Siento llevarles la contraria, Señores sindicalistas, Señor Rodriguez Zapatero y Señor profesor de Ética y Moral, allá en mi Instituto de Formación Profesional.
Pero resulta que yo creo que tiene más razón el Señor Aznar que ustedes, efectivamente, como dice el mierdecilla de nuestro ex presidente, yo no quiero trabajar es más, no me gusta. ¿Está prohibido que te guste otra cosa? A mí, como a todo bello animal orgulloso de serlo, lo que de verdad me gusta es tocarme los cojones una hora sí y a la otra también.
Es una gozada, cuando después de un soberano esfuerzo de voluntad consigue uno la cotización suficiente para la Seguridad Social, es una gozada cuando la señorita del INEM te acepta las veinticinco fotocopias de los veinticinco papeles que te pide, y te otorga, ¡al fin!, tu premio de cuatro meses de vacaciones con todos los gastos pagados, que yo, lo que es gastos, tengo pocos.
Cuatro meses están bien, pueden hacerse muchas cosas en dos mil novecientos veintiocho horas todas seguidas, y mías. Pero debería ser como en Holanda y sitios así, que desde que legalmente eres mayor de edad tienes asegurado por parte del Estado un sueldo mínimo, trabajes o no. Eso si que es la ostia. Deberiamos aprender de ellos, ellos si que son Europeos y Modernos.
Una gozada, ya digo, esto de estar cuatro meses enteros así, sin Dios ni Amo (¿Sin Amo...?, bueno todo se andará...).
Y mientras tanto la lucha por la Libertad, la de Verdad, esa de la que no se atreven a hablar en los libros, ese vagar por una extensión sin límites con hambre repentina, con repentinas ganas de mear, buscar comida y orinar contra un árbol, y comer y roncar.
Porque nadie hemos querido llegar a este estatus actual de gilipollas en el que nos encontramos; me consta, nadie hace el ridículo a posta. Porque no me digaís que no os da la risa, que no es como para burlarse de lo de las Hipotecas y los Planes de Pensiones. ¡Hombre por favor! ¿Os parece serio? La vida es otra cosa no esta mierda y esta muerte planificadas. Que conste que vago no lo soy del todo, si hay necesidad o hambre de algo hay que menearse, no hay duda, no siempre hay un árbol con manzanas. ¡Pero hombre!, no es serio, repito, esto de hacer de chapero y gilipollas por huevos.
No me digaís, repito, que no os escojonáis de todo eso de las Hipotecas, los Planes de Pensiones, las vacaciones en Benidorm... ¡Ja! De las pastillas de las farmacias para olvidarlo todo y dormir de un tirón.
Sí señor, una sonora e impertinente carcajada, eso es lo que hace falta. Y punto.
No voy a hacer yo como los psicoanalistas esos (los más afables y comprensivos de entre los perros policias mentales), ¡nada de adaptaciones!, a mi modo de ver, si me gusta mi hermana intento seducirla y ya está, allá ella si no se deja o no se atreve. Y así con todo. Si tengo hambre como si no quiero trabajar no trabajo, y puestos a querer, si quiero ser absolutamente libre, voy y lo soy.
¿No me digaís que esto no es mucho más serio? ¡Y qué se dejen de Pactos Sociales y de ostias!
Pero resulta que yo creo que tiene más razón el Señor Aznar que ustedes, efectivamente, como dice el mierdecilla de nuestro ex presidente, yo no quiero trabajar es más, no me gusta. ¿Está prohibido que te guste otra cosa? A mí, como a todo bello animal orgulloso de serlo, lo que de verdad me gusta es tocarme los cojones una hora sí y a la otra también.
Es una gozada, cuando después de un soberano esfuerzo de voluntad consigue uno la cotización suficiente para la Seguridad Social, es una gozada cuando la señorita del INEM te acepta las veinticinco fotocopias de los veinticinco papeles que te pide, y te otorga, ¡al fin!, tu premio de cuatro meses de vacaciones con todos los gastos pagados, que yo, lo que es gastos, tengo pocos.
Cuatro meses están bien, pueden hacerse muchas cosas en dos mil novecientos veintiocho horas todas seguidas, y mías. Pero debería ser como en Holanda y sitios así, que desde que legalmente eres mayor de edad tienes asegurado por parte del Estado un sueldo mínimo, trabajes o no. Eso si que es la ostia. Deberiamos aprender de ellos, ellos si que son Europeos y Modernos.
Una gozada, ya digo, esto de estar cuatro meses enteros así, sin Dios ni Amo (¿Sin Amo...?, bueno todo se andará...).
Y mientras tanto la lucha por la Libertad, la de Verdad, esa de la que no se atreven a hablar en los libros, ese vagar por una extensión sin límites con hambre repentina, con repentinas ganas de mear, buscar comida y orinar contra un árbol, y comer y roncar.
Porque nadie hemos querido llegar a este estatus actual de gilipollas en el que nos encontramos; me consta, nadie hace el ridículo a posta. Porque no me digaís que no os da la risa, que no es como para burlarse de lo de las Hipotecas y los Planes de Pensiones. ¡Hombre por favor! ¿Os parece serio? La vida es otra cosa no esta mierda y esta muerte planificadas. Que conste que vago no lo soy del todo, si hay necesidad o hambre de algo hay que menearse, no hay duda, no siempre hay un árbol con manzanas. ¡Pero hombre!, no es serio, repito, esto de hacer de chapero y gilipollas por huevos.
No me digaís, repito, que no os escojonáis de todo eso de las Hipotecas, los Planes de Pensiones, las vacaciones en Benidorm... ¡Ja! De las pastillas de las farmacias para olvidarlo todo y dormir de un tirón.
Sí señor, una sonora e impertinente carcajada, eso es lo que hace falta. Y punto.
No voy a hacer yo como los psicoanalistas esos (los más afables y comprensivos de entre los perros policias mentales), ¡nada de adaptaciones!, a mi modo de ver, si me gusta mi hermana intento seducirla y ya está, allá ella si no se deja o no se atreve. Y así con todo. Si tengo hambre como si no quiero trabajar no trabajo, y puestos a querer, si quiero ser absolutamente libre, voy y lo soy.
¿No me digaís que esto no es mucho más serio? ¡Y qué se dejen de Pactos Sociales y de ostias!
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