viernes, 27 de septiembre de 2013

Un modelo matemático prueba que la guerra ha sido un motor de la evolución cultural

Una herramienta computacional simula el desarrollo de las comunidades humanas y predice dónde y cuándo surgieron las sociedades más complejas. Los fundamentos han sido publicados en la revista PNAS.

(23-septiembre-2013)

Los conflictos bélicos y la innovación tecnológica asociada a ellos son impulsores del desarrollo de las sociedades. Esta es la conclusión a la que han llegado un grupo de investigadores de la Universidad de Connecticut (EEUU), la Universidad de Exeter (Inglaterra) y el Instituto Nacional de Síntesis Matemática y Biológica (NIMBioS), que han simulado la evolución de las comunidades humanas a lo largo de la historia.

El trabajo, publicado esta semana en la revista Proceedings of the National Academy of Science (PNAS), es un modelo predictivo basado en el análisis de las interacciones entre la ecología de las poblaciones, la geografía de sus entornos y el estudio de los acontecimientos históricos.

La herramienta matemática logró simular sobre mapas geográficos los conflictos entre sociedades, la difusión de la tecnología militar y la evolución sociocultural por cada siglo de historia. Las conclusiones indican que la creación de instituciones complejas de cohesión social está relacionada con la belicosidad de una comunidad.

«En el modelo, la sociedad que perdía las luchas era absorbida por la ganadora. Este diseño refleja lo que ocurre en el mundo real cuando los imperios se expanden conquistando otras comunidades», explica a SINC Thomas Currie, uno de los autores del estudio e investigador de la Universidad de Exeter.

Además, el modelo de evolución cultural señaló con un 65% de eficacia la localización y la fecha en las que surgieron las sociedades humanas más complejas.

El guerrero pueblo mongol se extendió por Asia
y parte de Europa entre los siglos XII y XIII.


Datos de Europa, Asia y África

Los investigadores utilizaron como patrón los registros de los eventos ocurridos en las comunidades africanas y eurasiáticas desde el año 1500 a. C. hasta el 1500 d. C. y las características de sus territorios.

Según los autores del estudio, las innovaciones militares, como el uso de carros y caballerías, y los accidentes geográficos, fueron dos de los factores clave en la evolución de los habitantes del continente eurasiático.

«Las mayores sociedades comenzaron a desarrollarse a partir de esa fecha —comenta Currie—. Fijamos el límite superior porque después del 1500 d. C. la aparición de las armas de fuego marcaron la evolución de los conflictos entre comunidades».

El trabajo representa la primera teoría matemática sobre las diferencias en la capacidad de las distintas poblaciones para conformar naciones estables, ya que las anteriores solo tenían en cuenta argumentos verbales. «Ahora podemos explicar los acontecimientos históricos con una precisión cuantitativa», indica Sergey Gavrilets, otro de los autores del trabajo y director de actividades científicas en el NIMBioS.

«Predecir el futuro es muy difícil», asegura Currie. Sin embargo, según los científicos, su modelo permite entender mejor el presente y conocer los mecanismos que favorecen el desarrollo de patrones culturales que mantienen unidas a las comunidades. Además, podría ayudar a explicar algunas de las desigualdades sociales actuales.

«Esta información puede utilizarse para asesorar a los gobiernos en cuestiones relacionadas con políticas sociales y economía», concluye Currie.


Referencia bibliográfica:

Peter Turchin, Thomas E. Currie, Edward A. L. Turner, and Sergey Gavrilets. «War, space, and the evolution of Old World complex societies». Proceedings of the National Academy of Science, 23 de septiembre de 2013.

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