lunes, 15 de noviembre de 2010

Ramón Acín, anarquista y artista de vanguardia

[Y ya que hablamos de arte y anarquía habría que recordar a ilustres cenetistas que lucharon por la experimentación y la libertad en el arte en las filas de los movimientos de vanguardias. Uno de ellos fue el pintor y escultor oscense Ramón Acín, militante de CNT. El ejemplo de Acín -no fue el único, como en breve comprobaréis- demuestra que el anarquismo tomó parte en las vanguardias artísticas a pesar de que a finales del siglo XIX la tendencia era a adherirse a la estética del realismo social -que al final acabó siendo la estética oficial del estalinismo-.]

Biografía


Extraída de Wikipedia

Ramón Arsenio Acín Aquilué (Huesca (España), 30 de agosto de 1888 - Huesca, 6 de agosto de 1936) fue un pintor, escultor, anarquista y periodista español.

Ramón Acín Aquilué era hijo de Santos Acín Mulier, ingeniero agrimensor, y María Aquilué Royán. Ramón fue el benjamín de la familia y tenía dos hermanos: Santos y Enriqueta.

Desde muy temprano fue aficionado a la pintura y con apenas diez años recibe clases de dibujo del pintor oscense Félix Lafuente. A los doce años ingresa en el Instituto de Segunda Enseñanza de Huesca donde realiza sus estudios. En 1907 se matricula en Ciencias Químicas en la Facultad de Ciencias de Zaragoza.

A finales de 1908 abandona la carrera de Ciencias Químicas y regresa a Huesca. En 1909 tiene que incorporarse a filas pero se libra del servicio militar por ser hijo de padres sexagenarios. Este mismo año marcha a Madrid para hacer oposiciones de delineante de Obras Públicas, no logra superarlas y retorna a su ciudad donde vuelve a tomar clases de dibujo en la academia particular del pintor Anselmo Gascón de Gotor.

"Autorretrato con Boina"

Ramón Acín decide dedicarse exclusivamente al dibujo y a la pintura y es en agosto de 1910 cuando El Diario de Avisos de Zaragoza publica sus primeras ilustraciones en prensa. En agosto de 1911 ilustra la portada del programa de las fiestas de San Lorenzo en Huesca y a finales de este mismo año un dibujo suyo ocupará la portada de la revista humorística madrileña Don Pepito.

En enero de 1912, coincidiendo con la remodelación de El Diario de Huesca, dirigido a partir de ahora por Luis López Allué, se hace cargo de la sección de Notas humorísticas, donde firma con el seudónimo "fray Acín". Durante este año también colabora con otros periódicos más progresistas donde publica viñetas políticamente más comprometidas (El Pueblo, Vida Socialista,...)

En julio de 1913 se instala en Barcelona, a instancias de su amigo Ángel Samblancat, para fundar el periódico semanal La Ira (Órgano de expresión del asco y de la cólera del pueblo), en cuyo primer número publica una viñeta y la que será su primera colaboración escrita en prensa titulada Id vosotros, agresivo escrito contra la guerra con Marruecos. Para el segundo número escribe No riáis, una dura crítica hacia los representantes de la Iglesia. Con motivo de este segundo número son encarcelados los redactores de La Ira y clausurado el periódico.

A finales de 1913 la Diputación de Huesca acuerda conceder a Ramón Acín una pensión para ampliar sus estudios artísticos. Gracias a esta pensión Ramón alternará su residencia, durante 1914 y 1915, entre Madrid, Toledo y Granada.

En enero de 1916 Ramón Acín ocupa la plaza de profesor especial interino de Dibujo de las Escuelas Normales de Maestros y Maestras de Huesca. En octubre de este año marcha a Madrid a preparar oposiciones para su plaza. Durante su estancia en Madrid residirá en un torreón de la calle Velázquez, torreón que años más tarde ocupará Ramón Gómez de la Serna.

En mayo de 1917 aprueba las oposiciones y consigue la plaza de profesor numerario de Dibujo de las Normales de Huesca. El 28 de mayo regresa a Huesca, donde su padre, que está muy enfermo, fallece al día siguiente.

