domingo, 29 de noviembre de 2015

«No a la guerra» en 2003, ¿«sí a la guerra» en 2015?


Las dudas de muchos que se manifestaron contra la guerra de Irak y esta vez no lo ven tan claro con Daesh

26/11/2015

Uno pensaría que después de la experiencia de Irak (las mentiras, el desastre provocado y las consecuencias que dejó, Daesh incluido), el «No a la guerra» tendría hoy más partidarios que nunca. Pero qué va, el único que lo cree es Rajoy, que se vio en el pellejo del Aznar de 2003, y todavía se sobresalta cuando suena el teléfono por si es Hollande.

Al contrario, doce años después, y cuando los portaaviones vuelven a poner proa hacia Oriente, lo que más se oye en España es el «Sí a la guerra». Y no me refiero al «Sí» entusiasta y con taconazo de quienes en 2003 pedían guerra, y que estos días corren a mofarse del «buenismo progre» en sus columnas.

Hablo más bien del «Sí a la guerra» tímido, en voz baja y resignado de quienes en 2003 se manifestaron pero hoy ya no lo ven tan claro: «no es lo mismo, no se puede comparar, Daesh no es Irak, Hollande no es Bush, la guerra no será preventiva porque nos han agredido ya, y no hay fantasmales armas de destrucción masiva sino realísimos kalashnikovs y chalecos explosivos…» Es el caso del PSOE, y de tantos que dudan si ponerse esta vez la pegatina.

Esta semana, por ejemplo, Iñaki Gabilondo, referente para tantos ciudadanos, y que en 2003 fue rotundo contra la guerra, ponía voz a lo que muchos piensan: «Yo no veo nada claro el asunto como sí lo veía en 2003 (…) Tengo muchas dudas (…) ¿Y lo de atacar militarmente a las bases de Daesh? ¿Sí o no? Pues yo cada vez estoy más convencido de que sí. (…) ¿Podemos decir "No" a una guerra que otros ya nos han declarado e iniciado?»

Puestos a dudar y a comparar esta guerra con aquella, yo también tengo dudas. Muchas. Pero la mayoría de esas dudas me llevan a rechazar más guerra.

En 2003 la amenaza estaba en Irak. Era una amenaza fantasma, una mentira (las armas de destrucción masiva), pero en caso de existir estaba allí, localizada, dentro de las fronteras de un país. En 2015, en cambio, la amenaza (nada fantasma, muy real) es difusa, planetaria, y está más bien en nuestros barrios, de donde salieron los terroristas de París o los de Charlie Hebdo. Como no creo que estén pensando bombardear Molenbeek, parece más lógico emplear otras medidas antes que una incierta operación militar que mantendrá esa amenaza y seguramente la intensificará.

En 2003, la guerra era «fácil», en el sentido de una acción militar clásica y delimitada: llegar, bombardear, entrar, ocupar y capturar a los malos. Siendo así de «fácil», todo lo que podía salir mal salió peor, la región entera saltó por los aires y todavía pagamos las consecuencias (terrorismo incluido).

En 2015, en cambio, la guerra es cualquier cosa menos «fácil». No hay frentes, ni fronteras, ni siquiera están claros los bandos ni los aliados en un amplísimo territorio (en Oriente Medio pero también en África) donde todos combaten contra todos y se cruzan los intereses de muchos. Es decir, una guerra donde todo puede salir mal.

Son solo dos dudas, entre muchas. Llámenme «buenista», pero mis dudas me reafirman en la convicción de que, antes que subir un nuevo escalón bélico, hay que intentar otras medidas. Yo en 2003 salí a la calle contra la guerra, y en este 2015 lo repito: No a la guerra, no en mi nombre.

ISAAC ROSA

martes, 24 de noviembre de 2015

Manifiesto #NoEnNuestroNombre

 

Los brutales atentados perpetrados en París el pasado 13 de noviembre buscaban instaurar un clima y un régimen de terror entre la población, levantando muros de sospecha y odio entre vecinos, quebrando la vida en comunidad e instaurando la política del miedo en nuestro día a día. Si la respuesta a la barbarie pasa por suspender derechos, recortar libertades y encerrarnos en casa, la victoria del terrorismo será total. Si al dolor por las víctimas inocentes se responde provocando más dolor a otras también inocentes, la espiral será imparable. Si buscamos culpables entre nuestros vecinos y vecinas por el simple hecho de vestir o pensar diferente, si criminalizamos a quienes huyen precisamente de ese mismo horror, estaremos contribuyendo a apuntalar los mismos muros que el fanatismo quiere crear. No podemos permitirlo.

