sábado, 31 de diciembre de 2011

La historia de «yeti» ruso resultó ser una broma para entretener a niños huérfanos

La prensa había difundido un video en el cual capturaban al «hombre de las nieves»



En los bosques de Ingushetia en el Cáucaso del Norte de Rusia, los guardias de las fronteras capturaron a un ser extraño de dos metros, parecido al «Yeti» u «hombre de las nieves», posteriormente confusos comunicados indicaron que sería solo un juego para niños.

La mañana del 29 de diciembre la autoridades de Ingushetia declararon que la criatura fue encontrada en los bosques tras rastrear una zona donde unos cazadores lo habían identificado informó, Voz de Rusia.

En un video que divulgaron los periodistas locales mostraron una criatura como un gorila, peluda y de color negro que caminaba de pie como un ser humano. Un cazador dispara y el animal desaparece en el bosque.

Posteriormente los guardias anuncian que tras rastrear la zona habrían capturado la extraña criatura y un noticiero la muestra encerrada en las jaulas.

Según Izvestia el informe salió al público sin revisar, por lo que el Ministerio anunció que la noticia era solo una broma natalicia y de año nuevo para los niños y que no existía tal hombre de las nieves.

Se aclaró a los medios locales que querían realizar una colecta en el zoológico en ayuda a los niños huérfanos y de bajos recursos, para poder pasar el invierno.

Aún así los medios rusos advierten que los científicos creen en la misteriosa criatura. El biólogo Ivan Avakumenko, ha sido miembro de varias expediciones para encontrar a «Pie Grande»(«Bigfoot» por la terminología anglófona) en las montañas del Cáucaso Norte. Él cree que hay una gran oportunidad para ver al Yeti en Kabardino-Balkaria.

Según Ivan Avakumenko el Yeti, «Pie grande» u «hombre de las nieves», podría estar perfectamente en Baksan, Chegem y Elbrus.

Los residentes locales declararon al medio ruso «nosotros lo llamamos Almast». «En mis 60 años viviendo aquí yo no lo he visto, pero hay un montón de historias relacionadas con este monstruo. Alguien arrastró ganado, alguien saqueó el cobertizo», contó a Izvestia el residente Ordashuk de la aldea Nizhnii Chegen.

En Kabardino-Balkaria la leyenda dice que en invierno, cuando es difícil vivir en las montañas y no hay comida, a menudo los montañistas se enfrentan a la mujer Yeti. Alguna vez esta señora sedujo con astucia a los hombres locales, pero esta amistad habría tenido un final trágico, que resultaría como una maldición sobre la raza de todas las mujeres. Para otros, la leyenda termina con una familia feliz.

El historiador y etnógrafo Svetlana Hajiyev quería atraer a la región a científicos para realizar una expedición de búsqueda, pero esta se suspendió agrega Izviestia. Quienes se han visto favorecidas han sido las agencias de viajes que promocionan los «senderos del Yeti», «la ruta de Bigfoot» o «Pie grande».

Durante el mes de octubre se desarrolló una expedición internacional en Kemerovo y, según comunicados del «Hominólogo» (se define el mismo como hominólogo por sus estudios del hombre de las nieves, Yeti o Pie Grande) Igor Burtsev, los participantes vieron de primera mano los hábitats y las pruebas en el sur de la región de Kemerovo, sus huellas en una cueva, una estructura de madera con formas de arcos, pirámides y chozas.

domingo, 25 de diciembre de 2011

El «Protocolo Hannibal» del Ejército israelí

El Ejército analiza el Protocolo de secuestro

infolive.TV

El Ejército está listo para revisar el «Protocolo Hannibal», un procedimiento que establece que se debe evitar, sin lugar a dudas, el secuestro de un soldado israelí con vida. Desde el regreso del soldado israelí Gilad Shalit a cambio de la liberación de 1.027 prisioneros palestinos, Hamas declaró que seguirán secuestrando soldados hasta que todos los prisioneros palestinos encarcelados en Israel sean liberados. Por su parte, el Jefe del Estado Mayor, Teniente General Benny Gantz, ha dado instrucciones a los comandantes para analizar las formas de impedir los secuestros, incluso a expensas de la vida de los militares. El Protocolo Hannibal, que se hizo oficial en la década de 1980, afirma que los soldados deben impedir el secuestro de un camarada vivo «a toda costa», aun cuando sea necesario abrir fuego sobre el vehículo de los secuestradores. El Protocolo tiene en cuenta que en estos casos, el soldado cautivo puede ser asesinado, y sostiene la creencia de que es preferible un soldado muerto a un soldado secuestrado, para evitar así que Israel pague un alto precio por el cautivo.

sábado, 24 de diciembre de 2011

El nuevo ministro de Economía

Uno de los responsables de la crisis financiera que hace unos años desembocó en la actual ha sido nombrado, ni más ni menos, que ministro de Economía del Gobierno de España. Cuando tenía que haber sido juzgado —junto a Rodrigo Rato, anteriormente director del FMI que permitió la expansión de las malas inversiones americanas a Europa, y con ella el inicio de la crisis— y en vez de eso, le ponen al frente de la economía de un país. Desde luego, ¡este mundo está muy mal, pero que muy mal!

Luis de Guindos, nuevo ministro de Economía.


Un consejero de Lehman Brothers,
nuevo Ministro de Economía


laRepublica.es

Por si había alguna duda sobre la política económica del gobierno de Rajoy, el propio presidente se ha encargado de aclararla de un plumazo nombrando como Ministro de Economía a un miembro importante de la filial española de Lehman Brothers. Se trata de Luis de Guindos.

De Guindos es Licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales por CUNEF (Universidad Complutense de Madrid), ha sido Socio-Consejero de AB Asesores y Consejero asesor para Europa de Lehman Brothers, y más tarde responsable de la división financiera de Pricewaterhouse Coopers.

De Guindos participó apenas unas horas después de la victoria del PP en un seminario de la fundación FAES en la que se dijeron cosas como: «El Estado es el problema»; «hay que vender las empresas públicas, rebajar los costes de despido, eliminar todas las agencias públicas». «Hay que cambiar el sistema de financiación de las pensiones e introducir libertad de mercado en un grado mucho mayor que el actual en la economía». «El fracaso de las soluciones keynesianas es clarísimo en España».«Rajoy ha lanzado un mensaje claro y diáfano: austeridad y reformas para defenderse dentro del euro».

jueves, 22 de diciembre de 2011

Islamistas libios se desplazan a Siria para «ayudar» a la revolución

ABC entrevista a un grupo de libios vinculados con el ex yihadista Belhadj que han viajado a Siria para «evaluar» los medios de apoyo a la insurgencia

http://www.abc.es/20111217/internacional/abcp-islamistas-libios-desplazan-siria-20111217.html

DANIEL IRIARTE / ENVIADO ESPECIAL A YEBEL ZAWI (SIRIA)
Día 17/12/2011


Combatientes del Ejército Sirio de Liberación enseñan sus viejos carnés
de la Seguridad Estatal para mostrar que no son «terroristas»

El miliciano Brahim está preocupado. «Hay un control del Ejército en la entrada de la carretera», dice la campesina, lo que significa que las rutas de salida de Yebel Zawi están cortadas. Nos temíamos algo así, por lo que los muy escasos reporteros extranjeros hemos decidido salir de Siria, ante el riesgo de quedarnos atrapados. Pero parece que llegamos tarde. Finalmente, cuando anochece, Brahim encuentra una solución. Moviliza tres coches que, conducidos a oscuras, tratan de hallar una ruta alternativa. Tras horas de espera, logran hacernos cruzar las líneas enemigas por otro punto. Brahim se ríe, satisfecho: «¡El Ejército Sirio Libre ha encontrado una salida!», dice.

El convoy nos lleva hasta una casa de campo donde nos espera otro grupo que va a ser evacuado con nosotros. Y entonces llega la sorpresa: se trata de tres libios que, en sus propias palabras, han venido no a combatir, sino «a evaluar las necesidades de los hermanos revolucionarios sirios». Los libios no intentan ocultar sus identidades. Se trata de hombres cercanos a Abdelhakim Belhadj, actual gobernador militar de Trípoli y antiguo yihadista, relacionado con Al-Qaeda en el pasado.

Uno de ellos resulta ser un viejo conocido de los reporteros que cubrieron la guerra de Libia: Mehdi al-Hatari, el antiguo comandante de la Brigada de Trípoli, que desempeñó un papel fundamental en la toma de la capital y la caída de Gadafi. El segundo, Adem Kikli, dice que trabaja para Belhadj, y lleva casi dos décadas exiliado en el Reino Unido. El tercero, Fuad, parece ser un guardaespaldas. «Estamos aquí por iniciativa propia y personal, no por orden de nadie», asegura Adem. Y subraya que Harati renunció públicamente a su puesto en Trípoli el pasado 11 de octubre. Adem, además, afirma que ha estado con otros libios, «unas cuantas decenas», que se han desplazado a Siria por su cuenta para ayudar a los insurgentes.