En febrero de 1919, junto con otros compañeros de la Agrupación Libre de Huesca, funda la revista decenal Floreal, que se publicará hasta 1920. Asimismo desde finales de 1919 hasta 1922 Acín colabora con el semanario sindicalista leridano Lucha social, dirigido por su amigo Joaquín Maurín.

En diciembre de 1919 se celebra en Madrid el II Congreso de la CNT, al que acude Acín como delegado sindical del Altoaragón.

En el verano de 1920, junto con Maurín y Andrés Nin, desarrolla una intensa campaña de propaganda y organización sindical por los pueblos leridanos y oscenses.

El 29 de junio de 1921, en el Teatro Principal de Huesca, imparte una conferencia en la que proyecta 32 dibujos suyos realizados en cristal y alusivos a cómo serán las corridas de toros en 1970.

En 1922 hace su primer relieve en barro, se trata de un busto de Luis López Allué que años más tarde, en 1928, se fundirá en bronce y formará parte del monumento instalado en el parque de Buenavista de Zaragoza.

El 22 de diciembre de 1922 fallece su madre. Días más tarde, el 6 de enero de 1923, contrae matrimonio con Conchita Monrás. En abril de este año publica su libro Las corridas de toros en 1970 y el 15 de octubre nace su primera hija, Katia.

El 11 de abril de 1924 publica en El Diario de Huesca el artículo titulado Por estética y por humanidad, en el que reclama el indulto para su amigo Juan Bautista Acher "Shum", escritor y dibujante condenado a muerte por la dictadura de Primo de Rivera. Con motivo de este artículo Ramón Acín será encarcelado unos días. Este mismo año, por encargo del Ayuntamiento de Huesca, trabaja en un proyecto escultórico para la Fosa Común, monumento que nunca llegaría a erigirse y que en el 2007, parte de él, está colocado en la tumba de Acín.

En mayo de 1925 se inaugura en Huesca un monumento dedicado al geólogo Lucas Mallada realizado por Acín. El 23 de julio de este año nace su segunda hija, Sol.

De junio a septiembre de 1926 viaja a París donde contacta con las vanguardias artísticas.

En mayo de 1927 Ramón Gómez de la Serna da una conferencia en Huesca bajo el título Goya y el Manzanares y en la que Ramón Acín, además del cartel anunciador, hace la presentación del orador.

En 1928 realiza la escultura Fuente de Las Pajaritas instalada en el parque de Huesca.

En diciembre de 1929 Ramón Acín expone por primera vez su obra en las Galerías Dalmau de Barcelona. Unos meses después, en mayo de 1930, volverá a exponer en el Rincón de Goya de Zaragoza.

El 12 de diciembre de 1930 se produce la sublevación de Jaca. Ésta fracasa y Ramón Acín, que está involucrado, tiene que exiliarse a Francia. Con el advenimiento de la II República regresa a España y ocupa de nuevo su cátedra en la Normal de Maestros de Huesca.

En junio de 1931 asiste en Madrid al III Congreso de la CNT y aprovecha la ocasión para exponer sus obras en el Ateneo.

En junio de 1932 expone en el Círculo Oscense, provocando cierto desconcierto entre sus paisanos que por vez primera contemplan su obra. En diciembre de este año obtiene, junto a numerosos oscenses, el premio gordo de la lotería de Navidad. Con parte de ese premio financiará al año siguiente la película de Luis Buñuel Las Hurdes, tierra sin pan.

En 1933 es encarcelado en varias ocasiones por su actividad revolucionaria.

En julio de 1935 participa en la celebración en Huesca del II Congreso de la Técnica de la Imprenta en la Escuela.

El 11 de junio de 1936 muere su hermana Enriqueta y con este motivo Acín publica en prensa un emotivo artículo.

