.

Sin embargo, y esta es la paradoja, se trata de una región con abundantes recursos materiales, energéticos y humanos. Los que están excluidos de esta riqueza son los que la generan cada día con su trabajo y sus esfuerzos. La ansiada transición de la sociedad tradicional a la moderna no sigue ninguna pauta establecida de antemano en las sociedades musulmanas. Por el contrario, los signos muestran una evolución conservadora frente al modelo occidental.

Debemos decirlo claramente: ninguna región del mundo tiene por qué seguir las pautas ni los modelos de Occidente. Efectivamente, el mundo árabe musulmán no avanza hacia Occidente, aunque quizá avanza a la par de Occidente, paralelo a la modernidad del mundo europeo. La civilización árabe musulmana avanza hacia su propio modelo de desarrollo sociocultural, que hemos descrito como un modelo de «modernización de la tradición».

JESÚS GIL FUENSANTA, ARIEL JOSÉ JAMES y ALEJANDRO LORCA
Siria: Guerra, Clanes, Lawrence
(2012)