Harati, no hay duda, es un hombre de acción. El personaje saltó a la palestra tras su participación en la Flotilla de Gaza en la primavera de 2010. «Fui herido en el asalto al Mavi Marmara, y estuve nueve días en una cárcel de Tel Aviv», nos cuenta. En febrero, Harati, que vive en Dublín y tiene pasaporte irlandés, se despidió de su mujer y su hijo y, junto con otros libios exiliados en Irlanda, se dirigió a Libia. Allí creó la Brigada de Trípoli, un grupo de luchadores de élite, entrenado por asesores de Qatar, que combatió ferozmente en la batalla final por la capital.

ABC ha constatado, además, su reciente paso por lugares como Bahréin, Sudán y Ankara, con propósitos no aclarados. Hace poco, Harati se vio implicado en un extraño episodio, cuando, según su propio relato, una banda de ladrones asaltó su casa, llevándose abundante joyería y 200.000 libras esterlinas (unos 238.000 euros). Harati le dijo a la Policía que una gran cantidad de dinero le había sido entregado por un agente de la CIA para financiar la lucha de su grupo contra Gadafi. El combatiente dejó esas 200.000 libras a su mujer, por si le ocurría algo, y se llevó el resto a Libia.

Mientras huimos hacia la frontera, los libios nos van dando algunas claves sobre su presencia en Siria. «Si por nosotros fuese, les enviaríamos las armas a los sirios mañana. Nosotros ya no las necesitamos», explica Harati. «Pero tendrían que entrar por Turquía, y los turcos no pueden autorizarlo porque no hay consenso dentro de la OTAN», asegura. Ya en la frontera, los tres libios dicen que vuelven a su patria. Así nos lo aseguran.

Los cambios climáticos naturales también pueden ser bruscos

En estos tiempos en los que se habla mucho del cambio climático —posiblemente producido por causas humanas—, uno de los argumentos más utilizados en defensa tales causas antropogénicas es el ritmo acelerado, que dicen, con el que está aumentado las temperaturas medias del planeta,—debido al incremento de los niveles de CO2 expulsado a la atmósfera—, pues si fuese natural tendría que ser más lentamente. En el pasado también hubo cambios climáticos, porque el clima cambia, ha cambiado y cambiará siempre. Durante la ultima glaciación hubo un descenso rápido de las temperaturas, y la actividad humana no tuvo nada que ver. ¿Tal vez, el llamado «efecto invernadero» tenga también causas naturales? El médico Sharon Moalem, junto al escritor Jonathan Prince, nos cuenta en su libro La ley del más débil. Un médico inconformista descubre por qué son necesarias las enfermedades algo sobre uno de esos cambios rápidos del clima mundial:

Hasta hace cincuenta años, los científicos que estudiaban los cambios climáticos globales pensaban que esos cambios a gran escala ocurrían con mucha lentitud. Hoy en día, gente como Al Gore o Julia Roberts se han propuesto la misión de dejar claro que la humanidad tiene la capacidad de provocar cambios cataclísmicos en el curso de pocas generaciones. Pero antes de 1950, la mayoría de científicos creían que el cambio climático requería miles, tal vez cientos de miles de años.

Eso no significa que no aceptasen la idea de que el hielo y los glaciares habían cubierto hacía tiempo el hemisferio norte, sino que estaban felizmente convencidos de que los glaciares se movían pausadamente, que tardaban eones en descender y eras en retroceder. Ciertamente, la humanidad no tenía por qué preocuparse; nadie iba a ser atropellado por un glaciar descendiendo a toda velocidad. Si un cambio climático generalizado nos estaba conduciendo a una nueva Edad de Hielo, aún tendríamos algunos miles de años para hacer algo al respecto.

También surgieron, por supuesto, algunas voces discordantes, pero la mayor parte de la comunidad científica no les prestó atención. El astrónomo Andrew Ellicott Douglass, que trabajaba en Arizona en 1895, empezó a talar árboles para examinarlos, buscando evidencias de algún posible efecto de las erupciones solares, también llamadas «manchas solares», que ocurren cíclicamente. Nunca encontró esas evidencias pero, a cambio, fue el precursor de la dendocronología, la técnica científica que estudia los anillos de los árboles para obtener información sobre hechos pasados. Una de sus primeras observaciones fue la de que los anillos eran más estrechos en los años fríos o secos y más anchos en los años húmedos o cálidos. Contando los anillos uno por uno, descubrió lo que parecía ser un cambio climático de un siglo de duración que ocurrió aproximadamente en el siglo diecisiete, con un descenso importante de la temperatura. La reacción de la comunidad científica fue un desdén colectivo. Douglass era, a ojos de los científicos que estudiaban el cambio climático, alguien que talaba árboles en el bosque. Según el doctor Lloyd Burckle, de la Universidad de Columbia, Douglass no sólo tenía razón, sino que el hechizo centenario que había desentrañado era el causante de mucha música bella. Burckle añadía que el sonido sublime de los instrumentos de cuerda de los grandes artesanos europeos, como los Stradivarius, era el resultado de la alta densidad de la madera proveniente de árboles que crecieron durante ese siglo frío. La densidad de la madera se debía a que creció poco durante los períodos fríos y, por consiguiente, sus anillos estaban muy próximos unos de otros.

Las evidencias de la posibilidad de un cambio climático rápido se iban acumulando. En Suecia, los científicos que estudiaban los estratos de lodo de los fondos de los lagos encontraron pruebas de que el cambio climático estaba ocurriendo mucho más rápidamente de lo que se pensaba en esos momentos. Esos científicos hallaron grandes cantidades de polen de una flor silvestre ártica llamada Dryas octopetala en capas de iodo de hace 12.000 años. El hábitat habitual de la Dryas es el Ártico; sólo floreció en el continente europeo en períodos de frío considerable. Su propagación generalizada en Suecia hace 12.000 años parece indicar que el clima templado que había seguido a la última Edad de Hielo había sido interrumpido bruscamente por temperaturas mucho más frías. En agradecimiento a la flor silvestre delatora, se le dio el nombre de Dryas Reciente a esa reincidencia de frío ártico. Por supuesto, a causa del pensamiento dominante, incluso esos científicos creyeron que la «rápida» llegada de la Dryas Reciente había durado unos 1.000 años.

Es difícil infravalorar el efecto glacial, y nunca mejor dicho, que el pensamiento establecido puede tener sobre la comunidad científica. Los geólogos creían que el presente era la clave para entender el pasado; si así es como el clima se comporta en la actualidad, así es como se comportaba en el pasado. La teoría del uniformismo, tal y como el físico Spencer Weart señala en su libro The Discovery of Global Warming (2003), era el principio directriz entre los científicos:

Durante casi todo el siglo veinte, el principio uniformista fue valorado por los geólogos como fundamental para su ciencia. Según la experiencia humana, las temperaturas no cambiaron radicalmente en todo un milenio, y en eso se basaba el principio uniformista, que afirmaba que cambios tan drásticos no habían sucedido en el pasado.

Si uno está seguro de que algo no existió, no va a ponerse a buscarlo, ¿no es así? Y como todo el mundo estaba seguro de que los cambios climáticos globales tardaron al menos mil años, nadie se molestó en comprobar la evidencia que podría haber revelado cambios más rápidos. Los científicos suecos que estudiaron los estratos de lodo del fondo del lago y que fueron los primeros en postular el «rápido» florecimiento milenario de la Dryas Reciente tenían entre manos trozos de lodo que abarcaban siglos; nunca investigaron muestras lo suficientemente pequeñas como para poder demostrar un cambio más acelerado. La prueba de que la Dryas Reciente descendió sobre el hemisferio norte mucho más rápidamente de lo que pensaban estaba justo delante de sus ojos, pero ellos estaban cegados por sus suposiciones.

En las décadas de los cincuenta y sesenta, la teoría uniformista empezó a deshincharse, o al menos a perder fuelle, a medida que los científicos empezaron a comprender el potencial de los acontecimientos catastróficos para provocar cambios rápidos. A finales de la década de los cincuenta, Dave Fultz, de la Universidad de Chicago, construyó una maqueta de la atmósfera de la Tierra, con fluidos giratorios que simulaban el comportamiento de los gases atmosféricos. Los fluidos se desplazaban siguiendo una pauta estable y repetitiva, a no ser, por supuesto, que fuesen interrumpidos. En ese experimento, incluso la interferencia más sutil provocaba cambios enormes en las corrientes. No podía considerarse una prueba, pero era ciertamente un indicio convincente de que la atmósfera real era susceptible de cambios significativos. Otros científicos desarrollaron modelos matemáticos que indicaban posibilidades similares de cambios súbitos.

A medida que se iban descubriendo nuevas evidencias y que las anteriores se iban reexaminando, el consenso científico evolucionó. En la década de los setenta existía el consenso generalizado de que los cambios climáticos que provocaban la aparición y desaparición de los glaciares podían ocurrir en sólo algunos cientos de años. Ya no se pensaba en milenios, sino en siglos. Los siglos eran la nueva medida de «rápido».

Había un nuevo consenso sobre el cuándo, pero una total falta de acuerdo respecto al cómo. Puede que el metano hubiera emergido burbujeante de las ciénagas de la tundra y hubiera almacenado el calor del sol, o tal vez se desgajaron capas de hielo de los polos y enfriaron los océanos. Podría haber sucedido que un glaciar se hubiera fundido en el Atlántico Norte, creando un enorme lago de agua dulce que hubiese interrumpido abruptamente la corriente oceánica de agua cálida tropical que se desplaza hacia el norte.

