lunes, 17 de noviembre de 2008

El toro amigo

Aquí os pongo un documental del naturalista Luis Miguel Domínguez de TVE2. Aunque se demuestre que el ganado de lidia, como el cerdo ibérico, vivan en un entorno seminatural y abierto como la dehesa (y no es la única raza bovina autóctona que se cría en las dehesas, tenemos, por ejemplo, la morucha y la retinta), en contraposición a otros animales domésticos estabulados para el consumo humano. Ésto, para mí, no da justificación a que la tortura y muerte de un animal se conviertan en espectáculo público.

2 comentarios:

KRATES dijo...

Leer esta entrevista al ex torero colombiano Álvaro Múnera. de ser matador de toros a defensor de los animales y antitaurino.

KRATES dijo...

Por si no hay mucho interés en leer la entrevista al ex torero colombiano citado anteriormente, aquí os pongo un extracto:

«Defender una tradición cruel, donde la víctima primero es inocente y donde es salvajemente torturada y masacrada, como tradición éticamente es inconcebible. Si así fuera deberíamos haber defendido en su momento como tradición los sacrificios humanos de los pueblos mayas o los aztecas. La manera es ir superando tradiciones bárbaras que hoy en día se ven como negras páginas de la historia; yo estoy seguro que muy pronto la tauromaquia será vista como una negra página de la historia de la humanidad. En algunos países, en un futuro muy cercano la gente se preguntará: ¿cómo es posible que nosotros permitimos divertirse torturando y matando animales?

»El toro no sufre. Esto es una falacia absoluta y total; aparte de cómo se rebrinca cuando le clavan las banderillas y los rejones de castigo o la pica, para entender que el toro sufre como nosotros ─y de hecho la biología y la fisiología lo ha mostrado claramente─, basta saber que el toro tiene un sistema nervioso central que responde a los estímulos del dolor de la misma forma que el nuestro y decir que el toro no sufre, más que una disculpa que ellos inventan es un acto de atrevimiento tal y de ignorancia que raya en lo absurdo y en la estupidez.

»No es cierto que sea una lucha de igual a igual, si así fuera el promedio de toreros muertos debería ser igual al promedio de toros muertos; el torero cuenta con la destreza física, con el uso de la razón, tiene los argumentos mentales para engañar al toro, se le pica para disminuirlo físicamente, el toro simplemente se defiende ante quienes le agreden pero no tiene esa capacidad que es la razón para distinguir claramente qué es el engaño y quién es el que le engaña y por eso los toreros muertos son muy pocos, es un índice insignificante al lado de los toros que se matan cada día en las corridas.

»El animal vive muy bien hasta que llega a la Plaza: ya tendríamos que meternos en comparativas con los demás animales utilizados en la industria alimenticia y yo reconozco que hay mucha tortura o más tortura y crueldad en la crianza de animales de abasto que en la del toro bravo; sin embargo, criar un animal para que su destino final sea la crueldad, la tortura y la muerte, para que la gente pague para ir a ver esto y disfrute con ello y que sea motivo de algarabía y de gozo, me parece que es la práctica más aberrante, inhumana y salvaje que puede tener una sociedad. Jamás podrá ser un argumento que al toro se le cuida muy bien para luego llegar a torturarlo, esto sería algo similar a lo que decía antes, los aztecas y los mayas que escogían a las doncellas más bellas para luego sacrificarlas. No, nunca podrá ser este un argumento válido.»