Uno de mis experimentos favoritos fue realizado por un estudiante universitario estadounidense llamado Mark Levin. Levin y sus amigos se dispusieron a comprobar la creencia popular de que si un gato negro se cruza en tu camino te trae mala suerte. Primero les pidieron a sus voluntarios que comprobasen su fortuna mediante un simple juego de ordenador en el que debían adivinar si una moneda caería de cara o de cruz. En el siguiente paso, experimentados entrenadores de gatos se ocupaban de que un gato negro se cruzara en el camino de estas personas mientras caminaban a través de un largo corredor. Finalmente, todos los participantes participaban una vez más en el juego de la moneda para valorar nuevamente su buena fortuna. Después de muchas monedas arrojadas al aire y cruces de gatos, los resultados demostraron que el gato negro no tenía absolutamente ningún efecto. Para asegurarse de que no habían dejado ningún detalle librado al azar, los investigadores repitieron la experiencia con un gato blanco y nuevamente los resultados fueron nulos. Levin finalizó su artículo haciendo notar que los críticos de su experimento pueden afirmar que la mala fortuna relacionada con un gato negro se manifiesta solamente en situaciones de la vida real y no en experimentos realizados con juegos de ordenador, pero refuta la idea diciendo: «Poseo una gata negra, y a pesar de que se cruza en mi camino cientos de veces, no noto ninguna degradación en mis estudios ni en mi vida social».
Richard Wiseman
Rarología.
Rarología.
7 comentarios:
Las supersticiones contadas como una anécdota "científica" no tienen ningún valor. Pero desde el punto de vista antropológico esas creencias son interesantísimas. Pulidas científicamente de cualquier consecuencia que se pudiera extraer de las creencias, la tradición, la ignorancia popular o la inercia conservadora de una sociedad jerárquica, el discurso "científico" ocupa el lugar del discurso religioso. A eso contribuyen esas estupideces aparentemente "desideologizadas".
Salud.
En psicología se habla de un tipo de condicionamiento, el condicionamiento respondiente u operante, que se basa en la llamada «Ley del efecto»: todo respuesta que viene seguida de una consecuencia apremiante tiene mayor probabilidad de repetirse que otra que es castigada. La superstición también tiene ese origen, sí tú haces algo que luego es reforzado por un efecto independiente lo repites, aunque realmente no tenga una relación directa.
Ciencia y religión ocupan campos diferentes y no se deben mezclar. Ni los científicos, como tales, tienen nada que decir sobre cuestiones sociales y morales; ni los religiosos deben meterse a decirnos lo que es el mundo real y natural. Las ideologías de cada uno son de cada uno, y el hecho de ser tal científico o tal clérigo no es garantía de nada.
Hay también experimentos de Skinner (el de los simpson no) que supuestamente hablaban de "palomas supersticiosas". Skinner demostró cómo se le había ido la pinza. Ese "experimento" del que habla la entrada tiene un fallo enorme, y es que tiene muy poca valided externa, es decir, que es de cajón que no es lo mismo el laboratorio, en circunstancia de experimento (sabiéndolo el sujeto) que en la calle, cuando las personas van con el chip de "lo que me está pasando es real", aparte que la gente es reacia a reconocer que es supersticiosa, sobre todo en ámbitos universitarios (y los experimentos de psicología se hacen con los alumnos de 1º XD).
Las supersticiones se deben al establecimiento de nexos causales injustificados entre lo que creemos que es el antecedente (un gato negro que se cruza) y un consecuente (lo que percibimos como "mala suerte", que puede ser cualquier cosa). EL hecho de que existan sesgos al procesar lo que nos pasa (en otras palabras, que vemos lo que en cada momento "toca"), como puede ser el de disponibilidad (ese dia que me rape el pelo vi mucha gente rapada por la calle, normalmente no veo tantos), y el que esos nexos causales se pueden aprender de manera vicaria (vemos que alguien dice lo de la mala suerte al pasar el gato, o lo leemos o algo así), hace que el origen de esas supersticiones tan "universales" sea complejo en cada persona, pero hay otro tipo de supersticiones "mas personal", está relacionado con el pensamiento irracional y mágico... bueno no sigo dando chapa, que a lo mejor rayo a la gente.
Un saludo
(buen blog)
Esto de mirar varios correos... me despisto. El comentario anterior era mío.
El experimento de la entrada como los de B. F. Skinner con las palomas ayudan a comprender una faceta importante del origen de las supersticiones ─aunque nada como fenómeno social─ relacionando erróneamente unas conductas con sus consecuencias. Como dijo Skinner:
«Sí sólo hay una conexión accidental entre la respuesta y la aparición del refuerzo, la conducta se denominará "supersticiosa"...»
Mi experiencia PERSONAL.
El día Martes 4 de noviembre del 2008 andando con mi auto por una avenida costanera de mi tierra en Lima, Perú, al pasar por un bache muy pronunciado, se me avería un neumático, específicamente se daña mi ARO deformándose y dejando escapar todo el aire.
Cambié el neumático sin problemas, pensé en repararlo al día siguiente pero ese tipo de cosas no me suceden tan frecuentemente fué lo que pensé.
Ayer fué Miércoles 5 de noviembre y en horas de la noche aproximadamente a las 8:00pm yo andaba en mi auto acompañado de una señorita y en medio de la pista se me cruza un gato negro!, seguido de un gato blanco...
Cuando se me estaba cruzando el gato negro la señorita me dice: "se le cruzó un gato negro...ahora pues, pero miré: detras viene un gato blanco. Ése le va a limpiar"...
Me causaba risa más que temor y seguí mis cosas de rutina cuando de repente voy nuevamente por la costanera cuidando de no pisar otros baches ya que no tenía llanta de repuesto y cuando iba en una subida que yo sé que es pista nueva piso a fondo el acelerador y a 80 km/h piso no un bache sino una piedra grande que estaba allí en medio de la pista y...se me funde el aro de mi llanta nueva de repuesto!!!
Ahora eran la 1:40 de la madrugada, yo, en medio de la nada, me estaciono a un lado y busco mi celular, no estaba, sin embargo encuentro mi nextel CON LA BATERIA A PUNTO DE CEDER...
Llamé inmediatamente a un amigo mío que es taxista y él ya estaba descansando pero le doy mi posición y llega en poco más de media hora, lleva mi llanta a reparar y me la trae.
Regresando a mi casa recordé: GATO NEGRO...El Accidente, obvio, GATO BLANCO...mi amigo que además me dijo que rara vez deja su nextel encendido por la noche...que tuve SUERTE!!!.
Ahora voy a tener más cuidado cuando un gatito negro se me cruce en mi camino, creo que ese día me meto a mi casa y ya no salgo mas.
P.D. yo adoro a los gatos, tengo 4 gatas esterilizadas en mi hogar pero no tengo gato negro...
Ése es mi humilde testimonio, de la vida REAL.
Muchas veces las desgracias nunca vienen solas, y sin necesidad de ver un gato negro.
¿No sería gafe la señorita?
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