Resultó muy apropiado que la prueba dura y fría terminó por encontrarse en el hielo duro y frío.

A principios de la década de los setenta, los climatólogos descubrieron que algunos de los mejores registros históricos de pautas climatológicas estaban archivados en los glaciares y plataformas de hielo de Groenlandia. Fue un trabajo duro y peligroso; nada más alejado de la típica imagen estereotipada del investigador en su laboratorio, ataviado con una bata blanca. Esto era un deporte de riesgo: expediciones multinacionales avanzando trabajosamente por el hielo, escalando, transportando toneladas de peso en máquinas y soportando los efectos de la altitud y del frío inconcebible, con el único objetivo de perforar hasta más de tres mil metros en el hielo. La recompensa era un registro prístino e inequívoco de las precipitaciones anuales y la temperatura en el pasado, que había permanecido intacto durante milenios y que esperaba revelar sus secretos con sólo unos pocos análisis químicos. Aunque antes había que ir a buscarlo, claro está.

En la década de los ochenta, esas barras extraídas del hielo confirmaron la existencia de la Dryas Reciente: un serio descenso de las temperaturas que empezó alrededor de 14.000 años atrás y que duró aproximadamente cien años. Pero eso era sólo la punta del iceberg.

En 1989, Estados Unidos organizó una expedición para perforar hasta el fondo de la capa de hielo de Groenlandia, de un total de tres kilómetros de grosor, y que representaba 110.000 años de historia climática. A sólo treinta kilómetros de allí, un equipo europeo estaba llevando a cabo un estudio similar. Cuatro años más tarde, ambos equipos llegaron hasta el fondo, lo que cambiaría nuevamente el significado de rápido.

Las barras de hielo revelaron que la Dryas Reciente (la última Edad de Hielo) duró sólo tres años. De la Edad de Hielo a la normalidad, no en tres mil o en trescientos años, sino sólo en tres años. También revelaron que el comienzo de la Dryas Reciente se produjo en sólo una década. Esta vez la prueba era clara como el agua, el rápido cambio climático era muy real. Era tan rápido que los científicos dejaron de usar el término rápido para describirlo y empezaron a utilizar palabras como abrupto y violento. El doctor Weart lo resumió en un libro publicado el año 2003:

Ahora sabemos que la oscilación de las temperaturas, que según las estimaciones de los científicos en los años cincuenta requería decenas de miles de años, en los setenta miles de años y en los ochenta siglos, sólo tarda décadas.

De hecho, ha habido varios cambios climáticos abruptos desde hace 110.000 años; el único período realmente estable han sido los últimos 11.000 años. Así pues, resulta que el presente no es la clave para entender el pasado, sino la excepción.

El factor más probable del comienzo de la Dryas Reciente y la súbita reaparición de bajas temperaturas en toda Europa fue la perturbación que sufrió en el océano Atlántico la corriente oceánica, o circulación termohalina. Cuando se comporta normalmente, o al menos de la manera en que estamos acostumbrados, la corriente transporta superficialmente agua tropical cálida hacia el norte, la cual, al enfriarse, se hunde hacia el fondo y vuelve a los trópicos en dirección sur. Ése es el motivo de que Gran Bretaña tenga un clima templado aunque, de hecho, esté en la misma latitud que Siberia. Sin embargo, cuando la corriente se interrumpe, por ejemplo, por una gran afluencia de agua dulce cálida que se haya derretido de las capas de hielo de Groenlandia, podría tener un impacto significativo sobre el cambio climático y convertir Europa en un lugar muy, muy frío.

SHARON MOALEM y JONATHAN PRINCE
La ley del más débil, 2006.

martes, 20 de diciembre de 2011

ASTROLOGÍA (Astrometafísica)

Noche estrellada, Van Gogh


El Infinito. (Giacomo Leopardi)

Amé siempre esta colina
y el cerco que me impide ver
mas allá del horizonte.
Mirando a lo lejos los espacios ilimitados,
los sobrehumanos silencios y su profunda quietud,
me encuentro con mis pensamientos,
y mi corazón no se asusta.
Escucho los silvidos del viento sobre los campos,
y en medio del infinito silencio tanteo mi voz;
me subyuga lo eterno, las estaciones muertas,
la realidad presente y todos sus sonidos.
Así, a través de esta inmensidad se ahoga mi pensamiento:
y naufrago dulcemente en este mar.

El otro Steve Jobs

La burguesía para legitimar su opresión sobre el proletariado defiende una serie de creencias que nos quieren vender como universales. Una de ellas es la del self-made-man o «el hombre hecho a sí mismo» para referirse a los empresarios con éxito en los negocios por vender un producto original. Lo que no nos dice esa ideología es que detrás de ellos hay una gran cantidad de obreros/as que explotan miserablemente —y que se aprovechan de los descubrimientos científicos y del desarrollo técnico que hay las sociedades en un momento determinado— gracias al trabajo de muchos que otros saben explotar. Uno de ellos es el recientemente fallecido Steve Jobs como comenta este artículo publicado en el diario Público el pasado 15 de diciembre firmado por el economista keynesiano catalán Vicenç Navarro:

http://blogs.publico.es/dominiopublico/4388/el-otro-steve-jobs/

El otro Steve Jobs

Artículo publicado por Vicenç Navarro en el diario PÚBLICO, 15 de diciembre de 2011

La muerte de Steve Jobs, fundador y dirigente de la empresa Apple, ha sido el espectáculo mediático empresarial más teatral vivido este año. Durante las últimas semanas hemos visto una enorme movilización de los mayores medios de información internacionales, bajo la batuta del establishment empresarial estadounidense (lo que se llama en EEUU la Corporate Class), para celebrar la vida del que ha sido canonizado unánimemente por tales medios. Uno de los mayores rotativos del país aseguró incluso que había tenido “una vida ejemplar o extraordinaria”, que mostraba el enorme potencial que un ser humano puede alcanzar bajo el capitalismo estadounidense. En esta construcción mediática se ha presentado a Steve Jobs como una persona de orígenes humildes que alcanzó por su propio mérito la cumbre del mundo empresarial, creando nuevos productos que han beneficiado a toda la humanidad. En esta proyección mediática, Steve Jobs es el self-made man, emprendedor por antonomasia que, a base de genio y ambición, llegó a unos niveles de grandeza que pocos alcanzan en nuestro mundo.

Para no ser menos, los rotativos de mayor difusión e influencia en España utilizaron también adjetivos superlativos para describirlo. Le definieron como “ejemplar”, “extraordinario”, “inspirador”, “magnífico” o “un hombre que quiso dar amor en su dedicación a satisfacer a las masas”, “pionero”, digno de “admiración”, “respeto” y “agradecimiento”, “fuente de inspiración para los emprendedores españoles”, “un gran creador de puestos de trabajo”, y así un largo etcétera. Podría continuar y continuar con una larga lista de cantos y alabanzas a la figura del emprendedor cuyo genio supuso el éxito del capitalismo.

En esta divinización (y no creo exagerado este término para definir el clamor unánime de alabanzas) se ignoran varios hechos de su biografía que dan otra versión del personaje. En realidad, Steve Jobs era muy representativo del emprendedor que ha hecho una enorme fortuna a base de utilizar y explotar para beneficio propio bienes comunes sin los cuales no hubiera alcanzado su éxito. Es más, su fortuna se basó, en parte, en una enorme explotación de otros seres humanos. Veamos los datos, comenzando por sus características como empresario empleador. Apple, la empresa de Steve Jobs, no fabrica sus productos en EEUU. Lo hace en Shenzhen, una ciudad de China conocida como el Silicon Valley chino, donde trabajan 420.000 trabajadores en condiciones miserables. El grupo empresarial Foxconn dirige tal conglomerado de industrias que producen aparatos electrónicos. En este lugar, incluidas las fábricas de Apple, se explota brutalmente a sus trabajadores (no es extraño que trabajen seis días a la semana 16 horas al día) en condiciones militares en sus cadenas de montaje. Existe un ambiente de terror bien documentado por la obra de Mike Daisey (The agony and the ecstasi of Steve Jobs) en ninguna parte mencionada en la bacanal de elogios escritos a razón del homenaje a su figura.

Su fortuna personal (estimada en 8.500 millones de dólares) y los enormes beneficios de su empresa se basaban, en parte, en esta súper explotación de otros seres humanos. El número de suicidios, consecuencia de las horribles condiciones de trabajo, ha sido denunciado en varios medios internacionales. Según el diario londinense Daily Mail, a los trabajadores de las fábricas de Apple en China se les fuerza a firmar un contrato en el que se comprometen, ellos y sus familias, a no denunciar y a no llevar a la compañía a los tribunales en caso de accidente, daño, muerte o suicidio.

La insensibilidad hacia las condiciones de trabajo en sus empresas reflejaba una actitud muy representativa del gran emprendedor del siglo XX. Su antagonismo, casi hostilidad, hacia la clase trabajadora, era bien conocido. Como señala Eric Alterman en su artículo titulado Steve Jobs. Una vergüenza americana (Steve Jobs. An American Disgrace publicado en The Nation. 28-11-11), Steve Jobs había aconsejado al presidente Obama a imitar a China y permitir a las empresas estadounidenses hicieran, no sólo en China, sino también en EEUU, lo que quisieran, sin ningún tipo de protección a los trabajadores ni al medio ambiente.

