«Federico el Grande, conversando con su ministro de la Guerra, le preguntó
qué país europeo le parecía más difícil de arruinar. Al ver que el ministro titubeaba,
respondió por él: "Ese país es España, puesto que el Gobierno español hace ya
muchos años que se empeña en arruinarlo y no lo puede conseguir". Diríase que
Federico el Grande pronosticaba el reinado de Fernando VII.»
KARL MARX, La España revolucionaria.
qué país europeo le parecía más difícil de arruinar. Al ver que el ministro titubeaba,
respondió por él: "Ese país es España, puesto que el Gobierno español hace ya
muchos años que se empeña en arruinarlo y no lo puede conseguir". Diríase que
Federico el Grande pronosticaba el reinado de Fernando VII.»
KARL MARX, La España revolucionaria.
Decide actuar él directamente sobre el pueblo español, y a base de elementos reales de su tiempo, los institutos técnicos del radicalismo británico, las enseñanzas de Pestalozzi y Fellenberg, las experiencias de nueva agricultura e incluso, limitadamente, de impulso industrial, concibe una verdadera utopia social: entre Orihuela y Alicante, sobre tierras compradas al Crédito Público, empieza a montar una unidad social diferente, a la vez económica y educativa, cuya finalidad a la larga es la transformación total de España, que la convertiría en tierra de inmigración. Este pensamiento es ya socialista (utópico), es decir que en España y ante las condiciones de la vida nacional, Maclure evoluciona del radicalismo benthamita a las primeras concepciones socialistas, sin ver él tan clara la distinción y sin romper nunca ni con su pasado ni con su futuro.
Pero en las primeras etapas organizativas de su experiencia democrática, demasiado absorto en ella, Maclure se ve sorprendido por la entrada de las tropas francesas [los Cien Mil Hijos de San Luis, en 1823], y el triunfo del despotismo, que le quita las tierras, y le fuerza a salir del país. Doliéndose de la injusticia y crueldad del despotismo, regresa a los Estados Unidos, en donde une sus esfuerzos a la empresa de Robert Owen en New Harmony, Indiana, trasladando a ella su experiencia alicantina. La primera experiencia socialista civil en tierras norteamericanas tiene, así, un precedente español y un modelo alicantino. A traves de Maclure y sus colaboradores la Revolución española de 1820 penetra en la gran corriente del socialismo mundial, como ya lo hizo también a través de las reflexiones bounarrottianas. Con la Revolución de 1820 España influye decididamente en la marcha del mundo, a pesar del carácter de feria universal —frailes, mugre, contrabandistas— que el fracaso de esa misma revolución va a conferirle.
Alberto Gil Novales,
«España exporta la revolución»
de El trienio liberal.
«España exporta la revolución»
de El trienio liberal.
Cuadernos Historia 16, nº 91, 1985.
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