En la noche del 18 de julio de 1936 una multitud de oscenses se dirige al gobierno civil en demanda de armas para hacer frente a la sublevación militar, el gobernador de Huesca se entrevista con Acín y otros líderes antifascistas asegurándoles que todo está bajo control. Al día siguiente Huesca es tomada por los rebeldes. Acín se oculta en su domicilio hasta que el 6 de agosto, al oír como maltratan a su esposa, sale de su escondite voluntariamente y se entrega. Ese mismo día será fusilado en las tapias del cementerio de Huesca.

Su esposa Conchita Monrás será asesinada, diecisiete días después, junto a un centenar de republicanos oscenses.

Desde los años 90, el Ateneo libertario de la ciudad oscense lleva su nombre.

En el año 2005, la CNT de Huesca le homenajea, durante el cual se inaugura una placa conmemorativa en su domicilio.

"Autorretrato" de 1918

* * *

Una trayectoria artística interrumpida


Por Concha Lomba Serrano, Universidad de Zaragoza. Extraído de www.almendron.com

Cuando en 1936 Ramón Acín fue asesinado, se cernió un tupido mutismo sobre él. Conchita Monrás, su esposa y compañera infatigable, también fue fusilada y sus hijas, Katia y Sol, eran demasiado pequeñas para poder mantener viva su memoria. Los restantes familiares no tuvieron otra opción que permanecer en silencio, hacerse cargo de las niñas y guardar las pertenencias que lograron salvar; conservaron para la posteridad algunas obras, no todas, que tardarían años en ver la luz pública.

Eso ocurrió a partir de 1982, fecha en la cual la Diputación oscense organizó su primera exposición; una muestra que se repitió en 1988 bajo la dirección de Manuel García Guatas y en la que se incluyeron casi trescientas obras(1). Entre tanto, Miguel Bandrés exhumó las ilustraciones y textos que Acín fue publicando a lo largo de su vida(2).

Merced a todo ello la producción artística de Acín traspasó los umbrales del territorio que le vio nacer y fue difundida por la historiografía artística española, a través de publicaciones como las de Juan Manuel Bonet, Gonzalo Borrás, Valeriano Bozal, Jaime Brihuega, Manuel García Guatas, Concha Lomba, Manuel Pérez Lizano, Federico Torralba, Ana Vázquez de Parga o Mercè lbarz, entre otros; a la par, Sonya Torres publicó su monografía(3). Ramón Acín comenzaba a ocupar el lugar que le correspondía.

"Veleros"

A esta amplia difusión contribuyó otro aspecto digno de mención: la adquisición, por parte del Gobierno aragonés, de un amplio conjunto de sus obras, a las que en 1995 se añadieron casi un millar de dibujos donados por Katia y Sol Acín. Un desinteresado legado que permitió ampliar los conocimientos sobre la atractiva y singular personalidad de Acín y que propició una nueva exposición en 2003 bajo la dirección de quien suscribe estas líneas. Mientras se está ultimando un laborioso DVD, dirigido por Emilio Casanova, y la revista Trébede le dedica este número monográfico.

La creación artística: entre el compromiso político y la vanguardia

Este título podría sintetizar la esencia de la producción artística de Acín. Me refiero a ese amplísimo conjunto de dibujos, ilustraciones, carteles, pinturas, esculturas y grabados que llevó a cabo mientras impartía sus clases, ejercía como sindicalista y también como agitador cultural; poseía, es bien sabido, una capacidad de trabajo sorprendente y un talante afable y decidido que le granjearon grandes y sólidas amistades.

El conjunto de su obra, sin embargo, provoca cierta desazón entre los historiadores del arte, no sólo por la diversidad de corrientes artísticas ensayadas en un breve periodo de tiempo, el que media entre 1926 y 1936, sino también por su decidida voluntad de supeditar su creación a ciertas premisas derivadas de su compromiso político; un compromiso que Acín asumió muy tempranamente, desde que en 1913 fundó La Ira con su amigo Ángel Samblancat, y que concluyó sólo en el momento en que fue fusilado. El propio Acín lo explicó cuando en 1931 expuso en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, diciendo:

«Expongo unas chapas de metales baratos animadas por sencillos dobleces y expongo unos cartones de embalar ligeramente coloreados y encuadrados -como dijo un amigo- con varetas de baulero. Poca cosa todo, pero no es el material sino el espiritual, como diría Unamuno...