Su obsesión era acumular dinero, sin ningún freno en ello. Era el “perfecto emprendedor” de la Corporate America, que se nos quiere presentar como modelo y ejemplo. No se conoce que diera dinero a actos sociales benéficos, como los súper ricos suelen hacer en aquel país como estrategia de marketing para mejorar su imagen. En realidad, ridiculizó a Bill Gates por crear una fundación que lleva su nombre, atribuyendo un supuesto retraso tecnológico de las empresas de Bill Gates (la hostilidad de Steve Jobs hacia Bill Gates era bien conocida) al “excesivo interés de Bill Gates en ayudar a los pobres”. Steve Jobs era un personaje que pertenecía al mundo definido por Charles Dickens.

Una última observación. Las empresas Apple y la gran mayoría de “inventos de la industria electrónica” se basan en el conocimiento de la investigación básica producida en otras instituciones, frecuentemente centros académicos financiados públicamente por el Gobierno federal de EEUU, especializados en temas militares o aeroespaciales. Internet es un claro ejemplo de ello. El conocimiento que produjo Internet, por ejemplo, procedía de las inversiones públicas. Parece ignorarse que el Gobierno federal de EEUU tiene una de las políticas industriales más desarrolladas en la OCDE, invirtiendo enormemente en investigación y desarrollo. La industria electrónica ha explotado tal conocimiento público para sus fines privados. Sin desmerecer la importancia de la investigación aplicada y de la creación intelectual, hay que señalar que la escalera que les permite subir ha sido construida por otros, punto también olvidado en esta biografía de un personaje representativo de lo que significa el capitalismo sin guantes y sin límites.

Racismo nórdico

Extraído del Historia del racismo en España de José María del Olmo Gutiérrez




Jawohl Mein Führer! Catalunya Über Alles!

La región septentrional de España era –y es– tenida por la zona más noble del país, puesto que allí, según se creía, no habían llegado los moros y se conservaba de forma incólume la fe “antigua”, la sangre sin contaminación infiel y la vida de los godos originarios. Los visigodos eran concebidos como la raíz de la nobleza y el punto de referencia a partir del cual se había forjado la unidad política y religiosa española. Haber nacido en el Norte o ser hijo de asturianos, montañeses o vascongados equivalía a tener la consideración de hidalgo y la posesión de un linaje "cristiano viejo". El racismo nórdico adquirió a finales del siglo XIX un carácter laico y biologicista. La idea de "pureza" cristiano-católica se vio paulatinamente sustituida por un prejuicio fisonómico arianista de influencia europea y por la reclamación cultural de un pasado celta.

El racismo nórdico híbrida en su haber concepciones de tipo religioso, geo-histórico y anatómico. La España septentrional estaba identificada originariamente con el cristianismo pero posteriormente fue cada vez más equiparada a las ideas de europeidad y arianidad. La imagen que se tiene del humano septentrional es la de un prototipo con valor, carácter noble y capacidad de mando, lo que le contrapondría al habitante del centro y del sur, destacado por su inmoralidad, su desdeño por el trabajo y su falta de palabra. Fisonómicamente hablando, el hombre del norte aparece representando como un ser de alta estatura, piel blanca y frecuentemente con cabeza arrubiada, mientras que el meridional, por el contrario, es visto como un tipo de pequeña estatura y piel morena, herencia del dominio musulmán. Dicho cliché racial se puede resumir en una frase muy utilizada en Cantabria a la hora de marcar diferencias con la meseta: "De Reinosa para abajo son todos moros".

La idea de diferenciación georracial aparece en otros países mediterráneos, como Portugal, Francia o Italia. En esta última nación existe la creencia generalizada de que el norte y el centro-sur están habitados por razas diferentes y desiguales. Aquí, al igual que en España, se repite la contraposición entre norte-europeidad-piel blanca y sur-africanidad-piel morena, unido a sus correspondientes tópicos psicológicos y morales. En Italia el racismo regional fue muy difundido por la prensa y la literatura entre mediados del siglo XIX y comienzos del XX, siendo bien acogido por la nobleza y la burguesía. Los italianos del Mezzoggiorno (Mediodía) a veces son denominados con el vocablo despectivo de "terroni", en referencia a su pigmentación cutánea. Durante la dictadura fascista la propaganda del régimen postulaba que todos los italianos descendían de un arquetipo ario originario. El cine y la prensa de la época solían promocionar de sobremanera a los individuos pelirrubios y ojiclaros.

Los tópicos regionalistas han quedado retratados en un sinfín de tratados y obras literarias desde el siglo XV hasta la actualidad. Miguel Herrero García en su obra Ideas de los españoles en el siglo XVII demuestra la importancia que la ascendencia goda tenía para las familias oriundas del País Vasconavarro, Asturias, Cantabria, Galicia y las montañas leonesas. El Marqués de Dosfuentes recoge en El Alma Nacional (Madrid, 1915, Pág. 71) el goticismo tradicional al afirmar que "los solares de los nobles españoles se encuentran todos, como es sabido, en el Norte".

El goticismo –reinstaurado durante la etapa franquista– se ve suplantado a comienzos del siglo XX por un racismo ario. En este sentido, el autor catalán Pompeyo Gener amplía la idea de nobleza al noreste de España. En su libro Cosas de España, Herejías Nacionales (Barcelona, 1903, Pág. 20) sostiene que sólo en estas provincias hay verdaderos elementos de "raza pura", de los que se puede esperar grandes hallazgos en todos los campos. Ello no sucede en el Centro y el Sur, porque exceptuando varias individualidades "hemos notado el predominio del elemento semítico, y más aún el presemítico y el bereber". A tal definición se añaden los estereotipos antimoriscos tradicionales: morosidad, mala administración, desprecio del tiempo y de la vida, caciquismo, hipérbole en todo, dureza y falta de medios tonos en la expresión, adoración del verbo, etc.

Misael Bañuelos, catedrático de la facultad de Medicina de Valladolid, en su exaltación de la raza hispana defiende que Castilla La Vieja es la que presenta caracteres raciales "más limpios y puros", al estar constituida casi exclusivamente por elementos nórdicos. Aquí se ve como el campo de acción del norte se amplía según la conveniencia e intereses de los distintos autores. En el caso de Bañuelos la superioridad nórdica estribaría en:

- Primeramente en su talento intelectual y crítico, pues "es capaz de someter a su juicio todos los problemas, todas las teorías y todas las doctrinas, cualquiera que sea su categoría y origen".
- El "sentimiento del deber", que es cualidad que se inculca sobretodo en el seno de la familia.
- El hombre nórdico posee también una atracción especial por la vida en plena naturaleza.
- En la aristocracia de todos los países, y desde luego en España, descubrimos inmediatamente la sangre nórdica.
- El hombre del norte destaca por su espíritu guerrero y por su capacidad para conducir soldados en todas las campañas militares.
- Por último, el español del norte destaca por el amor al hogar y por la creación del derecho individual familiar.

Los clichés raciales regionales fueron muy propagados durante la etapa franquista. Numerosos teóricos anteriores o contemporáneos afines al régimen mezclaron el biologicismo europeo con el prejuicio nórdico castizo peninsular. Un ejemplo de ello es José Antonio Primo de Rivera, que en los apartados 2 y 3 de su opúsculo España: germanos contra bereberes escribe:

"2. Con esta previa delimitación de conceptos cabe resumir la cuestión inicial: ¿qué fue la Reconquista? Ya se sabe: desde el punto de vista infantil, el lento recobro de la tierra española por los españoles contra los moros que la habían invadido. Pero la cosa no fue así. En primer lugar, los moros (es más exacto llamarles "los moros" que "los árabes"; la mayor parte de los invasores fueron berberiscos del norte de África; los árabes, raza muy superior, formaban solamente la minoría directora) ocuparon la casi totalidad de la Península en poco tiempo más del necesario para una toma de posesión material, sin lucha. (…) toda la inmensa España fue ocupada en paz, naturalmente, con los "españoles" que habitaron en ella. Los que se replegaron hacia Asturias fueron los supervivientes de entre los dignatarios y militares godos; es decir, de los que tres siglos antes habían sido, a su vez, considerados como invasores. El fondo popular indígena (celtibérico, semítico en gran parte, norteafricano por afinidad en otra, más o menos romanizado todo él) era tan ajeno a los godos como a los recién llegados. Es más, sentían muchas más razones de simpatía étnica y consuetudinaria con los vecinos del otro lado del estrecho que con los rubios danubianos aparecidos tres siglos antes. Probablemente la masa popular española se sintió mucho más a gusto gobernada por los moros que dominada por los germanos. Esto fue el principio de la Reconquista; al final no hay ni que hablar. Después de seiscientos, de setecientos, de casi (en algunos sitios) ochocientos años de convivencia, la fusión de sangre y usos entre aborígenes y bereberes era indestructible; mientras que la compenetración entre indígenas y godos, entorpecida durante doscientos años por la dualidad jurídica y, en el fondo, rehusada siempre por el sentido racial de los germánicos, no pasó nunca de ser superficial. (…).