El fanatismo terrorista del Daesh (ISIS) es funcional y retroalimenta al fanatismo racista europeo, mientras nuestros Gobiernos practican recortes de derechos sociales y libertades fundamentales, xenofobia institucional y bombardeos indiscriminados, que se han demostrado ineficaces. Nos negamos a participar en el falso mercadeo entre derechos y seguridad. Aquí, en París, en Iraq o en Siria, son los pueblos los que ponen las muertes mientras unos y otros trafican con influencias, armas e intereses geoestratégicos. El odio fanático de unos no puede esgrimirse como justificación para nuevos odios. Nos negamos a ser rehenes del odio, el terror y la intolerancia, eso sería claudicar ante el terrorismo.

Las y los abajo firmantes creemos que la democracia, los Derechos Humanos y la aspiración a una paz con justicia no son un camino ni una moneda de cambio para nada, sino que constituyen en sí mismos el camino y el horizonte, además de la mejor respuesta contra quienes quieren acabar con ellos. Por eso nos oponemos drásticamente a cualquier respuesta al odio que implique más odio, más intolerancia, más muertes de inocentes y menos derechos y libertades.

Desde el convencimiento de que en estos momentos la ciudadanía no solo no puede esconderse, sino que debe ser protagonista y liderar la respuesta contra el terror, nos convocamos el sábado 28 de noviembre a las 12.00 en la plaza del Museo Reina Sofía para mostrar nuestra repulsa a los ataques terroristas de París y Líbano, nuestra repulsa a los bombardeos contra la población civil siria, nuestra repulsa a recortes democráticos como ineficaces garantías de seguridad y nuestra repulsa a la política exterior belicista iniciada por el Bush-Blair-Aznar. Invitamos al resto de municipios a sumarse a esta iniciativa impulsando convocatorias ciudadanas similares.

Contra el terrorismo, contra la islamofobia y contra sus guerras.
Ni los recortes de libertades ni los bombardeos nos traerán la seguridad y la paz.
NO en nuestro nombre.



domingo, 22 de noviembre de 2015

Dialéctica del miedo

 

Por HELENO SAÑA

El miedo constituye uno de los rasgos centrales de la historia universal. Épocas y civilizaciones exentas de este fenómeno psíquico no han existido más que en la mitología y la literatura utópica. La historia del hombre es, en una de sus dimensiones fundamentales, la historia del hombre es, en una de sus dimensiones fundamentales, la historia de su miedo. Existe no sólo una dialéctica de la historia, como afirmaba Hegel, o una dialéctica de la lucha de clases, como pensaba Marx, sino también una dialéctica del miedo.

No creo que lo decisivo sea el problema del suicidio, como creía Camus y antes que él la filosofía estoica; tampoco el problema de la muerte, que tan obsesivamente preocupaba a Heidegger. El desafío mayor y más asiduo a que se enfrenta el hombre es el miedo que a menudo se apodera de él. También la nuestra es una época dominada por el miedo. Se explica que el autor ruso Daniel Granin haya calificado el siglo XX como «el siglo del miedo». Los sondeos demoscópicos y otros estudios demuestran en todo caso que en la denominada «sociedad del riesgo» (Ulrich Beck), crece el número de personas que miran el futuro con honda preocupación y angustia. Se confirma lo que Ernst Bloch había anticipado en su obra El principio de la Esperanza: «La sociedad burguesa ha estado y sigue estando basada en la libre competencia, por tanto, en una relación de antagonismo. Esta tensión hostil entre los individuos, que el sistema engendra y hasta fomenta, produce incesante miedo».

El miedo escatológico que el 'homo religiosus' del Medievo sentía ante el juicio final se ha convertido en miedo intramundano, se articula como miedo ante el carácter inseguro y amenazante de las condiciones de vida reinantes. El sueño común a Marx, Bakunin o Nietzsche de establecer un paraíso terrenal liquidando a Dios, se ha revelado como una ilusión ideológica. El hombre ha dejado quizá de temer a Dios, pero en cambio teme a sus semejantes, como consignaba amargamente Camus en La caída: «Dios ya no es necesario para crear la culpabilidad ni castigar. Nuestros semejantes se encargan de ello, ayudados por nosotros mismos». Y ya antes que él Céline en su Viaje al fondo de la noche: «Es ante todo y sólo de los hombres de quienes hay que tener siempre miedo».

