En estos últimos días ha salido a la luz la identidad del supuesto Bigfoot o Yeti americano recientemente capturado y conservado en una nevera. Era un disfraz de gorila, con pies de goma y algunas visceras de ciervo sobre su cuerpo. A los «magufos» les han colado otra...
Resulta que dos montañeros o cazadores del norte del estado de Georgia, aseguraban haber cazado un gran simio bípedo y de más de dos metros de alto, con pelaje rojizo y ojos oscuros. Decían que tenían muestras de ADN y que era macho. Lo tenían conservado entre hielo en el interior de una nevera. Los dos personajes son el policia Matthew Whitton y el ex funcionario de prisiones Rick Dyer, que tienen montado en la zona un negocio vinculado a la busqueda de este ser misterioso, entran en contacto con el «cazador de Bigfoots profesional» Tom Biscardi (el mismo que hace tres años organizaba excursiones en Nuevo Mexico para observar Bigfoots vivos, cobrando de antemano en torno a los 60 dolares por persona), y le entregan muestras de ADN para ser analizadas. El estudio de las muestras dicen que pertenecen a muestras de ADN humano y de zarigüella u opossum.
El animal en cuestión lo da a conocer el criptozoólogo Loren Coleman. En la rueda de prensa del pasado viernes 15 de agosto, los dos estafadores no se presentan y días después (17-18 de agosto) se descongela el cuerpo y se descubre la farsa.
A los «magufos» les han vuelto a engañar... Si el Yeti, Bigfoot, y demás nombres que tengan, son producto de la imaginación y la codicia (por el dinero que traen consigo) humanas. Lo más seguro es que sean un animal verdadero como el oso pardo, de cuyos encuentros fortuitos se han creado testimonios absurdos y exagerados.
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