España pierde un millón de ejemplares por año
La golondrina común es un símbolo de nuestros campos. Pero nos estamos quedando sin ellas. Los productos químicos y el deterioro del paisaje rural han hecho que su población baje más del 30% en la última década. Lo que le pasa a ellas también nos afecta a nosotros, porque un campo sin golondrinas es un lugar menos sano para las personas. En SEO/BirdLife queremos un mundo con aves, un mundo con golondrinas.
La población ha descendido más de un 30% en la última década, como le está ocurriendo a otras especies comunes propias del medio agrario. El uso de pesticidas, el abandono rural y los nuevos modos de arquitectura provocan el declive de este ave migratoria. El seguimiento de aves que realiza SEO/BirdLife desde hace décadas permite identificar la evolución de las poblaciones y generar indicadores sobre la calidad de conservación de los ecosistemas.
En 2014 celebramos el 60 Aniversario de SEO/BirdLife y hemos elegido como Ave del Año a una especie muy común, conocida y ligada al hombre que está sufriendo un fuerte declive en toda Europa y en España. Es un síntoma del deterioro de nuestros paisajes y de la merma en nuestra calidad de vida. Detectar esos problemas y tratar de evitarlos es la tarea que lleva a cabo SEO/BirdLife desde hace 60 años. Porque cuando trabajamos para estudiar y conservar las aves lo hacemos convencidos de que con ello velamos también por la naturaleza en su conjunto y por el bienestar humano en general. Un mundo con golondrinas es, sin duda, un mundo mejor para todos.
Los motivos del declive
Las golondrina común (Hirundo rustica) está en regresión por un cúmulo de factores, como el despoblamiento rural, que ha hecho que sus lugares de cría preferidos sean abandonados o destruidos, y por el uso intensivo de insecticidas y otros químicos en el campo, que merma su potencial reproductor y elimina su principal fuente de alimentación, los insectos. Además, la persecución directa y la falta de lugares adecuados para nidificar en los edificios modernos contribuyen a su deterioro. Otro problema es la escasez de material para la construcción de sus nidos en algunas zonas urbanas.
10 millones de individuos menos en la última década
Aunque ya desde 1990 se intuía el declive, los programas de ciencia ciudadana impulsados por SEO/BirdLife han corroborado esa tendencia. El programa Sacre (Tendencia de las Aves en Primavera) realizado por miles de voluntarios, establece un descenso de la población del 32,1% en el periodo 1998-2013. Hablando de cifras concretas, en 2004 se calculó que había cerca de 30 millones de ejemplares de golondrina en España. Lamentablemente estimamos que, desde entonces, con un descenso mayor del 30%, se han perdido 10 millones de ellas, es decir un millón de ejemplares por año. El descenso de las golondrinas en España se corresponde con lo que le ocurre a otras especies agrícolas. Los datos de seguimiento de 125 especies comunes desde 1998 muestran un descenso general de las especies ligadas a ambientes agrarios y un aumento de las generalistas propias de medios forestales.
Según los criterios de la UICN, la golondrina podría considerarse en España dentro de la categoría de amenaza VULNERABLE, una categoría similar a la de la cigüeña negra o el buitre negro. En Europa su población experimenta un declive aún mayor que en España. Los datos del European Bird Census Council (EBCC), indican un descenso en toda Europa del 35% para el periodo comprendido entre 1990-2011.
De Madrid a África: 3.500 kilómetros en 30 días
Hasta ahora, el anillamiento ha permitido conocer bastantes datos sobre el ciclo migratorio de la golondrina y también sobre los lugares de invernada. Ha habido más de 600.000 anillamientos en España y más de 5.000 recuperaciones, parte de las cuáles se hicieron dentro de un proyecto internacional denominado Euring Swallow Project. Ahora, además, las nuevas tecnologías están permitiendo aumentar ese conocimiento.La recaptura de dos golondrinas comunes en la primavera de 2013, marcadas con geolocalizadores dentro del Programa Migra de SEO/BirdLife y que patrocina la Fundación Iberdrola, ha permitido por primera vez en España conocer sus movimientos, rutas migratorias y zonas de invernada, necesarios para conocer su biología y facilitar su conservación. Un aparato de menos de 0,6 gramos dispuesto en la espalda de las aves ha servido para conseguirlo.
Inversión en África
Al conocer las rutas completas de su migración se pueden detectar los puntos clave para ellas en África y actuar allí para mejorar su conservación. En 2014, SEO/BirdLife lanzará una campaña de captación de fondos y la recaudación se enviará a nuestros socios de BirdLife en África para que se invierta en acciones de conservación en los puntos más importantes de la migración de la golondrina.
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