El miedo del hombre actual se manifiesta especialmente como miedo ante el fracaso. Ello no puede sorprender si tenemos en cuenta que vivimos en un estadio histórico que mide el valor de la persona por su éxito externo. En una sociedad que ha decretado la competencia como el valor supremo, confesar que uno tiene miedo significa extender el propio certificado de defunción.

El miedo, claro está, no deja de existir porque la ideología imperante lo niegue. Vida humana y miedo son dos categorías inseparables. Y aquí hay que dar la razón a Heidegger. El miedo, afirma el filósofo de la Selva Negra, no es un estado psíquico engendrado por un acontecimiento externo, sino que forma parte intrínseca del «Dasein» o existente. El hombre tiene miedo porque su propia estructura óntica se caracteriza por radical «indomicialidad» (Un-Zuhause).

Heidegger tiene razón, pero no toda la razón. Porque al hablar de miedo hay que tener en cuenta que no es sólo el producto de la estructura antropológica del sujeto, sino también de las condiciones objetivas reinantes en cada respectivo estadio histórico, un aspecto sobre el que Heidegger, prisionero de su hipersubjetivismo, no pierde una sola palabra. En realidad, una parte mayor o menor del miedo que el hombre ha sentido a lo largo de su trayectoria histórica, ha tenido cusas exógenas y no endógenas, esto es, ha sido el resultado de un orden social injusto. No otra cosa quería expresar el joven Adorno al escribir en una de sus cartas a Walter Benjamin, que «el fin de las revoluciones es el de suprimir el miedo».

Si el pensamiento emancipativo tiene una razón de ser, es precisamente la de haber procurado eliminar o reducir a un mínimo el miedo social. Las interpretaciones intelectualistas y por tanto elitistas sobre la naturaleza del miedo tienden a pasar por alto que para muchos pueblos y sectores de población, el miedo social es la forma más generalizada del miedo, también la que más estragos causa.

Aceptar el miedo como parte esencial de nuestro ser no es sólo un acto de lucidez, sino el único medio de liberarse de él, como sabía ya Kierkegaard: «La posibilidad de la libertad se revela en el miedo».

La Clave
Nº 28, 26-1 noviembre 2001.

miércoles, 18 de noviembre de 2015

Los atentados en París, ¿la excusa perfecta de Occidente para invadir Siria?


15 noviembre 2015

La complejidad y la magnitud de los ataques terroristas perpetrados este viernes en París, han demostrado a los gobiernos de todo el mundo que el problema de la lucha contra el terrorismo ha alcanzado un nuevo nivel y los esfuerzos de Occidente contra el extremismo cambiarán radicalmente, anuncian medios estadounidenses.

En los últimos meses, los gobiernos europeos han implementado diversas medidas para protegerse de la amenaza contra la seguridad nacional: unos levantando cercas de alambre de púas para detener el flujo de migrantes, mientras que otros, entre ellos Francia, invertía millones de euros para reforzar los sistemas de vigilancia electrónica, informa el diario The Wall Street Journal.

Sin embargo, «los atentados en París ponen de relieve la ineficacia de estas estrategias en un mundo donde el extremismo internacional se extiende a través de las naciones. También plantea interrogantes a los acuerdos internacionales sobre fronteras abiertas que ha sido la piedra angular de Europa. En sus primeras declaraciones a la nación después de los ataques, el presidente francés, Francois Hollande, anunció el cierre de las fronteras de su país», señala el periódico.

Las autoridades galas no señalaron inmediatamente a un culpable, pero la naturaleza de los ataques dejó pocas dudas de que fueron obra de grupos terroristas bien organizados. Estos acontecimientos podrían llevar la guerra contra el terrorismo a un nuevo nivel, en el que Occidente se vería obligado a iniciar «una intervención militar en Siria».