3. En esquema –abstracción hecha de los mil Acarreos e influencias recíprocas de todos los elementos étnicos removidos durante ochocientos años–, la Monarquía triunfante de los Reyes Católicos es la restauración de la Monarquía gótico-española, católico-europea, destronada en el siglo VIII. (…). Por otra parte, considerables extensiones de España, singularmente Asturias, León y el Norte de Castilla, habían sido germanizadas sin solución de continuidad, durante mil años (…) sin contar con que su afinidad étnica con el norte de África era mucho menor que la de las gentes del sur y levante. La unidad nacional bajo los Reyes Católicos es, pues, la edificación del Estado unitario español con el sentido europeo, católico, germánico, de toda la Reconquista, y la culminación de la obra de germanización social y económica de España. (…)".

lunes, 19 de diciembre de 2011

La crisis capitalista griega hace renacer el fantasma del hambre

Librered, 18/12/ 2011

Un par de semanas atrás, un chaval de 13 años se desmayó en un colegio de Heraklión, la capital de la isla de Creta tras pasar dos días sin comer.

Los últimos episodios de desmayos de alumnos en escuelas griegas víctimas del hambre y la desnutrición han avivado un debate que despierta los fantasmas de la posguerra.


Al principio fue la estupefacción: nadie creía posible que en un Estado de la Unión Europea (UE) los alumnos se desmayasen por no haber comido nada y el primer maestro en denunciarlo fue acusado de querer calumniar al Gobierno. El primer caso ocurrió hace un año, y a él le siguieron más denuncias de profesores que aseguraban que alumnos suyos se quedaban tras las clases en actividades extraescolares hasta las cuatro de la tarde sin ingerir nada en todo el día.

Los medios de comunicación dieron buena cuenta de ello, pero las noticias fueron tachadas de exageraciones periodísticas, hasta que, hace un par de semanas, un chaval de 13 años se desmayó en un colegio de Heraklión, la capital de la isla de Creta.

Cuando la directora avisó a su madre, que trabaja a tiempo parcial en una empresa municipal y cría sola a sus cuatro hijos, ésta contestó que en su familia no habían comido nada desde hacía dos días. Y, entonces, el país se conmocionó.

Mucha gente sospechaba que, entre los inmigrantes sin papeles, había gente que pasaba hambre, pero el chico que se desmayó en Heraklion era griego.

El asunto se ha convertido en un debate nacional y la imagen de los repartos de comida en las escuela despierta, entre los más ancianos, la pesadilla del invierno de 1941-42, cuando, bajo la ocupación nazi, más de 300.000 personas murieron de hambre y la de los años de extrema pobreza de la posguerra.

La dirección de las guarderías del Ayuntamiento de Atenas ha explicado a los medios que, desde el comienzo del año escolar, varios directores de escuelas primarias han pedido preparar, junto a las 5.500 comidas que su servicio prepara cada día para los niños de guardería, otras para 67 alumnos en condiciones de extrema necesidad.

La semana pasada, el semanario progubernamental “To Vima”, citaba a fuentes del Ministerio de Educación Nacional que aseguraban se está elaborando un programa de distribución de cupones por un valor de 2 ó 3 euros para los alumnos de escuelas de regiones con altos porcentajes de pobreza.

Esos cupones serían intercambiados en las cantinas escolares por un bocadillo y medio litro de leche o zumo de frutas. La noticia fue desmentida categóricamente por la ministra de Educación Nacional, Ana Diamantopulu, a la radio “Skaï”. “Desde que empezó el debate sobre ese asunto pedí a los directores de escuelas que informen al Ministerio inmediatamente si hay casos de alumnos que se desmayan por desnutrición o por hambre. Hasta ahora no recibimos ningún informe. Pero si hay algún caso cumpliremos nuestro deber respecto a la dignidad de los alumnos”, afirmó.

Pero los sindicatos de profesores no parecen de acuerdo con la ministra. “Hay casos de alumnos de familias pobres que pasan todo el día en la escuela sin comer nada. Desde el principio del año escolar fueron mencionados cuatro casos de desmayos (por hambre)”, declaró a Efe el secretario general de la Federación de Profesores de Enseñanza Secundaria (OLME), Zemis Kotsifakis. “Lo que debe hacerse es acabar con el empobrecimiento de la sociedad, con los impuestos y las reducciones de los salarios. Si eso no ocurre, la sociedad tomará todas las medidas solidarias necesarias”, dijo cuando se le preguntó sobre la organización de ranchos en las escuelas.




La actitud de la Federación de Maestros de Enseñanza Primaria (DOE) es más cautelosa. “Emprendimos un trabajo de recoger todos los casos registrados en escuelas primarias, para tener una idea de la severidad del problema.

Pronto pediremos una reunión con la ministra para debatir lo que debe hacerse”, explicó su secretario de organización, Zanasis Gumas. Los casos de hambre aún parecen aislados, pero lo cierto es que las sombrías perspectivas de futuro y la grave recesión que azota al país hacen renacer en Grecia situaciones que todos creían pertenecientes a un pasado lejano.


Los ciegos y el elefante

Por MÁXIMO SANDÍN

En el prefacio de su libro Síntesis inacabada, el prestigioso paleontólogo Niles Eldredge justifica su obra con un argumento irrebatible. La comprensión de los fenómenos biológicos está irremediablemente supeditada a la comprensión del proceso evolutivo. En el libro aborda la cuestión de «cómo hemos sido habituados a pensar en la evolución». En su opinión la interpretación de fenómenos, problemas y teoría «permanece más o menos como lo estuviera en la época de Charles Darwin». En cuanto a la versión actual de la «Teoría Sintética Moderna», gestada en los años 30,

«permanece tan inalterable por (a pesar de) los datos de la sistemática, la paleontología y la ecología a gran escala que, francamente, todavía nos vemos frente a la misma situación diagnosticada por el historiador F.J. Teggart en 1925, justo cuando la teoría sintética comenzaba a emerger a través de los trabajos de R.A. Fisher, J.B. Haldane y J. Wright: aún tenemos una teoría de la evolución que no se halla directamente dirigida a los acontecimientos de la historia de la vida».

En efecto, la decimonónica y etnocentrista visión de la Naturaleza que se puede encontrar en las raíces de la teoría unificadora de la Biología y el posterior cúmulo de simplificaciones y reduccionismos, tienen muy poco que ver con la complejidad de las interrelaciones ecológicas que se observan en el registro fósil. En palabras de Eldredge:

«… tanto las entidades ecológicas y genealógicas, como los eventos y los procesos están implicados en el proceso de la evolución. Todas las entidades parecen ser individuos estables. Están jerárquicamente ordenadas. Existen procesos intrínsecos a cada nivel que no son reducibles a los de los niveles más básicos (o subsumidos por los niveles más altos)».

Es decir, lo que nos muestra el registro fósil, al menos para el que no se niegue a verlo, es que la complejidad y la dinámica de los ecosistemas vivos y fósiles no puede seguir siendo interpretada (y mucho menos «explicada») con los obsoletos mecanismos (o artefactos) diseñados por la Teoría Sintética. En opinión de la famosa microbióloga Lynn Margulis:

«el neodarwinismo es fundamentalmente defectuoso, no sólo porque se basa en conceptos reduccionistas ya desfasados, sino también por estar formulado en un lenguaje matemático inadecuado».

Esta situación de la Biología contrasta con la del resto de las llamadas «ciencias duras»: la Física, con la mecánica cuántica y la relatividad, la Química con sus sistemas autoorganizados, las Matemáticas de la complejidad… parecen contemplar a la teoría general de la Biología desde otra época. La enorme complejidad de la organización de la materia y de las interacciones entre sus componentes (las propiedades emergentes, las estructuras disipativas, los fractales) que se ocultaban bajo las viejas descripciones mecanicistas, muestran una creciente divergencia no solo conceptual, sino incluso de lógica, con las interpretaciones darwinistas de la organización de la materia llamada viva. Si, como parece ser, las propiedades de los sistemas «emergen» de las relaciones organizadoras entre sus componentes y del contexto en que se producen, y que sus elementos constituyentes pierden o cambian sus propiedades fuera de su contexto, resulta algo anacrónico seguir describiendo las relaciones entre (y dentro de) los distintos niveles de organización del mundo vivo (molecular, celular, orgánico, ecológico) en términos de competencia e investir a sus componentes de un carácter tan independiente (individualista) como rígidamente determinado.

Por tanto, como resulta una burla a la razón el creer que las propiedades de la materia resultan diferentes según quién los mire, parece más razonable pensar que estas diferencias pueden ser el resultado de cómo se miren.

Y, efectivamente, este parece ser el motivo de la interpretación distorsionada o incompleta de muchos fenómenos biológicos: Las viejas concepciones reduccionistas no sólo no se han superado, sino que se han acentuado como consecuencia de la, tal vez inevitable, especialización a que obliga la acumulación de conocimientos en cada campo de estudio, y se ha descuidado el poner al día la teoría unificadora. Niles Eldredge describe la situación con la parábola de los ciegos y el elefante:

«cada una de las diversas disciplinas ha estado buscando su propia parte del elefante y reclamando que el sistema en general se parezca a esta pieza particular. Todas las cosas no son verdad, pero todas las partes del elefante son seguramente relevantes para comprender un elefante».

