«Si la libertad significa algo, es el derecho
a decirle a la gente lo que no quiere oír».
GEORGE ORWELL.
Prefacio inédito a Rebelión en la granja
Dicen que las primeras víctimas que se cobran las guerras son la verdad y la libertad de prensa. Desde hace un año, cuando se volvió común ver a políticos y personajes públicos invocar metáforas bélicas [1] con el fin de aleccionarnos sobre la necesidad de cerrar filas en la lucha contra la pandemia, hemos visto en efecto cómo medios de comunicación de todo perfil ideológico ofrecían una visión monocolor acerca de la crisis sanitaria, ignorando y silenciando voces y opiniones que abogaban por un abordaje diferente, secuestrando así toda posibilidad de un debate público y plural. Ahora, El Salto Diario acaba de desempeñar el papel de censor.
En los últimos meses, el médico José R. Loayssa, la jurista Paz Francés y el historiador Ariel Petruccelli han trabajado en un análisis del primer año de pandemia, desde el punto de vista científico y médico, como el político y social. El resultado ha sido el libro Covid-19. La respuesta autoritaria y la estrategia del miedo. Los autores habían propuesto a El Salto Diario un artículo a modo de resumen de las tesis desarrolladas en el ensayo, y había sido aceptado. Un día antes de su aparición, los responsables de El Salto Diario han decidido no publicarlo. Prueba del volantazo en el último minuto es que el artículo llegó a estar publicado durante unas horas en la web de El Salto, como puede comprobarse en este enlace [2].
El libro publicado es un estudio exhaustivo, de 440 páginas, donde se pasa revista a las cuestiones más discutidas acerca del virus y la enfermedad, examinando decenas de artículos científicos; ofreciendo, además, una lectura en clave política sobre la gestión llevada a cabo por las autoridades. El artículo que los autores propusieron a El Salto Diario, «Covid-19, año uno: balance de una pesadilla autoritaria y de una gestión fracasada», síntesis del libro, ha sido rechazado por el medio arguyendo que:
1. El contenido del artículo no es compatible con la postura de El Salto.
2. Se mezcla análisis científico y opiniones políticas, siendo un formato incompatible con el del medio (¿?).
3. Se podría herir la sensibilidad de miles de personas que han perdido a seres queridos.
4. El artículo contendría «afirmaciones falsas».
En su respuesta a El Salto Diario, los autores proponían que el medio añadiera una nota afirmando no compartir lo expuesto en el artículo; aducían que entre los autores también ha habido pérdidas personales fruto de la pandemia; e instaban a El Salto a explicar cuáles serían esas «afirmaciones falsas» y por qué. En este último punto, aún no ha habido respuesta, y El Salto ha reafirmado su voluntad de no publicar el artículo.
Para quien no lo sepa, durante las primeras semanas de confinamiento, uno de los autores, el médico José R. Loayssa, publicó varios artículos en El Salto críticos con la gestión de la pandemia; y, en octubre, junto al historiador Ariel Petruccelli, escribieron un artículo donde se hacía balance de lo ocurrido hasta entonces: «Covid-19, autoritarismo e izquierda confinada», un texto que se leyó masivamente y que, al parecer, levantó ampollas entre algunos responsables de El Salto, irritando a quienes no sólo no compartían el análisis expuesto, sino que además y sobre todo niegan la posibilidad de un debate abierto, plural y polémico sobre la pandemia.
No debería sorprender que, en general así como en lo que atañe a la crisis del coronavirus, los grandes medios de comunicación secuestren la opinión pública privándola de una discusión libre, llegando incluso a la censura estricta [3]; el viejo adagio «la libertad de prensa es la libertad de los dueños de la prensa» sigue siendo igual de cierto.
Pero que un medio como El Salto Diario, nacido de los movimientos sociales como «contrapoder» y medio de «contrainformación», que está financiado en buena medida por sus socios, lleve a cabo este acto de censura, impidiendo un debate sobre la pandemia tanto más urgente precisamente por la falta de pluralidad de voces que ofrezcan otras perspectivas, amén de resultar desolador, constituye un ataque frontal a la libertad de expresión.
Desde la casa editorial responsable de la publicación del libro se ha considerado necesario hacer públicos estos hechos, y que cada cual pueda formarse su opinión al respecto.
Ediciones El Salmón
9 de mayo de 2021
[2] En otros sitios de internet se ha replicado el artículo, con la paradoja de no figurar los nombres de los autores y quedando, entonces, como un artículo de opinión del propio El Salto (https://towla24.com/opinion-covid-19-ano-uno-balance-de-una-pesadilla-autoritaria-y-de-una-gestion-fracasada-el-salto/).
[3] El filósofo italiano Giorgio Agamben, una de las pocas voces críticas con las autoridades por su gestión de la pandemia, recibió el encargo de Le Monde de escribir un artículo sobre la cuestión, que luego se negaron a publicar.
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