La OTAN formalmente no está bombardeando las posiciones del Estado Islámico en territorio sirio, pero algunos miembros de la Alianza sí forman parte de la coalición internacional liderada por EEUU en la lucha contra el terrorismo. Los ataques de este viernes en la capital francesa pueden empujar a la OTAN a centrarse en el Estado Islámico, con Siria como principal amenaza para Occidente, insinúa el diario norteamericano.

domingo, 15 de noviembre de 2015

«El Frente Al Nusra hace un buen trabajo»: palabras del Gobierno francés que se vuelven en contra

 


El presidente de Francia, François Hollande, señaló al Estado Islámico como el responsable de la ola de ataques en París. Anteriormente el mandatario declaró que iba a combatir al terrorismo sin piedad. ¿Qué reacción podemos esperar de Francia ahora que han indicado como culpable al grupo terrorista, teniendo en cuenta el apoyo que han brindado a yihadistas como el Frente Al Nusra? Es la pregunta que hace el investigador Michel Collon.

Según ha comentado a RT el periodista e investigador belga Michel Collon, los ataques terroristas múltiples realizados este viernes 13 de noviembre en París requieren hacer un análisis urgente y profundo de la política de Hollande y el ministro de Relaciones Exteriores, Laurent Fabius, que afirman estar luchando contra el terrorismo.

El periodista señala que la frase pronunciada por el ministro Fabius en 2012, «el Frente Al Nusra hace un buen trabajo en Siria», va en contra de estas afirmaciones y por lo tanto Collon cuestiona las intenciones de los líderes franceses acerca del terrorismo.

Además, el experto ha destacado que no se ha podido establecer un debate en Europa Occidental para averiguar quién apoya al terrorismo.

Collon cree que desde 1979 Estados Unidos lleva utilizando el terrorismo para sus intereses: así sucedió en Afganistán, Yugoslavia, Irak, el Cáucaso, Libia y Siria, y por eso EEUU es responsable de lo que está sucediendo ahora.

De la misma manera, Francia y Arabia Saudita son responsables de la propagación, financiamiento y armamento de los terroristas, comenta el periodista.


miércoles, 11 de noviembre de 2015

Contra el viento de la guerra


Por LUIS MUIÑO

Ralph Emerson, el escritor estadounidense, decía que toda la historia es la crónica del poder de las minorías. A veces, de las minorías formadas por un solo individuo…

La influencia de movimientos como las sufragistas y los ilustrados franceses nos demuestra que un pequeño grupo, aún siendo rechazado al principio, puede llegar a cambiar la forma de pensar de la mayoría de la población.

Algo así va pasando con el anti-belicismo: se va convirtiendo en un movimiento respetado. Pero para conseguirlo, muchas personas han tenido que sufrir por ser contrarios a las guerras.

Uno de mis héroes es Tyrone Roper. Se empezó a hablar de él cuando se convirtió en desertor de guerra: abandonó su puesto en el ejército estadounidense porque no quería asesinar a más civiles iraquíes. Antes de esa época era famoso por su facilidad para apretar el gatillo y su arrojo en combate. Mató gente en Nayaf, en Nasiriya, en Bagdag.

Pero cuando empezó a tener tiempo para pensar porque se encontró fuera de la línea de combate, Tyrone se cuestionó lo que estaba haciendo y se convirtió en un héroe del pacifismo. Desertó del ejército y huyó de la guerra.

A partir de entonces, sufrió lo que las investigaciones sobre influencia de las minorías llaman «fase de acoso»: fue denigrado por sus ideas, sometido a tratamiento psiquiátrico y su esposa acabó pidiéndole el divorcio.

No sé lo que ha ocurrido con él después de su deserción. Las investigaciones sobre el tema dicen que si el grupo minoritario consigue mantenerse firme y no dudar, acaba por conseguir que la mayoría se replantee sus opiniones. Seguro que a Tyrone le habrán acosado a preguntas, que habrán intentado encontrar fracturas en sus razonamientos y que se habrá aducido su mala salud mental como causa de sus ideas. Ocurre siempre.

Pero espero que precisamente esas confrontaciones le hayan hecho fuerte. Ser miembro de una minoría obliga a las personas a justificar continuamente sus opiniones y esgrimir una gran cantidad de argumentos. Y esto acaba convirtiéndose en su arma: la postura respaldada por la mayor cantidad de argumentos es la que siempre acaba por vencer.