Esta imprescindible «visión de conjunto» es la que nos aporta la más joven (y al parecer más actualizada conceptualmente) disciplina que estudia la organización y relaciones entre los seres vivos y las de estos con su entorno físico: La Ecología, cuyos conceptos de «sistemas», «comunidades» y «redes» han hecho posible una descripción de la Naturaleza seguramente más próxima a la realidad que las obsoletas concepciones reduccionistas, que ocultaban bajo los términos competencia y azar los prejuicios culturales y el desconocimiento de la complejidad que arrastraban desde su origen. Aunque estas últimas argumentaciones pueden resultar escandalosas para los biólogos adiestrados en «el modo de ver» darwinista, seguramente no lo serán para los físicos: David Bohm, en su libro La totalidad y el orden implicado escribía que:

«tanto la relatividad como la teoría cuántica están de acuerdo en que ambas implican una necesidad de mirar el mundo como un todo indiviso, en el que todas las partes del Universo, incluidos el observador y sus instrumentos, se funden y se unen en una totalidad».

Al igual que para la Ecología, para la Física la realidad es la totalidad:

«… por tanto hace falta que el hombre preste atención a su hábito de pensamiento fragmentario, tenga conciencia de él, y así le ponga fin».

Para traducirlo a un lenguaje biológico, recurriremos una vez más a la descripción del registro fósil por parte de Niles Eldredge:

«Nada, (literalmente ninguna cosa, ninguna entidad), existe por separado respecto a otras entidades en ninguno de los sistemas de procesos jerárquicos».

Es decir, la evolución sólo puede ser entendida en un contexto ecológico. Lo que evoluciona no son los individuos, ni siquiera las especies como entidades independientes, sino los ecosistemas (y en última instancia, la vida).

Hoy sabemos que los organismos no sólo son miembros de comunidades ecológicas, sino que son también complejos ecosistemas en sí mismos que contienen miríadas de organismos más pequeños dotados de autonomía, pero integrados en un todo funcional. A su vez, estas comunidades (sistemas) están interconectadas en un todo funcional que interrelaciona lo orgánico con lo inorgánico (lo que se ha denominado «el sistema GAIA»). En palabras de Lynn Margulis:

«Los organismos vivos visibles funcionan sólo gracias a sus bien desarrolladas conexiones con la red de vida bacteriana (…) toda la vida está embebida en una red bacteriana autoorganizadora, que incluye complicadas redes de sistemas sensores y de control que tan sólo empezamos a percibir».

Y lo que estamos empezando a percibir es realmente sorprendente: las bacterias no sólo son los sistemas organizadores de la célula eucariota (y, por tanto, de los seres vivos). Son los organismos que hicieron posible la vida tal y como la conocemos: Casi todos los gases de la atmósfera son «subproductos» metabólicos producidos por diferentes grupos de bacterias a lo largo de su existencia sobre la Tierra. Especialmente el Nitrógeno orgánico, que es uno de los constituyentes principales de los seres vivos, tanto en los ácidos nucleicos como en las proteínas. Su función también es esencial en la degradación de sustancias tóxicas en Naturaleza y en la regeneración de suelos y ecosistemas marinos y terrestres…, y también colaboran con las plantas en la fijación del Nitrógeno.

Pero lo que puede resultarnos más llamativo, por más cercano, es la labor que llevan a cabo en nuestro interior: Enormes colonias de bacterias viven («infectan» en la belicosa terminología darwinista) en el interior de los seres vivos, colaborando en funciones esenciales, como la degradación de sustancias que no pueden digerir, o la producción de otras fundamentales para el organismo. Dentro del organismo humano hay más de 10 millones de bacterias pertenecientes a más de 200 tipos diferentes. Recientemente se ha intentado elaborar un cálculo aproximado de su número total (es decir, de las que conviven con nosotros en nuestro interior y en el exterior). La aproximación, que tal vez se queda corta (por ejemplo, sólo en el intestino de una termita hay cerca de tres millones de bacterias), ha estimado una cifra para toda la Tierra que oscila entre 4 y 6 por 1030, que equivale a cincuenta mil millones de veces el número total de estrellas en todo el Universo. En cualquier caso, su biomasa sería mayor que toda la vegetal de la Tierra, y aun quedan muchas (probablemente la mayoría) por conocer… La creciente evidencia sobre la abundancia y funciones de las bacterias en la Naturaleza es difícilmente compatible con el carácter de microorganismos patógenos que se les atribuye habitualmente. En terminología darwinista, son nuestras competidoras (si realmente fueran nuestras «competidoras», tendríamos pocas posibilidades de «vencer»). Y es cierto que provocan enfermedades: Desde que Robert Koch (1843-1919) las descubriese en la sangre de vacas afectadas por ántrax, han sido asociadas a distintas y graves enfermedades: tuberculosis, malaria, tifus, disentería… Pero los nuevos descubrimientos han puesto en evidencia que no es su único papel en la Naturaleza y que no sólo no es el más común, sino que comparándole con la actividad de la «red bacteriana», es extraordinariamente minoritario. Es más, cada vez resulta más claro que su aspecto patógeno es el resultado o la consecuencia de actividades o situaciones distorsionadoras del equilibrio ecológico (del equilibrio natural) de los procesos biológicos (y tenemos abundantes datos históricos), tanto en aspectos nutricionales e higiénicos como de estrés físico, e incluso psíquico. Es decir, en muchos casos, podemos haber creado nuestros propios enemigos.

En este nuevo contexto, es decir dentro de esta otra forma de ver a los «peligrosos microorganismos» ¿puede existir un papel semejante o comparable para los todavía más invisibles y, en su inmensa mayor parte, desconocidos virus?

Al igual que las bacterias, su descubrimiento a causa de sus actividades patógenas (fueron aislados por primera vez en 1935 por Stanley en el «mosaico» del tabaco) ha permitido identificar virus con una gran capacidad infectiva que las ha convertido en uno de los peores «azotes de la humanidad» (la meningitis, el SIDA, el misterioso Ébola…). Pero, en este caso, casi simultáneamente con su identificación como agentes infecciosos, han aparecido con otro aspecto desconcertante: se ha descubierto una gran cantidad de secuencias de origen viral integradas en los genomas animales y vegetales. Unos permanecen en forma de «provirus» claramente identificados, capaces de reconstruir su cápsula y convertirse en infectivos, otros están en forma de «elementos móviles» (transposones y retrotransposones) y son responsables de reordenamientos cromosómicos y duplicaciones. Hasta hace poco, se pensaba que su permanencia en el genoma era una especie de «hibernación», es decir, de estado inerte, pero recientemente se ha podido comprobar que proteínas de origen viral forman parte de los procesos celulares habituales en distintos organismos (y muy significativas en el proceso de desarrollo embrionario). También se ha podido comprobar que un gran número de virus conocidos no tiene actividad patógena y, teniendo en cuenta los que quedan por conocer no es impensable que nos reserven sorpresas semejantes a las de las bacterias.

De momento, ya existe alguna: ¡También los virus tienen una imprescindible, absolutamente vital función ecológica! Recientemente, (Junio del 99) la revista Nature ha publicado un estudio sobre los virus que pueblan las aguas marinas. La tinción de su material genético mediante marcadores fluorescentes ha permitido, por primera vez, observarlos en su ambiente natural (hasta ahora se utilizaba la ultracentrifugación de agua marina y la observación de la «masa» resultante en microscopio electrónico). El resultado es asombroso: en aguas superficiales su número medio es de diez mil millones por litro (entre 5 y 25 veces el número de bacterias). Su densidad depende de la riqueza en nutrientes del agua y de la profundidad, pero siguen siendo muy abundantes en aguas abisales.

Su papel ecológico consiste en el mantenimiento del equilibrio entre las diferentes especies que componen el plancton marino (y, como consecuencia, del resto de la cadena alimenticia) y entre los diferentes tipos de bacterias, destruyéndolas cuando hay un exceso. Como los virus son inertes y se difunden pasivamente, cuando sus «huéspedes» específicos son excesivamente abundantes son más susceptibles de ser infectados. Así evitan los excesos de bacterias y algas, cuya enorme capacidad de reproducción podría provocar graves desequilibrios ecológicos, llegando a cubrir grandes superficies marinas. Al mismo tiempo, la materia orgánica liberada tras la destrucción de los «huéspedes» enriquece en nutrientes el agua.

A su vez, los virus son controlados por la luz del sol, (principalmente por los rayos ultravioleta), que los deteriora y cuya intensidad depende de la profundidad del agua y de la densidad de la materia orgánica en la superficie, con lo que todo el ecosistema se regula a sí mismo. Todavía no han sido estudiadas con profundidad estas actividades en los suelos terrestres.

