Para llamar la atención de la gente, se suele recurrir a lo absurdo y lo escabroso. Por denunciar las emisiones de gases invernadero que emiten los aviones se llega hasta la estúpidez absoluta.
Este tipo de mensajes, no sirve más que para crear alarmismo sensacionalista innecesario. A los osos polares, ni les va ni les viene. Un poco más de seriedad... ¡Por favor!
Me repito otra vez: El oso polar no está en peligro de extinción.
Peores están el oso panda, el oso malayo o el oso de anteojos. Y pocos les prestan atención.
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