Y para los lobos la tragedia casi siempre llega, la tragedia es el hombre. El hombre que defiende justamente, sin duda, sus intereses. El hombre que ha declarado la guerra al lobo desde el principio de su cultura neolítica. El hombre que persigue al lobo por todos los medios…
El lobo, sin grandes presas salvajes en la mayoría de nuestros montes, no tiene más remedio que robar la carne al hombre. Y el hombre defiende su carne. ¿Cuándo terminará la guerra entre el hombre y el lobo?
FÉLIX RODRÍGUEZ DE LA FUENTE
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