domingo, 4 de marzo de 2018

Dos animales peligrosos


EVOLUCIÓN Y AMBIENTE
14 febrero 2018

El ser humano contra el tiburón, ¿quién mata a quién?

El número de tiburones que mueren por la actividad humana directa (principalmente por la pesca y el turismo), según un reporte estadístico de la Universidad de Halifax, promedia 100 millones de ejemplares cada año. Por supuesto, se cuentan en este grupo a docenas de especies de escualos y no sólo a las grandes y más peligrosas como el tiburón blanco (Carcharodon carcharias).

Por otro lado, el promedio anual de personas que mueren por causa de un ataque de tiburón es de seis. El mapa que se ve aquí abajo ilustra los casos fatales durante 2014. Siete puntos verdes para identificar a las víctimas humanas, la mayoría de las cuales fueron atacadas en las costas de Australia; los puntos rojos representan, de forma simbólica, los tiburones muertos. Los tiburones son pescados por sus aletas, ingrediente principal de la sopa de aleta de tiburón, considerada una delicia lujosa en las celebraciones de banquetes y bodas a lo largo de China, Tailandia y Vietnam.


En 2015 se registró una marca de ataques de tiburón: 98 incidentes, de los cuales 6 fueron fatales. Esto se debió, dicen, al fenómeno de El Niño, que produjo aguas más cálidas en el Pacífico y un repunte de la economía en varios países que llevó a más vacacionistas a las playas. Esto no debe alarmar a nadie: Hubo, por ejemplo, más accidentes fatales de tránsito en 2015 que en 1950, pero los automóviles no son más peligrosos hoy en día.

Que un tiburón mate a una persona es tan poco frecuente que hay centenares de animales estadísticamente más peligrosos: las hormigas matan a más de 50 personas al año sólo en África; las vacas matan a alrededor de 20 y los perros a 30 sólo en Estados Unidos; mientras tanto, los hipopótamos matan a casi 3.000 personas al año en África. Todos estos números se empequeñecen ante la cifra de personas que mueren por causa de picaduras de insecto: 820 mil al año, casi todos por casos de malaria.

La caza de varias especies de tiburón es ilegal en gran parte del mundo y la popularidad de la sopa de aleta de tiburón está disminuyendo en China. Se espera, entonces, que la pesca sistemática de tiburón se reduzca hasta el punto de la sostenibilidad. Por lo pronto, se han comenzado a usar productos de imitación que replican la textura y el sabor de la sopa.

IIEH

1 comentario:

Loam dijo...

Una especie, la nuestra, capaz de enviar al espacio sofisticados cohetes con mensajes de paz (por si alguna otra especie inteligente tuviera la mala suerte de contactar con nosotros). Los mismos cohetes que, aquí en la Tierra, utilizamos para machacarnos sin piedad. Visto lo visto, parece ser que lo primero que se extinguió fue la sensatez.

Salud