Para eso, es necesario que Tyrone posea otra de las características que los investigadores encuentran en aquellos que promueven cambios sociales: autoconfianza.

Ahí es donde los demás podemos intervenir. Es muy difícil mantener la seguridad en uno mismo cuando alguien se siente sólo. El apoyo de aquellos que piensan como nosotros es esencial. Tyrone, al igual que los 10.000 desertores del ejército ruso en Chechenia, los miles de desertores del fundamentalismo árabe y aquellos que se niegan a asesinar en Gaza empiezan a recibir el apoyo de aquellos que creemos en un mundo sin guerras.

A ver si las investigaciones de la psicología social aciertan y, poco a poco, se empieza a demostrar que ya somos mayoría.


viernes, 6 de noviembre de 2015

No podemos estar a favor de la OTAN, una organización terrorista


eldiario.es
03/11/2015

No se puede ser de izquierdas ni humanista, ni pacifista y defender a la OTAN y sus matarifes culpables de 16 millones de muertos y de todas las guerras imperialistas después de la II Guerra Mundial. Comprometerse con la paz y renglón seguido afirmar que respetaremos los acuerdos hechos por Franco y las distintas castas con el imperialismo militarista norteamericano hasta la última coma es una ofensa al sentido común, al sentido ético más elemental y desde luego una bofetada para Andalucía, su soberanía y su pueblo. Y esto lo hemos tenido que escuchar en estos días, precisamente de la boca de un dirigente de un partido que nació para cambiar el Estado español. No podemos estar a favor de la OTAN, una organización terrorista.

Andalucía qué tiene que ver en cómo se exporta el crimen, la guerra y el genocidio desde Morón y Rota a África y Asia ya que los señores imperialistas no les importa ni la vida ni los derechos humanos de nadie, ni respetan otra cosa que no sea los intereses de las grandes multinacionales del petróleo y los del complejo militar industrial de Estados Unidos.

En el Estado español estamos viviendo en estos días unos descomunales ejercicios que congregan en España a 20.000 militares y cuyos lugares claves están en Andalucía. Se trata de las maniobras Trident Juncture 2015 (TJ15) que la OTAN desplegará hasta el 6 de noviembre próximos, que comportan además una gran complejidad. Hay escenarios que la OTAN se plantea, modernizando su acción bélica, disfrazando siempre su acción de intereses humanistas para llevar la paz. Así en las operaciones que están desarrollando se incluye: crisis derivadas de hambrunas, sequías y conflictos armados internos; inestabilidad social y disturbios; migraciones de población civil; uso de armas químicas y biológicas; y un largo rosario de adversidades más, que sin ninguna duda son las nuevas guerras que ya estamos viviendo y que vamos a vivir.

Somos el patio trasero del Imperio de EEUU. No solamente nos usan como lugar para sus maniobras criminales, también sufrimos el desprecio de su Ejército que cada vez más genera más problemas sociales en el entorno de las bases, como en este caso la base de Morón. La plantilla de trabajadores ha tenido 240 despidos desde 2010, saltándose cualquier acuerdo de los que el Gobierno firmara con EEUU. Un acuerdo que debiera ser derogado y una alianza militar que se debiera rescindir desde hoy mismo. Tratan a los trabajadores y las trabajadoras de Andalucía como mercancía, no les importa ni sus familias ni sus sueños.

Tenemos que soportar aviones llevando bombas criminales sobre nuestras cabezas para bombardear pueblos de otra parte del mundo, también tenemos que soportar la humillación a nuestra soberanía que supone a transformación de esta base militar de uso conjunto, en sede permanente para las fuerzas estadounidenses de intervención en África, gracias a una nueva enmienda al Convenio de Cooperación para la Defensa firmado entre España y Estados Unido. Una ampliación para genera más control y muerte en el Planeta.

Lo que es perjudicial aún más si cabe, es tener que soportar el gasto militar que vaya en aumento mientras Andalucía se vuelve imparable en pobreza y paro. La realidad de nuestra Andalucía es la siguiente:

• Andalucía registra en la actualidad una tasa de paro del 33,62% (dato de julio 2015) y, en lo que se refiere al desempleo juvenil, alcanza el 57,1% según los últimos datos de la Encuesta de Población Activa (EPA).
• En el tajo han fallecido un total de 94 trabajadores durante 2014 y 33 trabajadores hasta mayo de 2015.
• Las cifras de precariedad laboral hacen que la tasa de temporalidad ascienda al 34,94%, récord absoluto en Europa mientras que en la actualidad se firman igual número de contratos indefinidos que eventuales por lo que la situación laboral de la mayoría de los trabajadores (mujeres y jóvenes especialmente) sigue empeorando.
• Sigue disminuyendo el número de trabajadores cubiertos por la negociación colectiva.
• El incumplimiento de los convenios colectivos es generalizado.
• Campañas como la de la fresa siguen siendo un puntal de explotación y de abusos, etc.