Si a todo este despliegue de complejidad y de sorprendentes interacciones ecológicas le añadimos otra interesante (y antidarwinista) actividad que los virus comparten con las bacterias como es el intercambio de genes en la Naturaleza, podemos situar a los virus como el elemento que le falta a Lynn Margulis para completar la «red de la vida» y a Niles Eldredge para explicar los ecosistemas como «unidad de evolución». Una visión de la Evolución y, por tanto, una interpretación de los fenómenos naturales muy distante del reduccionismo que significa el estudiar parte de estos fenómenos como mecanismos independientes y aislados del contexto…

Pero las consecuencias de esta nueva visión no son meramente teóricas. La necesidad de un cambio de interpretación se ha convertido en acuciante ante los crecientes y graves problemas ecológicos derivados de la persistencia de la vieja concepción de los fenómenos biológicos. Los «espectaculares logros» de las técnicas de ingeniería genética (tan aplaudidos por los medios de comunicación), consistentes en la manipulación de fenómenos no bien comprendidos (y no me cansaré de insistir) mucho menos controlados, puede conducir al peor desastre ecológico provocado por el hombre: la emisión a la Naturaleza de plantas modificadas genéticamente mediante virus y bacterias como vector, los xenotransplantes, que pueden producir virus híbridos incontrolables, la terapia génica con virus atenuados, el alarmante aumento de resistencia bacteriana a los antibióticos… y especialmente, la falta de información y control que impone el componente economicista de estas manipulaciones conduce a actividades irresponsables por parte de sus explotadores comerciales, porque las consecuencias pueden ser irreversibles… La precipitación de los ciegos en obtener el máximo provecho de su parte puede transformar nuestro hermoso elefante en una monstruosa casquería.

Noviembre de 2000
GEAM Nº 2
Facultad de Biología. UAM.

Sobre la astrología

Por CARL SAGAN

En la sociedad contemporánea occidental, es fácil comprar una revista de astrología, en un quiosco de periódicos por ejemplo; es mucho más difícil encontrar una de astronomía. Casi todos los periódicos norteamericanos publican una columna diaria sobre astrología, pero apenas hay alguno que publique un artículo sobre astronomía ni una vez a la semana. En los Estados Unidos hay diez veces más astrólogos que astrónomos. En las fiestas, a veces cuando me encuentro con personas que no saben que soy un científico, me preguntan: «¿Eres Géminis?», (posibilidad de acertar: una entre doce). O: «De qué signo eres?» Con mucha menos frecuencia me preguntan: «¿Estabas enterado de que el oro se crea en las explosiones de supernovas?» O: «¿Cuándo crees que el Congreso aprobará el vehículo de exploración de Marte?»

La astrología mantiene que la constelación en la cual se hallan los planetas al nacer una persona influye profundamente en el futuro de ella. Hace unos miles de años se desarrolló la idea de que los movimientos de los planetas determinaban el destino de los reyes, de las dinastías y de los imperios. Los astrólogos estudiaban los movimientos de los planetas y se preguntaban qué había ocurrido la última vez en que, por ejemplo, Venus amanecía en la constelación de Aries; quizás ahora volvería a suceder algo semejante. Era una empresa delicada y arriesgada. Los astrólogos llegaron a ser empleados exclusivamente por el Estado. En muchos era un grave delito leer los presagios del cielo si uno no era el astrólogo oficial: una buena manera de hundir era predecir su caída. En China los astrólogos de la corte que realizaban predicciones inexactas eran ejecutados. Otros apañaban simplemente los datos para que estuvieran siempre en perfecta conformidad con los acontecimientos. La astrología se desarrolló como una extraña combinación de observaciones, de matemáticas y de datos cuidadosamente registrados, acompañados de pensamientos confusos y de mentiras piadosas.

Pero si los planetas podían determinar el destino de las naciones, ¿cómo podrían dejar de influir en lo que me pasará a mí mañana? La noción de una astrología personal se desarrolló en el Egipto alejandrino y se difundió por los mundos griego y romano hace aproximadamente 2.000 años. Hoy en día podemos reconocer la antigüedad de la astrología en palabras como desastre, que en griego significa «mala estrella», influenza, gripe en inglés, que proviene del italiano y presupone una influencia astral; mazeltov, en hebreo, proveniente a su vez del babilonio, que significa «constelación favorable», o la palabra yiddish shlamazel, referida a alguien a quien atormenta un destino implacable, y que también se encuentra en el léxico astrológico babilonio. Según Plinio, a algunos romanos se les consideraba sideratio, «afectados por los planetas». Se convirtió en opinión que los planetas eran causa directa de la muerte. O consideremos el verbo considerar que significa «estar con los planetas» lo cual era evidentemente un requisito previo para la reflexión seria. La figura de [la foto] muestra las estadísticas de mortalidad de la ciudad de Londres en 1632. Entre terribles pérdidas provocadas por enfermedades posnatales infantiles y por enfermedades exóticas como «la rebelión de las luces» y el «mal del rey» nos encontramos con que, de 9.535 muertes, 13 personas sucumbían por el «planeta», mayor número que las que morían por cáncer. Me pregunto cuáles eran los síntomas.

Y la astrología personal está todavía entre nosotros: examinemos dos columnas de astrología publicadas en diferentes periódicos, en la misma ciudad y el mismo día. Por ejemplo podemos analizar el New York Post y el Daily News de Nueva York del 21 de septiembre de 1979. Supongamos que uno es Libra, es decir nacido entre el 23 de septiembre y el 22 de octubre. Según el astrólogo del Post, «un compromiso le ayudará a aliviar la tensión»; útil, quizás, pero algo vago. Según el astrólogo del Daily News, debes «exigirte más a ti mismo», recomendación que también es vaga y al mismo tiempo diferente. Estas «predicciones» no son tales predicciones, son más bien consejos: dicen qué hacer, no que pasará. Recurren deliberadamente a términos tan generales que pueden aplicarse a cualquier persona. Y presentan importantes inconsecuencias comunes. ¿Por qué se publican sin más explicaciones, como si fueran resultados deportivos o cotizaciones de bolsa?

La astrología puede ponerse a prueba aplicándola a la vida de los mellizos. Hay muchos casos en que uno de los mellizos muere en la infancia, en un accidente de coche, por ejemplo, o alcanzado por un rayo, mientras que el otro vive una próspera vejez. Cada uno nació exactamente en el mismo lugar y con minutos de diferencia el uno del otro. Los mismos planetas exactamente estaban saliendo en el momento de su nacimiento. ¿Cómo podrían dos mellizos tener destinos tan profundamente distintos? Además los astrólogos no pueden ni ponerse de acuerdo entre ellos sobre el significado de un horóscopo dado. Si se llevan a cabo pruebas cuidadosas, son incapaces de predecir el carácter y el futuro de personas de las que no conocen más que el lugar y la fecha de nacimiento.

(...) Perseguimos una conexión con el Cosmos. Queremos incluirnos en la gran escala de las cosas. Y resulta que estamos realmente conectados: no en el aspecto personal, del modo poco imaginativo y a escala reducida que pretenden los astrólogos, sino con lazos más profundos que implican el origen de la materia, la habitabilidad de la Tierra, la evolución y el destino de la especie humana. Temas a los que volveremos.

Cosmos
Cap. III, 1980.


LA ARMONÍA DE LOS MUNDOS




domingo, 18 de diciembre de 2011

Sobre nuestras microscópicas amigas

Por SHARON MOALEM y JONATHAN PRINCE

Para entender realmente las relaciones entre los humanos y los millones de microbios que viven en nuestro interior tenemos que descartar la noción de que todas las bacterias son malas, los microbios unos merodeadores y los virus unos villanos. Lo cierto es que hemos evolucionado en tándem con todos esos organismos microscópicos, la mayoría de las veces para nuestro mutuo beneficio. La manera en que nuestros organismos funcionan hoy en día está directamente relacionada con nuestra interacción con agentes infecciosos durante millones de años. Desde nuestros sentidos a nuestra apariencia o la química de nuestra sangre han estado determinados por la respuesta evolutiva a la enfermedad. Incluso la atracción sexual tiene relación con las enfermedades. El atrayente olor de alguien que le atrae sexualmente suele ser un signo de que usted y esa persona tienen sistemas inmunológicos distintos, lo que le otorgaría a un hijo común una mayor inmunidad que la de sus padres.

Por supuesto, no sólo nos las hemos arreglado para controlar organismos externos, o ellos han evolucionado para controlarnos. Tal vez no haya enviado invitaciones, pero mientras está leyendo esto está haciendo de anfitrión para una extraordinaria fiesta de microbios. De hecho, si su cuerpo fuese una fiesta y sus células los anfitriones, estaría siendo superado numéricamente en su propio campo. Un adulto humano tiene diez veces más células microbiales «extrañas» que células de mamífero. Si las pusiéramos todas juntas encontraríamos más de 1.000 tipos de organismos microbianos distintos, con un peso total de 1.360 gramos y una cantidad estimada de 10 a 100 billones de organismos. Y en lo que respecta al material genético, el desequilibrio es aún mayor: los microbios que viven en nuestro interior contienen entre todos cien veces más genes que nuestro genoma. Lo cierto es que vivimos en un mundo microbiano.

