El pasado año el Consejo de Seguridad Nuclear informó de 39 incidentes en las plantas frente a los 22 de 2016.
EL SALTO
11 enero 2018
Los sucesos en las centrales nucleares españolas notificados por el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) relativos a la seguridad se duplicaron en 2017 en comparación con el año anterior. Mientras que en 2016 las diferentes plantas sufrieron un total de 22, en 2017 esta cifra aumentó a 39, según los datos que se desprenden del informe Sucesos en centrales nucleares españolas enero-septiembre 2017 y de los anuncios que el propio CSN realizó en los meses de octubre a diciembre.
Todos los sucesos notificados en 2017 fueron de nivel 0 —«sin significación para la seguridad»— según la Escala Internacional de Sucesos Nucleares y Radiológicos (INES, por sus siglas en inglés), salvo uno de nivel 1 —anomalía— acaecido en la central nuclear valenciana de Cofrentes el 31 de octubre.
La planta valenciana sufrió una parada no programada para inspeccionar las líneas y las válvulas del lazo A del sistema de agua de alimentación. Esto se produjo al observar, en el arranque tras la parada de recarga que realizó el mes anterior, «un desequilibrio de caudales de agua entre el lazo A y el lazo B del sistema de agua de alimentación que aporta agua a la vasija del reactor para producir el vapor necesario para mover la turbina», según señalaron desde el organismo, un hecho provocado por «la rotura de una de las válvulas del sistema de refrigeración», según apuntan desde Ecologistas en Acción. El fallo, que inicialmente fue calificado de nivel 0, fue reclasificado a nivel 1 mes y medio después de producirse.
La nota positiva del balance anual es que el año pasado se cerró con un incidente menos de nivel 1 que en el 2016, cuando se registraron dos fallos de este calibre. Las plantas que más sucesos totales han presentado han sido Cofrentes y Ascó I, con nueve eventos cada una.
Problemas en Cofrentes
El del pasado 31 de octubre no ha sido el último suceso de la central nuclear valenciana, ya que Cofrentes ha vuelto a dar quebraderos de cabeza a Iberdrola y al CSN, y ha puesto en pie de guerra a los ecologistas con una nueva avería acaecida este 5 de enero. El fallo, calificado de «parada programada para realizar actividades de mantenimiento en el sistema hidráulico de accionamiento de barras de control» por Iberdrola, propietaria de la planta, fue causado por «una fuga de los accionadores hidráulicos de las barras de control, fundamentales para el control de la reacción nuclear», según Ecologistas en Acción.
Desde el colectivo remarcan la gravedad de la nueva parada, realizada solo 25 después de que se volviera a poner en marcha la central tras dos meses de reparaciones por el suceso anterior. Asimismo, Ecologistas remarca que «los operadores de la central calificaron de 'programada' esta nueva parada para disimular la gravedad del problema» y apuntan a «malas prácticas» durante la recarga.
En concreto, señalan que las fugas en el sistema hidráulico de los accionadores de las barras de control, un sistema cuya función es «introducir dentro del núcleo del reactor los componentes necesarios para frenar, o parar si fuese necesario, la reacción nuclear», se produjeron por «no apretar correctamente los tornillos de cierre de los accionadores durante la anterior parada para recarga». Estos hechos muestran para el colectivo «un erróneo control de calidad en las operaciones que se realizan en Cofrentes».
Tanto la organización ecologista como el Movimiento Ibérico Antinuclear y la plataforma Tanquem Cofrents exigen la publicación de los detalles de la avería, un suceso que para las organizaciones medioambientales demuestra el deterioro y envejecimiento de las instalaciones, así como su cierre definitivo en 2021, año en que finaliza la concesión de explotación.
Pablo Rivas
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