Y ante todo esto seguimos gastando dinero en armas y destrucción…

Andalucía es tierra de paz. Desde Blas Infante, a nuestro cantor del pueblo, Carlos Cano, nuestro pueblo ha gritado por la paz siempre. Somos gentes de bien, honradas, trabajadores y trabajadoras, que no podemos tolerar que la semilla de nuestra dignidad, aquella que sembrara Diamantino García Acosta y tantos otros jornaleros, se diluya en el pensamiento vacío de un partido que sin nada nuevo, no tiene ningún problema en aceptar los pensamientos de los poderosos, de los de arriba. Tan cómplice es que calla como el que adula al poder. No nos debemos dejar arrastrar al final de la historia. La guerra no se justifica nunca.

Las bases militares de Morón y Rota forman parte de la organización más terrorista y criminal que ha parido la historia de la humanidad, como es la OTAN.

Demasiada cobardía política que no se puede justificar en nombres, ni de razones de estado, ni por razones electorales.

Decirle sí a las bases militares ampliadas recientemente, con silencio cómplice de todos, de Rota y de Morón, es darle un aplauso al fariseismo del imperialismo capitalista y sus enormes salvajadas y toda la sangre inocente vertida a los pies del mercado y de su dios el dinero.

No cabe justificación de lo que es a todas luces injustificable, Vietnam, Iraq, Siria, Libia, Afganistán... Ni Rota ni Morón ni la OTAN, ni más bendición del capitalismo y su aparato de violencia más sofisticada y cruel. La Paz desde la paz y la igualdad, ésa es nuestra lucha, sin violencia, pero sin descanso.

No aceptamos ni una coma ni un punto sobre un acuerdo con el brazo armado de las multinacionales ni el ejército que defiende la estructura de los poderosos. Sencillamente no se puede aceptar seguir manteniendo un acuerdo con la violencia del sistema capitalista. Hay que romper el acuerdo ya con la OTAN.

JUAN MANUEL SÁNCHEZ GORDILLO
Portavoz de la CUT y alcalde de Marinaleda

miércoles, 4 de noviembre de 2015

Amor del hortelano: De charcas, huertos, plantas y vida


«Así a las plantas como los hombres, si se tienen perfectamente
de conocer, jamás se deben perder de vista; para la entera cognición
de las cuales, ayuda infinito leer la historia, y contemplar la pintura
de cada una de ellas, aunque todo esto importa muy poco, y no basta
si juntamente no se ejercita el hombre en las vivas.»
ANDRÉS DE LAGUNA
(1499-1560)

Revista LA MATACARA
Número 1 (Verano 2012)

Un cielo plomizo se desgarra empujado por eolos caprichosos, que dibujan nuestros sueños de verdades, en nubes de algodón manchado

Tras largos días de limpio cielo azul, cálidos aires del sur, y sofocantes calores, junio nos ofrece al fin una tarde de fresco paseo. El camino Basilón se presta como de costumbre a guiarnos hasta las charcas sobre su alfombra de blanca caliza. En los primeros repechos de Basilón, las urracas (maricas por estos lares) cruzan sobre nuestras cabezas acompañando su vuelo de su graznido social. El inteligente córvido negro y blanco a los ojos de quien a distancia y con escasa luz lo contempla; se trasforma en ave de bellos colores, de metálicos verdes y azules para quien haya tenido la suerte de disfrutar de los secretos que el sol de la mañana, arranca de sus plumas.

Una bastarda cruza, con rápido reptar sobre el seco camino, huyendo de nuestra presencia, sabedora de que el humano no la aprecia. Pero no por ello, como todo sapo, rana y culebra, mañana dejará de seguir siendo fiel a su útil tarea, de a la vez que se alimenta, sembrar el equilibrio sobre la faz de la tierra.