"Visión"

De vuelta de la emigración en París, presento en el Ateneo -¿dónde mejor?- la obra que hice y en espera de la que haré no sé cómo ni cuándo, porque más que ser artista, en estos momentos altamente humanos, importa ser grano de arena que se sume al simoun que todo lo barrerá.

No he venido a Madrid para exponer: no merecía la molestia y los cuartos que ello supone. Como delegado del Congreso de la Confederación Nacional del Trabajo, he venido representando a los Sindicatos del Alto Aragón. Con mi billete de delegado, junto al pijama y el cepillo de dientes, he facturado estas cosas de arte semiburgués...»

La consecuencia de tales planteamientos, que a mi juicio fue madurando en pleno apogeo de su actividad creadora, fue su consabida predilección por el uso de materiales pobres (papeles reaprovechados, cartones, chapas de metales baratos...), formatos pequeños, una decidida voluntad de reivindicar el trabajo manual y de procurar el placer estético entre amplias capas sociales... Se trata de una serie de premisas que traen a nuestra memoria algunas propuestas formuladas en Europa tiempo atrás, y que tanto eco tuvieron entre las revistas políticas españolas del primer cuarto de siglo; sólo que Acín las actualizó, al compás de los nuevos tiempos y de las novedades estéticas que la vanguardia de los años veinte y treinta introdujo.

Porque Acín, y este es otro de los factores a tener en cuenta para comprender su producción, era una persona cultivada. De sobra es conocido su amplio bagaje cultural, su interés por distintas manifestaciones artísticas -desde las renacentistas hasta las orientales-, su afición por las artes tradicionales y, naturalmente, su conocimiento sobre las vanguardias. No hay que olvidar que ya en 1913, merced a la beca que le concedió la Diputación de Huesca, realizó un amplio periplo por distintas ciudades españolas (Granada, Toledo, Barcelona y Madrid); que en 1915 y 1917 residió en la capital española y conoció a los artistas más avanzados de por aquel entonces: desde Ramón Gómez de la Serna hasta Buñuel; que en 1926 y por motivos bien diferentes se trasladó a París, ciudad en la que convivió con Ismael González de la Serna, uno de los mejores representantes de la escuela española afincada en París; que en 1931 volvió a la capital de las artes, cuando triunfaban gentes como Gargallo o González; y que sus viajes durante estos años a Barcelona y Madrid fueron continuos. En consecuencia, supo del modernismo, del llamado "arte nuevo", del "retorno al orden", del surrealismo y, naturalmente, de las novedades que, con gran acierto, habían ensayado Pablo Picasso y los restantes artistas citados.

Ingente producción


Con tan amplio bagaje, Acín practicó diferentes lenguajes artísticos en un escaso periodo de tiempo y nos legó una ingente producción, en la que sus dibujos constituyen una parte esencial. Algunos son de grandes dimensiones, otros son sencillos apuntes en libretas de papel; Acín dibujaba constantemente, era una forma de fijar sus ideas, las muchas ideas que iba anotando y que, en algunos casos, no llegó a desarrollar (lienzos, escultura monumental, proyectos arquitectónicos...). En todos ellos, sin embargo, se percibe la misma constante: el empleo de la línea, del trazo, para definir a sus personajes, sin más aditamentos; son, en general, obras sintéticas, con apenas algunos toques de color, que recuerdan, con las debidas reservas impuestas por el tiempo y el talante artístico, a un gran genio del arte universal: Leonardo.

"Marina fantástica"

A través de ellos podríamos trazar un sucinto análisis de su trayectoria, que comenzó a una muy temprana edad. Con catorce años, es decir en 1902, empezó a dibujar y pintar; de esa fecha datan ya algunas obras como Niño a la entrada de Zaragoza(4). Como se supondrá apenas había iniciado su formación artística, que se vio interrumpida al matricularse en la Universidad de Zaragoza para cursar la licenciatura de Ciencias Químicas. No la acabó y tras una corta estancia en Madrid, algunos meses de 1910, a comienzos del año siguiente regresó a Huesca y se inscribió en la Academia de Dibujo que tenía instalada el pintor Félix Lafuente quien se convirtió, en palabras del propio Acín, en su maestro. De esas fechas datan ya sus primeras incursiones como dibujante e ilustrador, sus primeros trabajos en la prensa madrileña, colaboraciones que en 1912 prosiguió para el Diario de Huesca; comenzaba una fecunda relación que se mantuvo a lo largo de toda su existencia.

