viernes, 15 de enero de 2016

Manuela Carmena acumula pruebas para anular la privatización de la limpieza en Madrid


El Ayuntamiento considera que los contratos firmados por Ana Botella con las contratistas se hicieron para ahorrar a base de «recortes» sin «atender a las necesidades de limpieza». Analizan que la falta de plantilla obligatoria, la falta de medios para evaluar la calidad del servicio y el desequilibrio entre barrios derivan en que la ciudad esté sucia. «La prioridad es que haya mas recursos, sobre todo humanos», explican en el Área de Medio Ambiente.

14 enero 2016

El propio Ayuntamiento lo admite: «Sabemos que Madrid está sucio», ha expresado este jueves la delegada de Medio Ambiente, Inés Sabanés. El Gobierno local de Manuela Carmena (Ahora Madrid) asegura que ha detectado una serie de «negligencias» en los contratos de limpieza de la ciudad que hacen muy complicado que la urbe se adecente. Está acumulando argumentos contra la privatización llevada a cabo por el equipo de Ana Botella (PP). Regresa la idea de que los contratos se resuelvan y se remunicipalice el servicio.

Lo que viene a decir ahora es que la adjudicación se pensó para ahorrar dinero a base de recortes «sin atender a las necesidades de la limpieza». El compromiso firmado por la ciudad es abonar unos 240 millones al año a cuatro contratistas hasta 2021 (Ferrovial, Sacyr y OHL y Obrascón). La base de todo está en el esquema de pago y exigencias a las empresas adjudicatarias: los contratos no incluían un número de operarios. El 80% del precio que paga la ciudad es fija. El resto es variable en v irtud de los famosos «68 indicadores» de calidad. La lógica aplicada era que para cobrar ese dinero, las contratistas se esforzarían por sacar buena nota y llevarse la cantidad máxima.

Sin embargo, la realidad ha quebrado ese principio. El Ayuntamiento explica que para controlar exhaustivamente la batería de indicadores sería preciso doblar la plantilla de inspectores municipales. «Es imposible», cuentan, por las restricciones en la contratación pública que llegan desde el Ministerio de Hacienda. De los 155 actuales habría que sobrepasar los 300. Así que esa fórmula para incentivar la calidad se queda coja. El área de Medio Ambiente calcula que los descuentos por falta de limpieza a las empresas han llegado a los 15 millones de euros hasta ahora.

Diferencias entre barrios

La empresas no estaban, pues, obligadas a una plantilla mínima. Y la inspección de su trabajo no alcanzaba para evaluar al completo el estado de Madrid. El Ayuntamiento se queja ahora de que, además, al dibujar el servicio de limpieza, el actual régimen asigna recursos económicos de manera muy desigual según los zonas de la capital. El más dotado, por características especiales, es el que comprende los barrios céntricos: 73,99 euros por persona. Le sigue el lote de los barrios de Salamanca, Arganzuela, Retiro... con 52 euros. Los lotes menos dotados incluyen las zonas sureñas de Vallecas, Moratalaz, Carabanchel, Usera o Villaverde con entre 36 y 39 euros por habitante y año. El mismo esquema se repite en cuanto a la valoración de los metros por limpiar.

El dinero que Madrid dedica a la limpieza de sus calles ha ido cayendo sostenidamente desde 2009. En 2011 eran 206 millones, en 2015: 153. Sabanés considera que «lo prioritario es recuperar recursos, sobre todo humanos, para cubrir las necesidades de limpieza de la ciudad». Las empresas ya han reconocido que el «servicio es malo». Pero también han insistido en que «son contratos deficitarios» y el Ayuntamiento «lo sabe».

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