El escribano y el petirrojo contemplan curiosos, ocultos entre las verdes y lanceoladas hojas del almendro, lo que nos queda por andar.

Numerosos jilgueros juguetones, salpican de colores, cardos, gordolobos y rosáceas. Sietecolores le llaman quienes en Burgos, Palencia o Valladolid con su canto musical crecieron.

Cunetas tapizadas de colores, por la vida que derraman, primavera y verano. Vida que nada sabe de fronteras por humanos trazadas, crea malas hierbas mal llamadas. Ingeniosas, de cada suelo o sustrato saben obtener en grado óptimo, sin despilfarro, con eficiencia, vida de lo inanimado. Nos regala mil sustancias, que en laboratorio hermanan, luz, tierra y agua. Con los secretos que el tiempo a la evolución susurrara, mil remedios nos esperan si la ciencia honor hiciera a su fama de ser curiosa.

Hojas deltoides de largos peciolos cubren lo que meses atrás fueran los desnudos troncos de robustos chopos, que ahora se acercan a nosotros, a cada paso, mientras caminamos hacia las charcas.

Una voz, que de allí proviene, nos llama. Nos acercamos (días atrás al pasar por este mismo lugar Borja, Daniel, y Chiqui, los hortelanos del huerto ecológico, nos comentaron los nombres de algunas plantas aromáticas que al lado de sus hortalizas habían plantado) y ahora Borja nos comenta que han averiguado el nombre de algunas de ellas y de otras plantas que crecen de forma espontánea en las charcas.

Amor del hortelano (Galium aparine).

Nos llama la atención, «el amor del hortelano» (Galium aparine), también llamado azotalenguas. Su poderoso efecto anticancerígeno, recientemente descubierto por numerosas investigaciones científicas, es una prueba más, del potencial que encierran estas modestas plantas.

Hortelanos, que en estos momentos, a nuestro paso plantan cientos de tomates de variedades diversas. Biodiversidad necesaria tanto en plantas de cultivo, como en las despreciadas hierbas. El genoma de las plantas y de la vida toda, recopila en sus hélices de ADN, soluciones aprendidas en millones de años de evolución de esto que llamamos tierra; agua seria nombre más adecuado, si nuestra sabia charca fuera quien nombre la diera.

A veces una flor, una humilde hoja de hierba, es más grande,
 más sabia, más poderosa que la montaña que la dio vida.

La vida eficiente, estructura dinámica sin igual, reutiliza sus hallazgos, los perfila y recombina, para, enlace a enlace, verso a verso, nueva vida más compleja crear.

Mil respuestas escondidas, esperando a contestar a mil preguntas por nacer.

Afilados juncos alzan amables, los tiernos tallos en flor del Amor del hortelano. Juncos que recorren los márgenes protegiendo (como hace tiempo también lo hiciera su junco hermano (Juncus conglomeratus), ahora desaparecido de nuestras tierras, unas aguas pletóricas de vida.

Renacuajos que semanas atrás surcaban las charcas son ahora, tras sabia metamorfosis, el canto de la vida que llama a la vida. Música que envuelve este humedal, pequeño oasis de Quintanilla.

Al perro fatigado, al ave limícola, al huerto sediento (que ahora estas tierras acompaña), a las hierbas olvidadas (no por las charcas que en comprender la vida aún nos adelanta), a todas con igual generosidad, su sed, la charca sacia.

El cernícalo persevera en su estático vuelo, consciente de con frecuencia hay que detenerse para poder avanzar.

La noche esconde los últimos rayos de luz, y con ellos mil formas y colores se diluyen y desaparecen. La vida misteriosa, aunque oculta, permanece en el seno de la noche, esperando que el sol, fiel compañero, ilumine sus secretos.

FERNANDO BENITO


domingo, 1 de noviembre de 2015

A mi madre


Debería haber escrito algo como homenaje a mi madre, fallecida el pasado mes de febrero, pero no pude, no tenía fuerzas… Hoy, 1 de noviembre, habría cumplido 77 años, y me he puesto en ello, no me extenderé.

Se encerró en su casa en el año 2011, mi padre enfermó de cáncer y murió ese año en el mes de julio. Desde entonces no salió a la calle, solamente lo hacía conmigo (para las visitas al médico). La muerte de mi hermano, en mayo de 2013, la partió en dos. Desde entonces no levantó cabeza. Si fue duro para mí, imaginad para ella.