Sus obras de aquellos años tienen un perfecto acomodo entre el regionalismo propiciado por la ideología regeneracionista aragonesa, de manera que tanto los personajes como los parajes urbanos y naturales oscenses constituyeron sus principales fuentes de inspiración(5). Cocina de Loarre de 1908, Haciendo chorizos o Calle con veladores son algunas de las obras más notables de esta etapa formativa, durante la cual también recurrió frecuentemente a los estilemas modernistas, sobre todo para idear algunos carteles y bocetos para decoraciones teatrales.


"Alegoría de las ciencias y la medicina"

Tras su periplo por tierras españolas, Acín se adentra en una nueva época. Granada vista desde el Generalife, un lienzo de grandes dimensiones fechado en 1915, marca el final de su formación y el inicio de su actividad profesional.

En 1916 obtuvo una plaza de profesor de dibujo en la escuela Normal de Huesca y comenzó una incesante actividad artística y de agitación cultural. A finales de este año se trasladó de nuevo a Madrid, ciudad en la que ocupó una vivienda que después González de la Serna convertiría en famosa; entabló relaciones con artistas avanzados, entre ellos Bagaría y Castelao, quien también colaboraba con el diario El Sol, dos dibujantes y caricaturistas que, sin duda, le influyeron en sus ilustraciones. Publicó Las corridas de toros en 1970. Estudio para una película cómica, participó como conferenciante en la Exposición regional celebrada en Zaragoza en 1921, y al año siguiente contrajo matrimonio con Conchita Monrás, una figura esencial en su trayectoria vital y artística.

Durante todo este tiempo, el ideario regionalista reaparecerá una y otra vez, sólo que variando el lenguaje artístico empleado. Sus pinturas, sin embargo, no abundan, no debe disponer de tiempo para ello; lo que no obsta para que nos haya legado algunas dignas de mención como esa Alegoría del baile que yo fecharía hacia 1916, o su Feria de Ayerbe datada entre 1918 y 1922. Ambas mantienen en común su alejamiento del academicismo más en boga, sus pinceladas cada vez más empastadas, los trazos enérgicos y un cierto carácter expresionista.

Inmerso en semejantes novedades parecía lógico que su pintura desembocarse en el arte nuevo, esa corriente que estalló en 1925 con motivo de la celebración de la Exposición de la Sociedad de Artistas Ibéricos en Madrid(6), y luego en los lenguajes de vanguardia; así ocurrió. Desde mediados de los años veinte Acín se embarcó en una aventura artística que propiciaría su inclusión entre los artistas más novedosos del momento; desplegó un amplio abanico de nuevos códigos estéticos que oscilaron entre los realismos de nuevo cuño, una serie de propuestas postcubistas, algunos estilemas futuristas, los postulados clasicistas que retomó Picasso y ese magicismo que lo entronca con el surrealismo. Celebró, además, sus exposiciones más significativas, y se adentró en la escultura. He citado un amplísimo elenco de novedades estéticas, algunas de las cuales concebidas como meros ensayos, sin más repercusión, mientras, que otras abrieron líneas de trabajo más duraderas. Con todo, Acín gozaba de una gracia creativa que ya no le abandonará.

El inicio de semejante eclosión se sitúa en el momento en que pintó La feria, en la que conjuga claramente su manifiesta modernidad artística y su querencia por la sociedad altoaragonesa. Ambas premisas se convertirán en una constante durante los años restantes, en los que se pusieron de manifiesto también novedades técnicas.

