Los incidentes callejeros que comenzaron en la Copa Confederaciones se extenderán a 23 ciudades. El precio de los transportes, mejor educación y hospitales, entre las demandas
Los inicios de las protestas fueron durante la inauguración de la Copa cuando la Fuerza de Choque de la Policía militar intentó dispersar una manifestación de unas 400 personas con gases lacrimógenos y balas de goma.
Aunque no se han agrupado alrededor de un nombre, muchos ya los identifican como los 'Indignados' de Brasil, cuyos activistas convocaron a protestas masivas a través de la plataforma change.org.
Olivia de Castro y Marilia Persoli lanzaron allí un manifiesto en el que piden a la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, que hable públicamente, en nombre de su pasado de luchadora política contra la dictadura, para «garantizar» el derecho de manifestación.
Según ellas no se trata solo de protestar contra el aumento del precio de los transportes públicos. «Es mucho más que eso. Es un movimiento nacional. Estamos en la calle porque queremos otra ciudad y otro Brasil», reza el manifiesto.
«Tenemos la misma edad que cuando usted, presidenta, salió a la calle para defender el Brasil en el que creía. Somos mujeres jóvenes, como usted lo era en el Brasil de los años 70. Nuestra generación está ocupando de nuevo la calle. Estamos con miedo y es increíble que sea su generación la que hoy nos reprime», concluye el documento que corre por las redes sociales.
La semana próxima que se espera que la protesta se extienda a 23 ciudades brasileñas entre ellas Manaus, Natal, Brasilia, Porto Alegre, Belem, Bel Horizonte, São Paulo, Recife y Curitiba.
También habrá protestas en el extranjero en ciudades como Paris, Lisboa, Munich, Berlín, Madrid, Barcelona, México, Buenos Aires, Boston, Chicago, Nueva York, Toronto o Turín.
Los motivos van desde el aumento del precio de los transportes, hasta la exigencia de una mejor educación, mejores hospitales o reducción del gasto en eventos públicos como los deportivos. «Ningún partido nos representa» es la consigna.
El ministro brasileño de Deportes, Aldo Rebelo, consideró que las manifestaciones que se están desarrollando en los últimos días no afectarán el desarrollo de la Copa.
«Creo que la (Copa) Confederaciones se desarrollará sin ninguna relación directa con las manifestaciones que tengan lugar en el país», dijo Rebelo.
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