Nunca quise (no sé si acertadamente o no) encerrarla a un geriátrico. La quise en su casa —he dicho, su casa, porque era su casa— y yo me encargaba, todo cuanto podía, de ella. Ella me veía, veía mi agotamiento, que no podía más y lo pasaba peor. Pero yo no quise tratarla como a un trasto viejo y apartarla en un asilo con desconocidos, como mucha gente suele hacer. Ella quedaba conmigo, y sólo conmigo (a pesar del esfuerzo y el sacrificio que conllevaba). Era mi madre y no la abandoné. Cuando teníamos 14 años estuvimos —mi hermano mellizo y yo— sólo una semana en un colegio internado, y ella nos sacó. ¡Se lo debía!

Nació a los nueve meses de ser liberado mi abuelo materno (el padre de mi madre que nunca conocí, porque murió años antes de nacer nosotros), preso político por culpa de nuestra guerra civil («la maldita guerra» como decía mi abuela, la matriarca). Fue una niña de la posguerra, pasó penurias y supo lo que es el temible hambre —algo que nunca olvidó y marcó—, apenas fue a la escuela (como muchos niños y niñas de esos años). Recuerdo un día, hace unos veinte o treinta años, que iba con ella por el Paseo Zorrilla y nos encontramos con una mujer mayor, se la acercó y la preguntó que si ya no la conocía, dijo que era la panadera del pueblo de nuestra provincia, no muy lejos de la capital, en el que vivían entonces por la década de los años 40 del siglo pasado y que todavía se acordaba de la niña pequeña que entraba a su tahona a pedirla migas de pan para llevarse algo que comer. Esa niña era mi madre y no mentía cuando me hablaba del hambre que padeció. Tuvo, lo que se dice, una infancia muy dura. Muchas escenas de niños y niñas de países subdesarrollados por televisión la afectaba, porque fue ella igual. Una cosa que los que vivimos ahora en el mundo occidental hemos olvidado.

Cuidó de sus hermanos menores, en especial, de su hermana con la que mantuvo un vínculo especial (en total fueron siete hermanos), y con la que quiso hablar antes de quitarse la vida. Para salir por la misma ventana siguiendo la estela que dejó su hijo, mi hermano.

Hoy iré al cementerio donde reposan sus cenizas, junto las de mi padre y mi hermano, además de los restos de mis abuelos maternos. Voy a nuestra tierra ancestral, a mis orígenes, a rendirles el debido respeto que se merece y merecen. Aunque siempre vivirá en mi memoria, el olvido es la auténtica muerte. Como la recordará, también, el resto de los familiares y quienes la conocieron, y algún día —¿quién sabe?— podría saber de su vida una posible descendencia, como yo supe de la de mi abuelo sin conocerle en vida.

En su carta de despedida, que se llevó la burocracia estatal (y que intentaré recuperar), me daba su último beso en vida. Yo, aunque poco propenso a mostrar abiertamente mis sentimientos, le devuelvo otro muy grande. El mayor que le haya podido dar en toda su vida.

TU HIJO QUE TE HECHA DE MENOS

Texto a modo de panegírico escrito en papel
plastificado que está introducido en el interior
de la urna donde están sus cenizas depositadas.

DEDICATORIA MUSICAL
Siempre me aconsejaba algo y en su recuerdo la dedico esta canción (eso sí, en inglés) que me dio a conocer mi hermano.

Simple Man («Hombre sencillo») es un tema de la banda de rock sureño Lynyrd Skynyrd perteneciente a su primer álbum en estudio del año 1973: (Pronounced 'lĕh-'nérd 'skin-'nérd). La canción surgió pocos días después de las muertes de la abuela de Ronnie Van Zant y de la madre de Gary Rossington. Ambos se encerraron en el piso de Van Zant para compartir historias y anécdotas sobre sus respectivas madres. Rossington compuso una serie de acordes y Van Zant empezó a escribir la letra basándose en los consejos que sus respectivas madres les habían dado durante sus años de infancia y primera juventud (y algunas coinciden con las de la mía). Y, por mi parte, una de las mejores melodías del rock que se han hecho. Os pongo un vídeo de YouTube subtitulado al castellano/español.