"Paraíso"

Entre las experiencias de corta duración hay que señalar algunas composiciones cubistas y postcubistas, como las tituladas Cristal, que yo fecharía en 1929, Bodegón con frutero y cuchillo sobre una mesa o Fraile, de hacia 1926-27. Y ciertos ensayos relacionados con el arte negro, que tanta difusión alcanzó por estas fechas; Bañista podría ser un elocuente ejemplo de esta tendencia.

La alegría de vivir


Mayor vigencia tuvo otra forma de expresión experimentada entre 1928 y 1930, una cronología establecida por Manuel García Guatas. Me refiero a un núcleo de obras que ya resalté en su momento y que vinculan al artista con ese renacimiento clasicista que también se observa en algunos artistas españoles, como el propio Pablo Picasso. Son óleos, en general sobre cartón, que muestran la alegría de vivir a través de desnudos en distintas posiciones.

Por las mismas fechas pintó otro conjunto de óleos definidos a base de un lenguaje entre mágico y surreal que enlazan, igualmente, con la vanguardia más avanzada de la España prerrepublicana. Muestran parciales imágenes ilusorias sobre fondos irreales, a veces fantásticos y otros casi estructurales, que parecen aludir, en mi opinión, a sus deseos de paz y libertad; de una vida más apacible que, por el momento, en España no se podía disfrutar.

Y por si ello no fuera suficiente, en 1928 comenzó sus investigaciones con chapa de hierro y aluminio, recortadas y dobladas, para concebir un nuevo tipo de esculturas, que han sido ampliamente destacadas por la historiografía española; una opinión que comparto. Las más conocidas son El agarrotado o Las Pajaritos, pero igualmente significativas son El crucificado, Bañista, Eva después o Bailarina, fechadas entre 1929 y 1930. Todas ellas parece que fueron compuestas como si de recortables se tratase; incluso sus emblemáticas Pajaritas se vinculan con la papiroflexia, con esos juegos infantiles que construía para sus hijas, al igual que harían otros grandes artistas como Alberti o García Lorca.

"Composición fantástica"

Y la mayoría de ellas fueron expuestas en las distintas exposiciones que presentó desde finales de los años veinte. Las más significadas fueron, sin duda, las individuales que celebró en 1929 en la sala Dalmau de Barcelona, en la que exhibió cuarenta piezas que obtuvieron un éxito más que notable y una significada repercusión en la prensa catalana y aragonesa. Medio año después presentó setenta obras en el recién construido Rincón de Goya de Zaragoza, que le valió críticas muy elogiosas y otras, las de los Hermanos Albareda por ejemplo, especialmente duras y agrias; lo cierto es que provocó una tensa polémica entre los defensores y detractores de las vanguardias en Aragón. En 1931, tras la proclamación de la II República, se presentó en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, logrando una gran difusión y el reconocimiento por parte de la crítica más avanzada. Al año siguiente expuso, por fin, en su ciudad natal, en las salas de Círculo oscense, y, como se supondrá, la cobertura de prensa fue espectacular; sin embargo, las opiniones sobre su trabajo fueron ambiguas; de su lectura se infiere que Acín era un personaje querido, pero que sus creaciones no fueron entendidas ni valoradas.

Ahora bien, ni el éxito de las exposiciones celebradas en Barcelona y Madrid, ni el teórico fracaso de la oscense lograron variar el rumbo elegido. Siguió pintando, dibujando y esculpiendo; creó imágenes más esperanzadoras: nacieron aquellos veleros, veladores, ninfas, bañistas, atletas, su relieve para el monumento jacetano a los capitanes Galán y García Hernández, su Desnudo al sol... Obras que enlazan, por su definición y tratamiento, con lo más avanzado del momento en Europa.

No pudo continuar, su fusilamiento cercenó su vida y también su trayectoria artística; una trayectoria que, a buen seguro, nos hubiera deparado importantes novedades pues no debe olvidarse que fue asesinado en el meridiano de su vida. La crueldad de la guerra se ensañó con él, con su familia y con todos nosotros, privados de su personalidad y su creatividad.


