sábado, 27 de febrero de 2016

El vuelo triste del milano real


Nº 7 - INVIERNO 2013

El milano real, de la mano del frío otoñal, regresa a nuestras tierras para regalar al cielo la belleza del volar. Atrás quedan gélidos paisajes de diezmados bosques, arrancados y quemados, obra de la mano del hombre, de su estupidez y ambición. Aguda vista y horquillado timón del fiel viajero sirven para escudriñar cada rincón que su eficiente vuelo le permite transitar. Su retina, al igual que la de un milano ancestral hace siglos, busca una morada de robusto roble o encinar. Triste… contempla que el hogar de años pasados, el hogar de sus ancestros no puede encontrar. Los densos bosques de encina, roble, enebro y sabinar, su tupido sotobosque de aromas sin igual, fueron roturados para transformarse en pobre pasto de ganado y cultivo de gramíneas sin diversidad. Tierras nacidas para dar morada a cientos de especies que pagan a ésta con generosa ofrenda de fertilidad, se convierten en áridas y monótonas tierras que la erosión puede devorar.

Estéril suelo que la mano torpe del hombre quiere maquillar, saturando de nitratos, químicos y orgánicos, que desequilibran por igual. Nitrato y fósforo que el suelo no puede digerir y tiene que vomitar. Reptando por las escorrentías, disuelto en agua de lluvia estos minerales alcanzan nuestros ríos, contaminando su caudal.

El milano busca ahora su compañera de vuelo nupcial, compañera de muchos años que yace sobre el suelo inmóvil, sin apenas respirar. El veneno asesinó su vuelo, veneno que ya mató a su presa y volverá a matar.

Detiene su vuelo, pericia que pocas aves pueden realizar, y llora sin llanto por los que ya no podrán volar.

Sobre la faz de su tierra un dolor más, arrancará las fuerzas que las distancias surcadas en su vuelo rapaz, nunca le pudieron quitar. Donde años atrás oteaba en vuelo circular fuentes, manantiales y charcas llenas de vida a rebosar; … vida que alimenta vida. Ahora el ojo del milano no contempla más que un triste erial. Acarician sus largas alas, al viento soñador… viento que con mano firme soporta su pesado dolor.

Navegan ave y viento aunando su tesón. Tal vez si vuela tierras arriba descubra quien robó, urdiendo gran herida, la sangre sin color de la madre tierra.

Sueño en su vuelo el anhelo de libertad que tiempo ha el hombre perdió. ¡Libre te quiero!, gritó el poeta. El milano derrama su eco de peña en peña. Sabio sería escuchar el canto del arroyo, el silencio de la tierra, el milagro de la flor. Poseer es verbo, ni realidad ni certeza, tan solo una ilusión. Hombre, bípedo implume que su vuelo perdió, suelta amarras; … aire, agua y tierra… son vida, no especulación.

FERNANDO BENITO

1 comentario:

Anónimo dijo...

Esta hermosa ave me inspiró en tiempos dos greguerías:

El milano lanza la flecha de su cola con el arco de sus alas.

Al ver volar a los milanos se nos enarcan las cejas hasta hacerse iguales a sus alas.

http://crisazama.blogspot.com.es/2013/05/greguerias-naturalistas-i.html

http://crisazama.blogspot.com.es/2013/06/greguerias-naturalistas-ii.html