Cuando vamos por nuestros campos —aunque en estos últimos años, sean más raros de ver nuestros pequeños vertebrados como los anfibios y reptiles— y nos acercamos a un muro de piedra o a una charca, las lagartijas huyen a esconderse entre las grietas o las ranas saltan zambulléndose en el fondo, respectivamente. En nuestra rica herpetofauna ibérica (más de cincuenta especies de reptiles) tenemos algunos endemismos. Uno de ellos es el lagarto verdinegro (Lacerta schreiberi), especie amante de zonas humedas que se la encuentra en los bosques y orillas de los cursos fluviales de la cornisa cantábrica y el oeste penínsular, incluido algunos puntos del interior. Este saurio que no supera los treinta centímetros de longitud (de los que 11 o 12 corresponden a la cabeza-cuerpo), tiene un comportamiento exclusivo e inusual entre los demás lagartos, no duda en lanzarse al agua en caso de peligro.
Miembros de la Asociación Herpetológica Española que llevan estudiando a estos animales en los Montes de Toledo, pudieron observar, en el Parque Nacional de Cabañeros, a una hembra de este reptil que tras detectar la presencia de los investigadores se arrojaba automáticamente a un arroyo, donde permaneció sumergida bajo una piedra durante unos diez minutos (exactamente 9 minutos y 53 segundos). Siendo esta la primera vez que se calculaba el tiempo bajo el agua, y sorprendió lo que duraba, al cabo de ese tiempo emergió con movimientos lentos.
Yo había oído hablar de otros lagartos tropicales que se meten en el agua, pero no tenía ni idea de esta especie de nuestra Península Ibérica.
1 comentario:
Interesante noticia! No tenía ni idea!
No me extraña que saliera con movimientos lentos, con lo fresquita que estará el agua ^^
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