1. Exposición de Ramón Acín (1888-1936), catálogo. Diputación de Huesca, 1982; y Manuel García Guatas (Dtor.), Ramón Acín, catálogo, Diputación de Huesca y Zaragoza, 1988.
2. Miguel Bandrés Nivela, La obra artigráfica de Ramón Acín: 1991-1936, Huesca, Instituto de Estudios Altoaragoneses, 1987.
3. Sonya Torres, Ramón Acín 1888-1936. Una estética anarquista y de vanguardia, Barcelona, Virus editorial, 1998.
4. Este título es reciente ya que en la exposición de 1988 el dibujo se citaba como Niño a la entrada de Huesca. Obviamente era una titulación errónea porque la imagen que concibió como fondo de la composición pertenece a la basílica del Pilar.
5. Concha Lomba, «La pintura regionalista en Aragón: 1900-1936», ARTIGRAMA. Revista del departamento de Historia del Arte, nº 12, Zaragoza, 1886-97, págs. 503-518.
6. L. Brihuega y C. Lomba (com.): La sociedad de Artistas Ibéricos y el arte español de 1925, catálogo, Madrid, Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, 1995.

* * *

Id Vosotros

Texto de Ramón Acín (
La Ira, 18-VII-1913)

Id vosotros, soldados de cuota, a Marruecos, a la guerra; sentad plaza, jóvenes hijos de capitalistas, sportmans adinerados, y marchad con vuestros hermanos los de cuota.

Id vosotros que no hacéis falta a vuestros padres, sino para las excursiones de verano, las reuniones de etiqueta y los retratos en grupo.

Id vosotros, que en vuestros paseos militares por Alhucemas o por Tetuán podréis elegir lugar donde instalar algún hotel para querida mora o moro abultadamente bragado.

Id vosotros que no sentiréis dolor al gastar un dineral en cada disparo de cañón; que no tendréis que dejar el fusil de las manos para rascar las picaduras de los parásitos, gracias a vuestras mudas propias.

Id vosotros que estáis acostumbrados delante de las prostitutas a encender vuestros cigarrillos con billetes de Banco, y podréis hacer la razzia, quemar las cosechas, derrumbar aduares y conseguir menores sin el menor esfuerzo.

Id vosotros, que gustosos formaréis en las filas de general Alfau.

Id vosotros que conocéis el sacrificio estéril, que sois boyscouts o alpinistas, y os expusisteis más de una vez, al subir a los montes, a dejar vuestro seso de carnero entre las piedras por donde sólo corren las salamandras, por el gusto de poner a modo de cimera en vuestro sombrero un ramo de tomillo.

Id vosotros, que gustosos iréis con generales como Pintos.

Id vosotros y dejad, dejad en paz a vuestros lejanos parientes los pobres, que los necesitan sus padres para que se les haga menos pesada la carga de la vida; que no tienen que construir ningún hotel en la falda del Gurugú; que no subieron al monte más que para hacer leña que quemáis en vuestras cocinillas, mientras leéis las citas de vuestras novias.

Dejad en paz a los pobres, que les será muy doloroso gastar mucho dinero en disparos conociendo el sacrificio que cuesta ganarlo; que tendrán que dejar el fusil de las manos para rascarse las picaduras de los piojos por falta de ropa para mudarse; que les será más doloroso aún hacer la razzia y el quemar las cosechas, ellos que saben que cada grano de trigo cuesta una gota de sudor.

Id vosotros, soldados de cuota, jóvenes hijos de capitalistas, sportmans adinerados, que aunque muráis con diez tiros en la espalda o pidiendo perdón ante la gumía de un árabe, estáis seguros de que saldrán en los semanarios ilustrados retratados vuestros marciales tipos y vuestros bigotes a lo kasier, y hasta de que os pondrán una lápida (como a Cervantes) en la casa donde nacisteis.

Id vosotros sólo, que apenas vale el sacrificio de vuestra vida el afán de conseguir un terreno del cual a lo más se podrá sacar esencia de higos chumbos para el teñido cabello de color de mazorca de vuestras cocottes.

"Un sueño en la prisión"

(Para más información sobre la vida y la obra de Ramón Acín visitad la Fundación Ramón y Katia Acín)

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