La mayoría de estos microbios se encuentran en el sistema digestivo, donde desempeñan un papel decisivo. La bacteria (o flora) intestinal ayuda a crear energía descomponiendo alimentos que nosotros solos no seríamos capaces de descomponer, enseñan a nuestro sistema inmunitario a identificar y atacar organismos perjudiciales para nosotros, estimulan el crecimiento celular e incluso nos protegen contra bacterias dañinas. De hecho, los problemas digestivos que mucha gente tiene cuando toma antibióticos están relacionados directamente con la pérdida de esas bacterias saludables. Los antibióticos de amplio espectro son como los bombardeos de saturación: matan todo a su paso y no hacen distinción entre enemigos, aliados o inocentes transeúntes. Ésa es la razón de que muchos médicos recomienden comer yogur cuando se toman antibióticos: las bacterias del yogur son saludables (probióticas) y pueden proporcionar la asistencia digestiva que normalmente lleva a cabo la flora bacteriana hasta que ésta vuelva a sus niveles habituales.

Sin embargo, no todas las bacterias que viven en su interior son tan amigables; en estos momentos podría estar cobijando a Neisseria meningitidis, Staphylococcus aureus y Streptococcus pneumoniae, las bacterias que provocan, respectivamente, la meningitis, el síndrome del shock tóxico y la neumonía. Afortunadamente, los millones de aliados microscópicos en su intestino también han asumido la responsabilidad de mantener a los malos bajo control.

Mediante lo que se llama el «efecto barrera», las colonias de flora intestinal evitan que esas bacterias peligrosas crezcan hasta niveles de riesgo y dominen los recursos en el tracto digestivo. Así consiguen bloquear a los invasores extraños. De hecho, las bacterias útiles trabajan junto con nuestros cuerpos para asegurar la nutrición necesaria para su propia supervivencia y reproducción, pero no tanta como para que las bacterias perniciosas puedan afianzarse…

La ley del más débil, 2006.

Colaboración entre nuestras bacterias comensales y las células
fagocíticas del sistema inmunitario del cuerpo (o ecosistema) humano.

Manifiesto contra la astrología

258 investigadores españoles firmaron en 1990 el siguiente manifiesto contra la astrología. Un documento similar fue suscrito en 1975 por 197 científicos norteamericanos, entre ellos veinte premios Nobel. Ya que mi respetable compañero Leo ha puesto otro manifiesto pro astrológico, en el que se dice que estos científicos son unos censores y los nuevos inquisidores, que lo demuestre. Ya que no veo por ninguna parte que sea un alegato contra la libertad de expresión y los derechos humanos, como dicen.

LOS CIENTÍFICOS CONTRA LA ASTROLOGÍA

Científicos de diversos campos estamos preocupados por el incremento en la acogida de la astrología en muchas partes del mundo. Nosotros, los abajo firmantes —astrónomos, astrofísicos, matemáticos, físicos e investigadores de otras ramas del saber—, queremos prevenir al público sobre la aceptación incondicional de las predicciones y consejos dados privada y públicamente por los astrólogos. Los que quieran creer en la astrología deben saber que no existe fundamento científico para su creencia.

En la Antigüedad las personas creían en las predicciones y consejos de los astrólogos, porque las astrología formaba parte de su visión mágica del mundo. Veían los objetos celestes como moradas y presagios de los dioses, íntimamente conectados con los sucesos que ocurrían aquí en la Tierra; no tenían ni idea de las grandes distancias que nos separan de los planetas y las estrellas. Ahora que esas distancias pueden ser calculadas, vemos lo infinitamente pequeñas son las influencias gravitacionales —y de cualquier otro tipo— producidas por los planetas y las aún más lejanas estrellas. Es simplemente un error imaginar que las fuerzas ejercidas por las estrellas y los planetas en el momento del nacimiento pueden, de alguna forma, determinar nuestro futuro. Tampoco es verdad que la posición de los objetos celestes haga que ciertos días o periodos de tiempo sean más favorables para emprender algún tipo de actividad, o que el signo bajo el que uno ha nacido determine la compatibilidad en su relación con otras personas.

¿Por qué cree la gente en la astrología? En esta época de incertidumbres es muy reconfortante tener quien dirija la toma de las propias decisiones. Gusta creer en un destino predeterminado por fuerzas astrales más allá de cualquier control. Sin embargo, somos nosotros los que debemos enfrentarnos al mundo y darnos cuenta de que nuestro futuro depende de nosotros mismos, y no de las estrellas.

Imaginábamos, en estos tiempos de difusión de la educación y la cultura, que sería innecesario desenmascarar creencias basadas en la magia y la superstición. Pero la aceptación de la astrología es cada vez mayor en la sociedad. Estamos especialmente inquietos por la proliferación de cartas astrales, predicciones y horóscopos en los medios de comunicación, tanto visuales como escritos. Esto sólo puede contribuir al crecimiento del irracionalismo y el oscurantismo. Creemos llegado el momento de rechazar vigorosamente las afirmaciones pretenciosas de los astrólogos charlatanes.

Quienes continúan teniendo fe en la astrología lo hacen a pesar de que no hay ninguna base científica para sus creencias, y sí una fuerte evidencia de lo contrario.

1990

CONTRA LA NUEVA INQUISICION (Porque el fundamentalismo no puede ser el motor de la Ciencia)


Científico inquisidor y pseudoescéptico cabreado ante tanto libertinaje intelectual.
¡¡¡MUY CABREADO!!!


CONTRAMANIFIESTO POR LA DIGNIDAD DE LA ASTROLOGÍA.

Los astrólogos del mundo nos oponemos al manifiesto en contra de la Astrología que en el año 1975 fue impulsado por un grupo de 186 científicos en Estados Unidos y que dió pié a otros manifiestos posteriores similares firmados principalmente por astrónomos y astrofísicos.

Consideramos que el manifiesto de 1975 atenta contra los derechos fundamentales de libertad de expresión, libertad de creencia, y libertad de opinión. Todos ellos derechos básicos e inviolables que constituyen garantía de igualdad, respeto, y derecho social.

El manifiesto en contra de la Astrología, que fué impulsado por un grupo de científicos, consideramos que es una propuesta de censura intelectual, que ha promovido la incongruente idéa de una nueva INQUISICIÓN al amparo de la Ciencia. Opinamos que el buen nombre de la Ciencia no debe usarse para alentar ideas de censura ni prepotencia intelectual. Opinamos que el manifiesto de 1975 en contra de la astrología fué una iniciativa errónea porque alienta la discriminación intelectual, ignora los derechos humanos fundamentales, y fomenta la marginación social de los astrólogos.

Consideramos que difundir ideas de xenofobia intelectual no es excusable bajo ningún concepto. ES INACEPTABLE. Por ello pedimos al colectivo científico sentido común y que se respeten los derechos humanos y con ellos la libertad de opinión e integridad moral de los astrólogos, ya que como se expresa en las Constituciones de los paises democráticos del mundo, todos somos iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condiución o circunstancia personal o social.

Atendiendo a éstas premisas fundamentales de igualdad y dignidad social que consideramos de caracter indiscutible por estar fundadas en derecho internacional al amparo de la Declaración Universal de Derechos Humanos, los astrólogos del mundo manifestamos nuestra indignación hacia aquellos científicos que valiéndose del manifiesto en contra de la Astrología promueven y difunden su ridiculización y marginación.

Consideramos que los portavoces del colectivo científico deben pronunciarse y rectificar. Y anular para siempre cuaquier posible legitimidad por pequeña que sea de un manifiesto que nunca debió existir, pues dicho manifiesto en contra de los Astrología si ha de avergonzar a alguien no es a los astrólogos sino a la Ciencia y a los científicos por promover ideas de censura y exclusión social. Ideas que entendemos inaceptables y anacrónicas.



ME DECLARO INDIGNADO Y DECLARO LA REVOLUCIÓN ASTROLÓGICA.

Indignado, me declaro indignado y me adhiero al movimiento de Indignados y a la nueva revolución pacífica que está por venir.

Indignado poe ser astrólogo en un mundo donde serlo es motivo de pérdida de dignidad. Indignado por la hipocresía del mundo de la educación y de la cultura. Indignado con el poder político que decide el modelo cultural y nos aparta como apestados. Indignado ante el estado actual de la Astrología, vendida al mercado y a la vulgaridad. Indignado por ser tratado peor que las prostitutas, peor que los gays, peor que los perros abandonados. Me declaro indignado porque ya estoy mas que harto de sentirme marginado en el mundo cultural y social, harto de tanto desprecio, cansado de tanta burla y menosprecio.

Me declaro indignado total porque ya estoy al límite, cualquier dia de estos me voy a morir y la Astrología seguirá siendo despreciada y apartada de la Sociedad como se apartaba a los leprosos. Harto e indignado de este estado de cosas, mas que harto e indignado de ver como muchos de mis colegas, los mejor formados del colectivo, con títulos universitarios, ocultan su condición de astrólogos como si fueran infectados de Sida.

Reivindico que nos devuelvan a nuestro lugar, el lugar que ocupamos en las Universidades cuando éstas eran verdaderas Universidades y no la mierda de colegios mayores fabricantes de títulos en las que se han transformado estas anquilosadas instituciones.

Reivindico nuestro derecho a disponer de un espacio y de una financiación acorde para poder desarrollar nuestra Ciencia, la Ciencia que era Ciencia antes de que hubieran otras ciencias.

Reitero mi indignación como persona y como astrólogo y solicito adhesión, unión y colaboración para hacer la utopía realidad.

Perdidos ya estamos, ahora vamos a ganar.

Firmado: Un astrólogo, libre e indignado.